¿Crisis en las Relaciones de Israel y Estados Unidos?

Cristián Maquieira (1)

Estados Unidos e Israel enfrentarán esta semana uno de los momentos más tensos en sus relaciones bilaterales. El Primer Ministro Netanyahu visita Washington en estos días y no será recibido en la Casa Blanca.

¿Cuál es el motivo de este imbroglio? Irán y las negociaciones internacionales sobre su política nuclear.

Como se recordará, el Presidente Obama fue enfático, durante su discurso sobre el “Estado de la Nación”, al afirmar que vetará toda legislación que imponga nuevas sanciones a Irán, por ser contraproducentes al proceso de negociación donde ha habido algunos avances significativos.

La respuesta del Partido Republicano no se hizo esperar. El líder los senadores de la oposición, John Boehner, convidó a Netanyahu a que expusiera ante el Congreso las razones por las cuales eran necesarias las nuevas sanciones.

En una decisión cuyas implicancias negativas van desde lo protocolar al acto inamistoso, el Primer Ministro de Israel aceptó la invitación sin informar al gobierno de Obama, que reaccionó indicando que no habrá entrevista con el Presidente Obama.

Como sostiene Jeffrey Goldberg un Jefe de Gobierno de Israel tiene básicamente dos tareas. Primero, preocuparse de combatir toda amenaza a la existencia de Israel como estado independiente.

Segundo, mantener la mejores relaciones posibles con Estados Unidos, su aliado más cercano y principal protector.

Desde Ben-Gurion (el Primer Jefe de Gobierno de Israel) en adelante los líderes israelíes han entendido que el apoyo norteamericano debe ser bipartidista y provenir tanto de Demócratas como Republicanos, aún cuando puede haber más cercanía con uno u otro, según el corte ideológico de los gobernantes de Israel.

La pregunta es si el Primer Ministro Netanyahu está cumpliendo con esas tareas en relación con el tema de Irán.

Desde el punto de vista de proteger la relación con Estados Unidos no pueda ser más desacertado ofender públicamente al Presidente Obama.

El Sr. Netanyahu ha aceptado una invitación claramente partidista para criticar la política oficial de Estados Unidos respecto a Irán y respaldar una posición del Partido Republicano, que el Presidente Obama, a quién le corresponde la conducción de la política exterior de su país, rechaza. De esta manera, ha decidido intervenir en los asuntos internos norteamericanos–línea roja que ningún Primer Ministro de Israel ha osado cruzar en el pasado-.

En cuanto a la defensa de Israel frente a la supuesta amenaza iraní, parece obvio que un acuerdo de esta naturaleza suscrito por Estados Unidos y las otras grandes potencias con Irán, cuyo cumplimiento sea monitoreado por los signatarios, con capacidad de adoptar sanciones en caso de infracción, refuerza antes que debilita la seguridad de Israel.

Se puede presumir que sólo será aceptable para Estados Unidos un convenio que disipe la posibilidad de que Irán tenga armas nucleares en el futuro y no produzca inseguridades a Israel.

Además, todo lo que se ha informado pública y oficialmente de la negociación apunta a un acuerdo que puede ser aceptable para el estado judío.

Por ello, es extraño que el Primer Ministro de Israel no apoye decididamente este proceso.
Lo sorprendente es que tanto el Presidente de Estados Unidos como el Primer Ministro de Israel están de acuerdo en el fondo del problema: Irán no debe poseer armas nucleares.

Al parecer, el problema del Sr. Netanyahu no son los términos del acuerdo con Irán sino el hecho que exista un acuerdo con ese país, pues no favorece una solución diplomática para impedir que Irán tenga un potencial nuclear.

En la mente de los líderes judíos un Irán con capacidad nuclear constituye una amenaza existencial para Israel, especialmente si dicho país ha sostenido en el pasado (aunque no recientemente) que Israel debe desaparecer. Así prefieren a un Irán aislado,en confrontación latente con las grandes potencias antes que atado a un acuerdo internacional pues no confían en su cumplimiento por parte de Irán.

Lo que no tienen claro las autoridades israelíes, según varios observadores internacionales, es la naturaleza de la amenaza pues pocos piensan que Irán emplearía, directamente o a través de terceros, esas armas contra Israel.

Estos mismos observadores internacionales estiman que hay una mayor amenaza existencial para Israel en su persistente rechazo a cooperar en la creación del estado Palestino.

Al mantener el status quo, alienta la agresión palestina justifica la progresiva emigración de jóvenes israelíes, que se sienten más seguros en la diáspora y pone de relieve el proceso cambio demográfico donde los árabes-israelíes pueden legar a superar a los judíos en Israel.

La administración de Obama y el jefe del Gobierno de Israel no se entienden personalmente ni comparten visiones sobre el Medio Oriente y ahora Irán.

Tal vez el “que por bien no venga” de las diferencias sobre Irán sea un esfuerzo negociador serio en el tema de Palestina. Quizás con ello en mente y debido a la enorme reacción negativa que ha suscitado esta decisión del Jefe de Gobierno de Israel tanto en Israel como en estados Unidos, en los últimos días autoridades norteamericanas así como el propio Sr. Netanyahu han decidido bajarle el tono a la situación, como una manera de evitar que sea la retórica actual la que determine los pasos futuros de la relación.

El Secretario de Estado John Kerry declaró a la prensa que el Primer Ministro de Israel era bienvenido a hablar en Estados Unidos.

El propio Netanyahu, luego de manifestar meses atrás que la negociación era un “error histórico” y oponerse a ella, sostuvo dos días antes de llegar a Washington que una “solución diplomática era mejor que una de carácter militar”.

La pregunta es si Netanyahu va a sostener lo mismo en su discurso ante el Congreso.


  1. Ex Diplomático chileno“The Netanyahu Disaster”.
  2. The Atlantic magazine, Jan. 2015

 

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