‘Chile ha sido injusto con Fernando de Magallanes’

Entrevista [Mateo Martinic, historiador magallánico]
El Mercurio, 04.06.2017
Elena Irarrázabal Sánchez

A sus 85 años, el historiador presenta un libro en que reconstruye en detalle la travesía del navegante portugués por nuestros mares y tierras australes. A su juicio, se trata del verdadero descubridor de Chile, aunque el centralismo a veces impida reconocerlo. El activo historiador reflexiona aquí sobre Magallanes, la "magallanidad" y su vida dedicada a la historia.

"El capitán había resuelto emprender un largo viaje por el Mar Océano, donde los vientos soplan con furor y donde las tempestades son muy frecuentes. Había resuelto también abrirse un camino que ningún navegante había conocido hasta entonces". Son líneas que Antonio Pigafetta le dedica a Fernando de Magallanes, líder de la expedición que intenta dar la vuelta al mundo por mar. Pigafetta es el cronista de esta travesía y con pluma descarnada describe las condiciones que soportaron. "El bizcocho que comíamos ya no era pan, sino un polvo mezclado de gusanos que habían devorado toda su sustancia y que, además, tenía el hedor insoportable por hallarse impregnado de orines de rata", escribe. Solo 18 hombres -de los más de 200 tripulantes iniciales- retornan a Sevilla tres años después.

Mateo Martinic Beros (1931), hijo de padres croatas, también surcó mares inexplorados al dedicarse a la historia en la ventosa ciudad de Punta Arenas, cuando la historia regional era un ámbito poco considerado. "Era un solitario perdido en el fin del mundo, arreglándome como pudiera, con escasos medios", recuerda con humor.

La vida de Martinic ha sido más extensa que la de Magallanes, que murió en Mactán -Filipinas-, a los 41 años, tras realizar la parte más relevante de la circunvalación al globo. Su periplo fue completado en 1522 por Sebastián Elcano (quien se llevó parte de los honores, aunque Pigafetta no lo nombra ni una sola vez en sus crónicas). Martinic, en cambio, ya completa más de 50 obras dedicadas a la historia austral en sus más diversos ángulos, incluida su monumental "Historia de la región magallánica". Premio Nacional de Historia del año 2000, Martinic incluso cuenta con un lago, un cerro y una isla, bautizados en su honor.

Fruto de una "antigua convicción" y de años de investigación, el historiador presenta ahora el libro "Una travesía memorable. Hallazgo y navegación del Estrecho de Magallanes", con hermosas ilustraciones y financiado por Aguas Magallanes. "Es un proyecto de notable significancia para los magallánicos, que se presenta en víspera de los hitos de celebración de los 500 años del descubrimiento del Estrecho de Magallanes. Son hitos muy relevantes para Punta Arenas, para la región y para su gente", explica Salvador Villarino, gerente de la empresa. A su juicio, "es un orgullo poder contribuir a la publicación del trabajo de un magallánico tan querido por su comunidad, como es don Mateo Martinic".

Magallanes y Almagro

Cinco naos -comandadas por la "Trinidad"- partieron desde Sevilla en 1519, con el inédito objetivo de cruzar los océanos de un mundo que recién se asumía redondo. El rey Carlos I apoyó el proyecto del portugués Magallanes, para encontrar una ruta occidental hacia las Molucas o "islas de las especias". Los tripulantes enfrentaron momentos de desesperanza, hambre y enfermedades (en especial, escorbuto). De hecho, parte de la tripulación protagonizó un motín en la costa atlántica.

Pero Magallanes tenía la firme convicción de que debía haber un paso que comunicara los dos océanos y perseveró en su objetivo. "Era un hombre más bien hosco, hecho en la vida dura del mar. Tenaz, se fija un propósito y va adelante en la vida. Conjura el motín de San Julián con coraje y entereza. Con un principio justiciero severo para los cabecillas, pero con generosidad y capacidad de perdón para todo el resto de los implicados, entre ellos Elcano".

El 21 de octubre de 1520 la expedición penetró en la boca oriental del Estrecho. Lo exploran durante más de un mes y comprueban que es el anhelado estrecho que habían buscado con desesperación. Conmueve la feliz descripción de una zona del Estrecho que escribe Pigafetta. "Se encuentran, cada media legua, puertos segurísimos, inmejorables aguas, madera de cedro, peces, sardinas, mejillones y apio, hierba dulce y también otras amargas. Nace esa hierba junto a los arroyos y bastantes días solo de ellas pudimos comer. No creo que haya en el mundo un estrecho más hermoso o mejor que este".

- La figura de Magallanes no es tan familiar para los chilenos, ni está muy presente en nuestra historiografía .

"Hay historiadores que lo minusvaloran, lo ignoran o consideran su travesía un hecho anecdótico, aunque Magallanes pone a nuestro territorio definitivamente en la geografía y en la historia del mundo. En su expedición se observan y registran los cielos australes -la Cruz del Sur y la Nube Magallánica-, la flora del lugar, su geografía. Y también está esta idea de que Chile fue descubierto por Almagro. Nuestro buen Almagro... él es un conquistador fallido. Así lo describió el padre Ovalle. No venía a descubrir, sino a buscar oro en un territorio muy conocido por el mundo inca. Él transita por lo conocido" .

"Yo valoro el reconocimiento que le hace tal vez el más grande de los historiadores chilenos: Barros Arana, quien incluso realiza la primera biografía de Magallanes. También Medina, Jaime Eyzaguirre y ahora último, Isidoro Vásquez de Acuña. Gabriela Mistral también tiene una percepción magnífica del navegante".

-¿Los chilenos hemos sido injustos con Magallanes?

"Mucho. Ahí me sale el regionalismo. Somos un país encerrado entre el mar y la cordillera, con una mirada umbilical hacia el centro. Dentro de esa visión está la idea de que Almagro es el primero que llega al centro. Pero 16 años antes que él llegó Magallanes a la zona austral.

"He navegado el Estrecho tantas veces"

La obra de Martinic se extiende sobre el contexto histórico de la expedición y al final, sobre su trascendencia universal. Pero la mayor novedad es su detallada reconstrucción de la travesía por el Estrecho. "A cinco siglos, es mucho lo que se ha perdido. Incluso, parte de lo escrito por Pigafetta. Solo hay una decena de documentos de época que hoy están en manos de los investigadores y que yo enumero. He tenido que leer, interpretar, reflexionar. Me ayudaron marinos e hidrógrafos. También buenas obras que han salido -Joiner, Morison, Villa-Boas- y mis conocimientos sobre geografía y cartografía. ¡El Estrecho de Magallanes lo he navegado tantas veces!".

- El libro se detiene en algunos hitos clave de la travesía.

"Cada paso es memorable. El hallazgo de la abertura, el primer desembarco de Jooa Carvalho, las observaciones de las estrellas, las juntas de Capitanas, la llegada al Puerto de las Sardinas, donde conjeturo debe haberse realizado la toma de posesión en nombre del rey.

-¿Quedó satisfecho con el resultado?

"Contentísimo, creo que logré historiar esta travesía con el mayor rigor posible. Es perfectible, pero hasta ahora es lo más completo que se conoce. Cada día se valoriza más la expedición de Magallanes por su aporte a la expansión del conocimiento universal. No en vano llevan su nombre una nave espacial y un centro astronómico. Espero que el país, a propósito de este aniversario, reconozca a Magallanes como el gran descubridor de Chile. Y qué digo para los magallánicos... él nos da nombre, apellido y contenido espiritual".

El nexo con Vespucio

-Una disquisición importante del libro versa sobre los conocimientos de Magallanes al momento de emprender su expedición.

"Es uno de los puntos clave. Desde el punto de vista náutico, Magallanes era un navegante hábil y consumado; es una opinión compartida por los investigadores. En cuanto a sus conocimientos geográficos, tuvo una enorme tenacidad para investigar y dominar todas las fuentes disponibles. Llega a su expedición con un acervo de conocimiento enorme, como no lo tenía nadie. Además, en el libro sostengo que Magallanes fue, en alguna medida -y eso es casi una novedad para la historiografía chilena-, el heredero de Vespucio".

-¿Por qué?

"Mi libro incorpora a Vespucio a la historia chilena, al ser precursor de Magallanes. Sus conocimientos, su magnífica intuición, se transmiten a Magallanes, sobre todo a través de la figura del cosmógrafo Andrés de San Martín, que fue albacea y amigo de Vespucio, y termina contratado en la expedición de Magallanes como capitán y piloto".

"Los grandes autores que han trabajado la figura de Vespucio concuerdan en que no era un aventurero ni un aprovechador del trabajo de otros. Era una persona de gran formación en lo náutico y geográfico, a quien el rey pone como primer responsable de revisar las cartas del Nuevo Mundo. En la expedición de 1501-1502, al mando de Coelho, Vespucio llega más o menos hasta la latitud 50 de América. Por eso Magallanes lo invoca, cuando la tripulación está desesperada, como prueba de que alguien había llegado a esa altura".

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