Bolivia después del referéndum

Editorial
OpinionGlobal, 29.02.2016

El presente número de OG Review (febrero/2016) está dedicado, casi por entero, al tema de la Mediterraneidad Boliviana. Mientras Jorge Canelas se refiere a la derrota del oficialismo en el referéndum para modificar la constitución boliviana y permitir una cuarta reelección de Evo, Juan Salazar explica tanto la trastienda de la causa marítima altiplánica como la necesidad de que el gobierno chileno proceda a denunciar el Pacto de Bogotá, acuerdo mediante el cual estamos obligados a someter a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) nuestras controversias internacionales. Vamos por parte:

¿Qué pasó en el referéndum?

Morales perdió por estrecho margen (2,6  puntos porcentuales) la primera batalla electoral en más de 10 años. Ello no significa tanto el éxito de la oposición boliviana como el descontento ciudadano con ciertas muestras de un culto a la personalidad del mandatario y, por ende, la necesidad de una alternancia en el poder. Los analistas en general, también comentan que ésta es una nueva señal (después de Macri y las parlamentarias en Venezuela) de que el populismo latinoamericano está en retroceso, en virtud del mal manejo económico (frente a la caída de los precios de las materias primas) y la corrupción endémica. Si bien el presidente reconoció la victoria del "No", puso rápidamente el énfasis en que había perdido "una batalla, pero no la guerra".

¿A cuál guerra se refiere el presidente?

Si las consecuencias inmediatas del referendo son el debilitamiento político de Morales y una mayor polarización política del país (Bolivia dividida en mitades), parece lógico suponer que el presidente se está refiriendo a su intención de asegurar la continuidad, si no de su persona, la del régimen indigenista-populista que preside. Al igual que las amenazas de Maduro en Venezuela, la idea sería de que "no se entregará la revolución".

¿Existe una sucesión a Evo?

El partido de gobierno de Bolivia (MAS) está en la obligación de buscar un sucesor de Evo Morales en los tres años y medio que le quedan para la siguiente elección presidencial. Por allí, y por acá, se barajan los nombres del Canciller David Choquehuanca (vertiente indigenista) y del vicepresidente Álvaro García Linera (vertiente izquierda dura). Pero el MAS debe pensar en un liderazgo nuevo y de alcance nacional, así como convencer al electorado boliviano de que es una fuerza política viva que puede reinventarse para ganar en 2019. Los antecedentes al respecto, no son muy alentadores, tal como lo demostraron las derrotas oficialistas en 2015 de las cuatro ciudades más grandes de Bolivia: La Paz, Santa Cruz, El Alto y Cochabamba. A ello se sumará el bajón económico que se avecina.

¿Es tiempo de la oposición?

A pesar de las celebraciones, la oposición no tiene hoy muchas posibilidades de ser una opción de gobierno, porque se encuentra desunida y no presenta una alternativa de país frente a la que impulsan Evo y el MAS. Se limita a criticar todo lo que provenga del líder indigenista y poco más. Por ende, los desafíos para la oposición son tanto o más "titánicos" que los del oficialismo.

La carta mágica: ¿campaña contra Chile?

En ese cuadro de incertidumbres, es muy probable que Evo Morales recurra, una vez más, a la causa marítima e intensifique su campaña contra Chile. La única forma de insistir más adelante en una nueva reelección, o bien, asegurar la continuidad de su movimiento después de 2019, es conseguir -con la ayuda de un fallo favorable de la CIJ- que Chile se sienta a la mesa de negociaciones para ceder una salida soberana boliviana al mar. La bandera de la mediterraneidad es la única capaz de aglutinar a todos los bolivianos.

A prepararse, entonces , porque lo que se viene es el tradicional "lamento boliviano" de pobre país enclaustrado, subdesarrollado, y sometido injustamente por un vecino agresivo e imperialista. Otra vez se tergiversarán la historia y los hechos, a fin de apelar a la conciencia de los jueces, al paternalismo de la comunidad internacional y a la ingenuidad de algunos chilenos.

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