Carta El Mercurio, 19.11.2017 Fabio Vio U., ex embajador de Chile en Caracas
Recuerdo que cuando el Presidente Ricardo Lagos, en visita oficial a Venezuela, se reunió en Caracas con los dirigentes máximos de todos los sectores opositores se encontraba presente Ledezma. La reunión con el Presidente Lagos, además de ser inédita en cuanto a que un Jefe de Estado extranjero que estaba en una gira oficial lo hiciera, permitió también otro hecho inédito: que toda la oposición se sentara en una misma mesa, algo que no se había hecho por las divisiones existentes.
Antes de la visita del Presidente de Chile, me reuní con Ledezma y pude comprobar su espíritu de lucha y sus profundas convicciones democráticas. Además, su admiración por Chile.
La Unión Europea, la OEA y el comisionado de Derechos Humanos han intensificado estos últimos días sus críticas contra el régimen de Maduro, el que ya ha caído en un default técnico.
Chile, al recibir en la embajada a asilados, ha cumplido con una tradición republicana. Sin embargo, no es suficiente. Ha llegado la hora de que dentro del Grupo de Lima, a pesar de la posición del Partido Comunista y su calidad de integrante del Gobierno, impulse acciones concretas de apoyo al secretario general de la OEA, como fue la asumida por el Mercosur. El acto de Ledezma es un punto de inflexión delicado que refleja el nivel de desesperación existente en la valiente pero fragmentada oposición. Las declaraciones deben ir acompañadas de actos concretos. Es el momento, pues la situación dictatorial venezolana tiende a perpetuarse con un régimen cada día más inflexible y con suficientes apoyos internacionales para detener proyectos de condena dentro la OEA y Naciones Unidas, además de tener paralizada a Unasur y el Celac, con la complicidad de Evo Morales y sus compañeros de la región.
