Columna Bradanovic Blogspot, 10.08.2017 Tomás Bradanovic
El día jueves 14, del 2012,cuando el raid de los altos precios del cobre estaba emergiendo, escribí una entrada llamada Las Frases Bonitas son las más Rentables, donde decía que ese era el mejor momento para que el gobierno de Chile vendiera el 100% de Codelco, empresa que fue expropiada a las compañías mineras norteamericanas Kennecott y Anaconda en 1971 con la unanimidad de los votos del congreso.
Codelco nació de un robo
Es importante hacer notar que Codelco nació de un robo, del gobierno de la época a sus propietarios legales, la figura que usaron para robar las empresas se llamó "utilidades excesivas" ideada por el abogado chileno -nacido en Tacna- Eduardo Novoa Monreal, destacado profesor de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, que debe haber enseñado a generaciones como robar con artimañas legales, hasta que fue exonerado en 1973. El cálculo fue simple y casi infantil, Novoa planteó, según leo en Wikipedia:
A las empresas mineras se les pagaría una indemnización, pero restándole las "utilidades excesivas" que habrían obtenido durante los años anteriores, bajo el supuesto de que pagaban bajos impuestos, según una rentabilidad del 10 % a partir de 1955. Por este sistema, las empresas Anaconda y Kennecott terminaron debiéndole al Estado chileno cifras millonarias, dado que sus utilidades fueron realmente excesivas en ese periodo de vacíos en la ley.
Esta tinterillada era ridícula y no fue tomada en serio por ninguna corte internacional, es obvio que si el Estado de Chile había cobrado impuestos "demasiado bajos" (criterio arbitrario y fuera de cualquier ley) era culpa del propio estado, las compañías no tenían la menor obligación de "devolver" esa supuesta diferencia a favor del fisco.
Hasta el día de hoy se celebra la nacionalización del cobre y al tinterillo Eduardo Novoa, a Guillermo Pumpin y otros artistas como grandes valores de nuestra jurisprudencia. Pero las respuestas legales no se hicieron esperar, las compañías despojadas iniciaron juicio en cinco países europeos y diversas cortes de Estados Unidos donde existiesen bienes chilenos embargables. Leo en el interesante paper Las reservadas negociaciones de los gobiernos de Allende y Nixon sobre la nacionalización del cobre de Pascale Bonnefoy:
Kennecott logró que un tribunal en Nueva York decretara el embargo de bienes de las oficinas de Codelco, Corfo, Lan Chile, Compañía de Acero del Pacífico (CAP), Chile Trading Company y el Banco Central de Chile ubicadas en ese estado, además de cinco millones de dólares en cuentas chilenas en bancos neoyorquinos.
El gobierno de Allende tuvo que empezar negociaciones secretas para buscar algún arreglo que, aunque no tuvieron resultados le dio algo más de un año de tiempo al gobierno de Allende para mantener la cabeza fuera del agua, aunque a comienzos de 1973 ya estaba hundido- Según dice la sabiduría popular "lo mal habido nunca es bien aprovechado".
Chile está lleno de mitologías, inventos y verdades a medias creadas por grupos de interés para manipular al gilerío, uno de los mitos más groseros es el de la "nacionalización del cobre" que no solo fue un robo, como muchos más del gobierno de ladrones ue encabezó Allende, que pensaban que teniendo el poder podrían ser los "dueños" de todo. Leo en la columna Nacionalización del Cobre de Rodrigo Wagner
En el neto, finalmente Chile no recaudó recursos fiscales con la nacionalización en los 70. Según dice Noel Maurer -de la Escuela de Negocios de Harvard-, Chile terminó compensando a las multinacionales norteamericanas como Anaconda por más del 100% del valor expropiado, igual que en casi todos los casos similares en el mundo, pues no quedaba otra opción.
Si bien el gobierno de la Unidad Popular no pagó, los chilenos tuvimos que pagarles a las multinacionales. Aun cuando la retórica fue que “expropiamos”, en la práctica “compramos” el cobre y esos recursos fiscales no se usaron para otras cosas importantes como salud o educación.
Hoy existe el Comité de Defensa y Recuperación del Cobre, organización para-terrorista con ideólogos de tanto "prestigio" como Jorge Lavanderos y otros cuantos chantas, ojo con ellos, creo que sería conveniente no perderlos de vista. Entre otras cosas estos chantas proponen volver a expropiar las mineras privadas, por ridículo que parezca. No se dan cuenta los giles que una expropiación en el siglo XXI significaría el embargo a nuestras exportaciones, activos y remesas. Chile no sobreviviría seis meses después de tamaña estupidez.
