“Perú rompió un acuerdo tácito”

Entrevista
El Mercurio, 01.11.2015
Matías Bakit R.
[Entrevista a Fabio Vio, embajador de Chile en Lima durante el juicio por límite marítimo]
  • Con la experiencia de haber representado allí al país durante seis años, el diplomático analiza el conflicto abierto a propósito del llamado triángulo terrestre
  • Y con la misma experiencia, cuestiona a la Corte de La Haya y sentencia: Chile debe salirse del Pacto de Bogotá

Fabio Vio, recuerda con orgullo los seis años que estuvo como embajador chileno en Lima, entre 2008 y 2014, en un período especialmente complicado para la relación bilateral.

Pese a los problemas y logros diplomáticos y comerciales, lo que él rememora con más cariño es algo mucho más simbólico. “Me propuse dejar algo en recuerdo de Ignacio Carrera Pinto en Perú, un personaje sobre el que en ese país no hay nada y que se recuerda todos los años en un acto que lo descontextualiza totalmente”.

Así, tuvo la idea de contactarse con el entonces comandante en jefe del Ejército, Juan Miguel Fuente-Alba, para pedir alguna pieza histórica relacionada con el mártir de la Guerra del Pacífico. Este aceptó y le envió un cuadro que era propiedad de la institución y que Vio luego usó para crear, alrededor de la pieza, la sala “Ignacio Carrera Pinto” en la embajada de Chile en Perú.

Es lo que él señala como uno de los principales legados de su gestión, en años en los que se vivieron varios conflictos diplomáticos, encabezados por la demanda que Palacio Pizarro efectuó ante la Corte de La Haya, tribunal que el embajador admiró toda su vida –y conoció por dentro cuando era estudiante y su padre ejercía como representante de Chile en los Países Bajos–, pero que actualmente lo tiene decepcionado.

–Usted era embajador en Lima en el momento del fallo de La Haya. ¿Cómo fue esa experiencia?

–Recuerdo que en la última reunión con el cuerpo diplomático en Palacio Pizarro, estábamos a pocos días del fallo y existía expectación sobre cómo iba a ser el saludo entre el embajador de Chile y el Presidente Humala. Pero cuando me acerqué nos dimos un abrazo. Yo le dije que desgraciadamente no le podía desear éxito, lo que produjo un ambiente muy simpático.

“Es una muestra de lo que logramos. Pudimos superar esos temas sobre la base de que lo importante era avanzar en integración, defender los puntos de vista con convicción y tener el compromiso de que el fallo, cualquiera fuera el resultado, iba a ser respetado. Esto marca una gran diferencia de lo que sucede con Bolivia hoy. Con Perú existía el compromiso de respetar el fallo. En cambio, Evo Morales ha señalado varias veces que cualquiera sea el fallo de la Corte, ellos seguirán insistiendo en su demanda”.

–Sin embargo, los nuevos límites no se han podido entregar a la ONU, y ahora Perú vuelve a reclamar el llamado triángulo terrestre.

–Es cierto, queda la diferencia fundamental, que hemos visto, el caso del triángulo.

 “Perú no anulará el decreto”

–¿Qué le parece la creación del nuevo distrito de Yarada Los Palos por parte de Perú?

–Lo que hizo Perú es un error, inoportuno e innecesario. Además, no tendrá ningún efecto, porque para Chile la realidad es clara y no permitirá actos que atenten contra su soberanía. Esto además se da en un momento en que Chile vive un proceso complejo con Bolivia, lo que genera dudas de que Perú podría haber esperado la contingencia para actuar. Se ha roto un acuerdo tácito de no mover este asunto.

–Por qué, pese a la buena relación en otros ámbitos, tenemos de tanto en tanto este tipo de problemas con Perú?

–Hay pocos países que estén más integrados que Chile y Perú. Pero la relación es extraordinariamente compleja y nos obliga a estar atentos a este tipo de cosas que aparecen en cualquier momento. Hay muchos altos y bajos debido a elementos históricos y emocionales que complican todo permanentemente.

–¿Cómo evalúa la reacción del Gobierno en este tema?

–Es muy bueno que se haya accionado de inmediato. Llamar al embajador es adecuado, pues demuestra nuestra disconformidad. Sin embargo, no puede estar mucho tiempo acá. Ese no es el camino. Conociendo a Perú, ese país no anulará el decreto. Entonces, el embajador Ibarra debe informar y volver. Es necesaria su presencia para bajar la tensión.

 “De 35 Países, solo 12 están en el Pacto de Bogotá”

–¿Cómo ve el proceso actual con Bolivia en La Haya?

–El reciente fallo de la Corte fue un mal fallo. El tribunal aplicó no solo principios de derecho, sino, como ya es habitual, asuntos de carácter político, sociales y de otro orden. Así, el fallo tiene una serie de inconsistencias y además, es muy importante resaltar, errores históricos imperdonables para una Corte de este prestigio. Que señale que Chile le declaró la guerra a Bolivia no tiene ninguna justificación. O refleja un desconocimiento de la situación histórica o muestra que solo se están utilizando documentos bolivianos.

–¿Y qué le corresponde hacer a Chile ante esto?

–Es necesario retirarse, denunciar, urgentemente, el Pacto de Bogotá.

–¿Por qué? ¿Qué gana Chile?

–Hoy, se ha comprobado que la Corte, tanto en el caso con Perú como con Bolivia, no resuelve solo sobre la base del derecho, lo que es perjudicial a los intereses de Chile. El retiro de la Corte, la denuncia al Pacto de Bogotá, representaría un mensaje importante a la comunidad internacional, en cuanto a nuestra disconformidad.

–Hay quienes dicen que esta decisión dejaría a Chile aislado…

–Yo les quiero decir que de los 35 países de la región, solo 12 están en el Pacto de Bogotá. No podemos decir que Argentina, Venezuela, Estados Unidos o Colombia son parias internacionales. Y en cuanto a que estaríamos en contra de los principios básicos, al retirarnos estaríamos acogiéndonos a las normas del derecho internacional. Hoy, la opinión pública, chila e internacional, necesita un mensaje en el sentido de que no estamos de acuerdo con la acción de la Corte.

–¿Qué opina del trabajo de la defensa de Chile?

–Es un tema delicado. En la agencia son todos muy respetables y creo que hizo bien en presentar la excepción preliminar, pero es indudable que hay un problema: por primera vez en la historia de la república no existe entre los agentes un diplomático de carrera. En los casos del Beagle estuvo José Miguel Barros; en la mediación, Enrique Bernstein y Santiago Benadava; Javier Illanes posteriormente en Laguna del Desierto; Juan Martabit, en el caso con Perú. Fueron fundamentales para aportar el conocimiento diplomático.

Llamado a informar por Lagos

–¿Por qué cree que la demanda de Bolivia ha generado simpatía internacional?

–La causa boliviana es simpática para muchos países, por la simplificación que hacen del tema. Las declaraciones de Venezuela no me extrañan, ni las de los países del Alba, porque hay un principio de solidaridad política de carácter populista.

“Recuerdo que cuando Hugo Chávez habló de bañarse en una playa boliviana, yo estaba de embajador en Venezuela y el Presidente Lagos me llamó a consulta. Estuve entre tres y cuatro meses en Santiago. Fue muy útil porque se mandó un mensaje a Chávez señalándole que no íbamos a tolerar más sus intervenciones ni sus insolencias. Ambos países volvieron a tener una relación normal y nunca más Chávez pronunció una declaración a favor de Bolivia”.

Acercamiento a Países del Alba: “Es indudable que la presencia del PC condiciona la política exterior”

Tras su jubilación, Fabio Vio tomó un año sabático en París. Hoy, de vuelta en Chile, está decidido a ser un actor en los temas de relaciones exteriores, esta vez desde el análisis especializado. De hecho, por estos días, junto con los ex embajadores Juan Salazar, Benjamín Concha, Carlos Klammer, Cristián Maquieira y Felipe du Munceau, está haciendo el papeleo para crear el Centro de Estudios de Política Exterior y Relaciones Internacionales.

–Este grupo ha estado enviando cartas bastantes críticas a los medios. ¿Cuál es la evaluación que hay del trabajo de Cancillería?

–Un tema que nos preocupa es el de la reestructuración del ministerio. Vemos con preocupación que el actual gobierno ha impulsado un nombramiento de embajadores fundamentalmente políticos en perjuicio de los funcionarios de carrera. Hay un proceso de politización excesiva. Creemos que dentro de lo que hemos analizado, es fundamental que se establezca lo que tiene Torre-Tagle y las cancillerías modernas del mundo: que exista al menos un 80% de los embajadores de carrera.

“Hoy, además, existe el absurdo, de que un ministro consejero no asciende a embajador. Tiene antes que renunciar al servicio exterior y pasa a ser de la exclusiva confianza del Presidente. Ningún funcionario extranjero entiende eso, porque en ninguna parte pasa”.

–¿Cómo ve las relaciones internacionales de Chile?

–Creemos que ha habido un acercamiento hacia los países del Alba que no nos parece adecuado, porque ha generado que en principios fundamentales como los Derechos Humanos, concretamente en el caso de Venezuela, tengamos una postura tímida, temerosa, que no está de acuerdo con la tradición.

“Mientras todos los ex presidentes se han manifestado y han rechazado la detención de más de 60 presos políticos, nuestra Cancillería señala que hay que respetar el Poder Judicial venezolano, cuando sabemos que allá ese poder está absolutamente controlado por el Ejecutivo”.

–¿Qué consecuencias ha tenido esta política para Chile?

–Como consecuencia de esto nos hemos alejado de ciertos elementos que constituyeron un objetivo fundamental de la política exterior. Por ejemplo, la Alianza del Pacífico, que es un instrumento de integración profunda, novedosa, creada con países con los cuales tenemos una afinidad política y económica muy grande. Este gobierno, si bien no se ha retirado, ha mantenido una posición distante, hablando de la necesidad de converger con el Mercosur. No estamos en desacuerdo con que la Alianza tenga contacto con ese pacto. Son dos realidades diferentes. El Mercosur es un proceso semifracasado y la Alianza, además de los cuatro miembros, tiene ya 30 observadores y es un arma fundamental para el desarrollo chileno.

–¿Por qué cree que se ha producido este cambio de foco?

–Fundamentalmente por un cambio de orientación ideológica. Uno de los motivos es la incorporación al Gobierno del Partido Comunista. Si uno hace un análisis objetivo, es indudable que la presencia del PC condiciona la política exterior con respecto a Cuba, Venezuela, cosa que no pasaba antes.

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