Silala: ‘para Chile, presentar esta demanda era la única alternativa’

Entrevista [Hernán Felipe Errázuriz, ex ministro de RREE]
La Tercera, 12.06.2016
Francisco Artaza
  • El ex canciller Hernán Felipe Errázuriz no era partidario de la idea original de esperar aciones judiciales de Bolivia y contrademandar en La Haya, por eso aconsejó y respaldó la presentación anticipada de una demanda por parte de Chile. Amigo del próximo presidente de Perú, asegura que PPK tendrá una mirada de futuro

El domingo pasado, a las 17.30 horas, Hernán Felipe Errázuriz llegó hasta la casa del canciller Heraldo Muñoz. El presidente del Consejo de Relaciones Internacionales y ex ministro de Relaciones Exteriores del régimen militar había sido convocado a una reunión reservada junto a otros ex cancilleres para hacerlos partícipes de una inesperada maniobra. El gobierno había decidido anticiparse al anuncio hecho el 23 de marzo pasado por el Presidente Evo Morales, y presentaría una demanda en contra de Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya para resolver la controversia por el río Silala.

Errázuriz respaldó de inmediato la iniciativa, que implicaba un giro a la estrategia original del gobierno de contrademandar a Bolivia en dos años más, un diseño que el abogado desaconsejó desde el inicio por los riesgos que implicaba para Chile.

¿Anticiparse a Bolivia y que Chile demande primero ante La Haya por el río Silala es el mejor camino?

La decisión de anticipar la demanda fue respaldada de manera unánime por los ex cancilleres. Había dudas respecto de la estrategia inicial del gobierno de contrademandar. Cuando se presentó esa idea, algunos pensábamos que se debía evaluar la posibilidad de demandar directamente. Contrademandar implicaba reaccionar, esperar la acción de Bolivia, dar tiempo para organizarse, dar la ventaja en la contratación de los mejores abogados y especialistas. La vía de la contrademanda también le concedía a Bolivia la ventaja comunicacional y la oportunidad de presentar el caso desde su perspectiva victimista, de que Chile roba el agua sin temer ningún derecho para usar las aguas.

Una de las críticas generalizadas que se hizo tiempo atrás a la Cancillería chilena fue, precisamente, la falta de una actitud más activa en el área comunicacional. Se impusieron los abogados y diplomáticos que sostenían que una actitud más proactiva podría generar una reacción adversa de los jueces. Esa posición, a juicio de muchos, era contradictoria: por una parte nos decían que los jueces de La Haya son inmunes a la prensa y a la opinión pública, como si vivieran en el Olimpo, ajenos a cualquier otra consideración a la aplicación estricta del derecho. Por otra parte, se sostenía que una campaña comunicacional les molestaría por implicar desconfiar e intentar influir en sus fallos.

Según el vicepresidente boliviano, el gobierno chileno presentó la demanda para desviar la atención en medio de la polémica por la querella de la Presidenta contra revista Qué Pasa y ante la baja de su popularidad. Como opositor al gobierno de Bachelet, ¿cree que hubo consideraciones de política interna al tomar esta decisión?

Lo descarto. La baja popularidad y los problemas del gobierno de la Presidenta Bachelet no han sido relevantes para esta decisión. En Chile, cuando está comprometido el interés nacional no valen las consideraciones políticas internas, de si el gobierno está en su punto más alto o más bajo de popularidad.

El gobierno ha dicho que este es un caso claro y sumamente técnico. La Convención de las Naciones Unidas sobre el derecho de los usos de los cursos de aguas internacionales para fines distintos a la navegación y el derecho internacional consuetudinario son muy precisos para definir lo que se entiende por un curso de agua transfronterizo y los derechos de los países ribereños. La defensa de la soberanía nacional, el derecho internacional y la inminencia de una demanda boliviana fueron fundamentales para tomar la decisión de anticiparse en vez de esperar a que Bolivia concurrirá primera a La Haya.

¿No ocurre lo mismo en Bolivia?

Todo lo contrario, sabemos que el interés de Evo Morales por el tema del Silala surge por la caída en el apoyo que sufrió en el referendo que buscaba cambiar la Constitución para permitirle una nueva reelección. El departamento Potosí, donde se ubica el Silala, es un distrito donde Morales siempre había ganado en elecciones y referendos anteriores. La ofensiva por el Silala coincide con una iniciativa por hacer un segundo referendo para reelegirse y con distraer a la opinión pública de escándalos en que se ha visto involucrado. Por sobre todo, el régimen de Evo es mesiánico y autoritario, que justifica su intolerancia y extremismo para defenderse de supuestos enemigos internos ante la “oligarquía”, la secesión de Santa Cruz y Estados Unidos. Ahora, Chile es su enemigo para justificar su totalitarismo.

¿Le llama la atención que Bolivia no hubiera tenido lista antes su demanda?

Hay antecedentes de que era inminente que Bolivia presentaría su demanda. Abogados contratados por Chile indicaron que habían sido sondeados por Bolivia. Ese fue uno de los motivos que Chile tomó en cuenta para apresurar la demanda.

¿Cuánto afecta a la imagen del país las criticas que hace Evo Morales de que Chile es un país agresor, que roba agua?

Judicializar las relaciones, ya sea entre personas, empresas o países, es lo último que se puede hacer. Las relaciones entre Estados no se deben llevar en los mesones y estrados de los juzgados: se deben conducir por la vía diplomática y la negociación. Pero con Evo Morales la negociación y el diálogo político son imposibles, porque tiene posturas extremas y argumentos artificiales en algunos casos; falsos en otros; groseros en la mayoría, que impiden negociar y dialogar. Agotada la vía diplomática, las negociaciones y el diálogo, no queda otra alternativa que la de judicializar, porque es deber de las cancillerías la defensa de los intereses del país con los medios disponibles. Para Chile, presentar esta demanda era la única alternativa. La opción de quedar inmóviles, esperando que Morales concretara su demanda o contrademandar era desaconsejable.

¿La tesis original de contrademandar surgió de Cancillería?

Creo que fue la Presidenta Bachelet la primera que habló de contrademandar. Muy pronto se planteó que había que evaluar la posibilidad de demandar derechamente. Chile lo que pide es que reconozca que el Silala es un curso de agua internacional y el derecho a usar de manera equitativa y razonable ese recurso hídrico. No se está en una postura extrema de desconocer derechos a Bolivia, por el contrario, se le reconoce su derecho a usar el agua de la misma manera, tomando en cuenta el uso actual por Chile.

¿De qué manera puede limitar a Bolivia el hecho de que Chile se anticipara al presentar la demanda?

La limita en distintos aspectos. Primero, le enmarcan los términos en que se plantea el caso. Bolivia tendrá que recurrir a las impugnaciones. También le reduce la posibilidad de contratar a los mejores especialistas. En eso Chile también se adelantó. Este es un caso extremadamente técnico, donde los expertos son escasos. Creo que hay uno, o a lo sumo dos casos similares conocidos por la Corte de La Haya.

El Presidente Evo Morales anunció que presentará una contrademanda, ¿qué podría alegar Bolivia?

Cuando presente su contramemoria, en unos dos años más, sabremos qué pedirá en definitiva. Me imagino que insistirá en que no se trata de un río internacional y que tiene derecho a cobrar por la totalidad del uso de las aguas que efectúe Chile.

¿Morales abandonó la idea de exigir un pago retroactivo por el uso que ha hecho Chile de las aguas del Silala?

No puede sostener que procede un pago retroactivo por los 100 años de uso de las aguas, puesto que Bolivia dio una concesión de las aguas por tiempo indefinido, la que caducó unilateralmente el año 1997.

Usted es crítico de la permanencia de Chile en el Pacto de Bogotá. ¿Con esta demanda se cerró definitivamente el debate?

Los que son partidarios de que Chile se mantenga en el Pacto de Bogotá están presentando las cosas de esa manera: que esta demanda cierra esa discusión. No es así. Tampoco es efectivo que la demanda presentada por Chile contra Bolivia sea una demostración de lo útil que es el Pacto de Bogotá, pues permitiría la solución amistosa de las controversias. El Pacto de Bogotá alienta la judicialización ante un tribunal que no es confiable, que ha dado muestras de apartarse del derecho en sus fallos. Sigo siendo un ferviente partidario de retirarnos del Pacto de Bogotá y de no seguir presos de ese pacto.

Usted conoce a Pedro Pablo Kuczynski, desde la perspectiva de Chile, ¿él es el mejor presidente que podría tener Perú?

Lo conozco hace más de 30 años y soy muy optimista de lo que puede ser su gobierno. No sólo para Chile y la región, sino principalmente para Perú. PPK es extremadamente calificado para el cargo, tiene una enorme experiencia técnica y política, conoce a fondo las necesidades y potenciales de Perú, y tiene conexiones y prestigio en todo el mundo. Tiene una formación superior en las mejores universidades del mundo, experiencia en el Banco Central, en el Banco Mundial, en ministerios y como presidente del Consejo de Ministros. No es un economista ajeno a las necesidades más elementales del pueblo. Tiene una enorme sensibilidad social, trayectoria y tradición de servicio público; su padre trabajó en un leprosario en la Amazonía peruana y él desde mucho antes de dedicarse a la política ya tenía una fundación para llevar agua potable a zonas rurales.

¿Cree que tendrá la capacidad para dar gobernabilidad tomando en cuenta lo estrecha que fue la votación y al hecho de que tendrá muy pocos parlamentarios que respondan a él?

Las elecciones se ganan por un voto, así que independiente de lo estrecha que fue la elección, tiene completa e indiscutible legitimidad. PPK tiene una exitosa trayectoria de banquero y jefe de gabinete de ministros, donde demostró gran capacidad como negociador, además de una larga experiencia política y democrática. La estabilidad del Perú es fundamental para los peruanos, también para los inversionistas. No tengo dudas de que será capaz de negociar, incluso, con el fujimorismo, para hacer frente a problemas enormes, como son la seguridad, la falta de acceso a los servicios básicos para un sector muy importante de la población, la corrupción mayormente proveniente del narcotráfico y las inversiones paralizadas. PPK tiene, además, todas las habilidades técnicas y políticas necesarias para hacer realidad las proyecciones que señalan que Perú encabezará el crecimiento de Latinoamérica, muy por encima de Chile, por lo demás.

¿Con su llegada a la Presidencia en Perú se puede esperar un cambio en la relación con Chile?

La verdad es que la relación con Perú al día de hoy está prácticamente congelada. Humala y su diplomacia optaron por deteriorar las relaciones bilaterales. Es evidente que en Perú siempre van a estar presentes sectores nacionalistas dentro de la diplomacia y de las Fuerzas Armadas. Pero Pedro Pablo Kuczynski no tiene esa tradición ni esa ideología. Es moderno, hijo de inmigrantes, se formó en Estados Unidos, casado dos veces con estadounidenses. Si algo caracteriza a Kuczynski es su mirada de futuro en política, también en su visión económica y social e internacional.

¿Se apresuró el secretario general de la OEA al solicitar la aplicación de la Carta Democrática a Venezuela antes de contar con el respaldo de la región?

El informe que elaboró el secretario general de la OEA, Luis Almagro, tiene más de cien páginas, no es un informe que hizo a la carrera. Es un texto sólido, meditado. Se podría decir que el secretario general de la OEA se equivocó, pues al parecer la mayoría de los países no lo están acompañando. Pero la mayoría también celebra el cambio de posición que adoptó el secretario general de la OEA respecto de sus predecesores, mostrándose independiente y proactivo.

¿Es tan grave la situación en Venezuela como para activar la Carta Democrática?

En Venezuela hay una crisis humanitaria y política gravísima y le estamos dando la espalda a la situación de los venezolanos. Es un país con una de las tasas de inflación y de homicidios más elevadas del mundo, con carencia de medicinas y con una polarización de alto riesgo, dentro de un régimen autocrático que amenaza, persigue y encarcela a los opositores, sin libertad de prensa y sin una justicia independiente.

¿La actitud del gobierno chileno frente a lo que ocurre en Venezuela es adecuada?

Le pediría al gobierno una actitud más firme, más activa respecto de la exigencia de que se realice el referendo revocatorio y se respeten los derechos de los venezolanos. El gobierno de Maduro lo único que está buscando es ganar tiempo. El problema es que, así como hay consenso sobre la posición de Chile en el tema de la demanda contra Bolivia, el gobierno no valora acuerdos del Congreso y de partidos de la Nueva Mayoría y de la derecha en contra del régimen de Maduro. Además, la postura oficial de Chile de actuar de manera conjunta con Colombia y Argentina tiene otras complejidades. Argentina cambió la posición inicial del Presidente Macri, partidario de solicitar la aplicación de la Carta Democrática, pues se cruzó entremedio el interés de la Canciller argentina, Susana Malcorra, de conseguir el apoyo del Grulac (el Grupo de Países Latinoamericanos) a su candidatura a la Secretaría General de la ONU. Malcorra no quiere enfrentarse con Venezuela.

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