Crisis humanitarias. Yemen y Venezuela

Columna
Revista ADE, N*68 (octubre-diciembre 2018) 
Antonio Pérez Manzano, profesor primario, licenciatura en RRII (U. Nacional Autónoma de México) 
y embajador (r)

INTRODUCCIÓN.
Estimados lectores, los pueblos de algunas regiones del mundo no han aprendido a vivir en armonía y paz, por diversos factores tanto internos, como externos: “La huida de los refugiados es un tema cada vez más común en nuestro día a día. Lamentablemente estamos viviendo una de las peores crisis humanitarias de la historia. En 2015, 65 millones de personas tuvieron que dejarlo todo y abandonar sus hogares en busca de un lugar más seguro.”

El Problema de los Refugiados bajo la perspectiva del Derecho Internacional Humanitario.
Una importante corriente del Derecho Internacional, ha propugnado por instaurar normas destinadas a proteger al individuo, para garantizarle el disfrute de los derechos y libertades fundamentales. De ese modo, el Derecho Internacional Humanitario adopta a las personas, como propósito primordial de protección, en todo tiempo y lugar. En este sentido, los individuos que han emigrado de su lugar de origen por distintos motivos, pueden ser catalogados como refugiados, de acuerdo con la definición que hace ACNUR de ese concepto: “Son refugiadas las personas que debido a un temor bien fundado de persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, u opinión política, se encuentra fuera de su patria y no pueden; o bien, que debido a dicho temor, no desean acogerse a la protección de ese país”.

¿Qué es un refugiado?
Es una persona que huye de conflictos armados o persecución y se ve obligada a cruzar una frontera internacional para buscar seguridad en los países cercanos. En ese momento, se convierte en un ‘refugiado’ o ‘refugiada’ reconocido internacionalmente, con acceso a la asistencia de los Estados, ACNUR y otras organizaciones.

Un refugiado es aquel que “debido a fundados temores de ser perseguido por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de su país; o que careciendo de nacionalidad y hallándose, a consecuencia de tales acontecimientos fuera del país donde antes tuviera su residencia habitual, no pueda o, a causa de dichos temores no quiera regresar a él”.
Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951.

¿Qué es un desplazado?
A diferencia de los refugiados, los desplazados internos no cruzan fronteras internacionales en busca de seguridad y protección, sino que permanecen dentro de su propio país. Sin embargo, en muchas ocasiones, se ven obligados a huir por las mismas razones de los refugiados: conflictos armados, violencia generalizada o violaciones de los derechos humanos.

¿Qué es el Estatuto de los Refugiados?
La Convención de Ginebra de 1951 define quién es y quién no es un refugiado y sus derechos fundamentales, como el no poder ser devuelto a su país. La Convención define quién es un refugiado y quién no; determina que un refugiado no debe ser devuelto al país donde teme ser perseguido; explica los derechos humanos fundamentales de los refugiados: libertad de religión y de movimiento; derecho a la educación; posibilidad de trabajar. Reconoce el alcance internacional del problema de los refugiados, y la necesidad de la cooperación internacional para solucionarlo. Destaca la importancia de compartir la responsabilidad entre los distintos Estados.

Antecedente: Ruanda.
A lo anterior cabría agregar los actos de lesa humanidad cometidos por gobiernos o grupos organizados sobre la población civil. Ejemplos de este tipo de monstruosidades existen muchos y no necesitamos ir muy lejos en el tiempo, para recordar tragedias humanas como la de Ruanda, que llegó a plasmarse en el intento de exterminio de la población tutsi por parte del gobierno hegemónico de origen hutu de Ruanda en 1994, año en el que se eliminó al 75% de los tutsis. Dicha tragedia trascendió a la comunidad internacional que presionó para que se juzgara a los culpables.

Al respecto, el Tribunal Internacional Penal para Ruanda señala que el ataque  generalizado es un ataque masivo [o en] acción a gran escala, (…) con considerable seriedad y dirigido contra múltiples víctimas” (Cfr. The Prosecutor vs. Jean-Paul Akayesu, Caso N. º ICTR-96-4-T, Sentencia del 2 de septiembre de 1998, párrafo 585).” En STC 024-2010-PI/TC. F.J. 48.

Asimismo, dicho Tribunal para el caso de Ruanda, precisa que un ataque sistemático implica  un ataque que sigue “un patrón regular basado en una regla de acción común que involucra una fuente substancial pública o privada. No hay requerimiento de que esta regla de acción sea adoptada formalmente como una política del Estado. Sin embargo, debe haber algún tipo de regla de acción o plan preconcebido” (Cfr. The Prosecutor vs. Jean-Paul Akayesu, ob. cit., párrafo 585). En STC 024-2010-PI/TC. F.J. 48. Los procesados incluyen altos dirigentes políticos y militares, así como personas influyentes en los medios de comunicación y el clero, y un compositor, quien fue encontrado culpable de ayudar en el genocidio.

Genocidio en Yemen.
El penoso asunto que antes se describe ocurrió hace 24 años, pero en la actualidad existen otros lugares donde ocurren actos igualmente reprobables, que ameritan responsabilidades tanto de gobiernos, como de grupos opositores, que han provocado graves daños a la población. De acuerdo con la página de las Naciones Unidas varias veces citada: “La República de Yemen representa por ahora, la mayor crisis humanitaria en el mundo, con 22.2 millones de persona necesitadas de asistencia y protección; A esta guerra civil ha sido arrastrada la población desde el año 2015.”

Los dos bandos:
Uno está integrado por las milicias hutíes, una minoría religiosa chiita y las unidades del ejército leales al ex presidente Abdallah Saleh, quienes son apoyados por Irán. En el lado contrario se encuentran el presidente Mansur Hadi, grupos locales opuestos a la hegemonía hutí y una coalición internacional formada por una decena de países de la región y liderada por Arabia Saudí. En este caso se produce la intervención extranjera, encabezada por una parte por una coalición de países que como antes se dice, lidera Arabia Saudita y Emiratos Árabes; quienes han empleado armamento moderno, como la aviación que emplea misiles y bombas de precisión, que por cierto no dan solo en el blanco militar; sino que también destruyen escuelas, hospitales y lugares públicos.

La crisis en Venezuela.
La situación que viven nuestros amigos venezolanos es triste e inexplicable desde el punto de vista de los recursos con que se cuentan para poder llevar una vida digna y buscar el desarrollo en todos los campos de la vida. En este caso, son los hombres que dirigen los destinos del país quienes han actuado de manera equivocada. El afán de poder y la ambición por las riquezas que posee el país, han llevado a los bandos existentes (gobierno-oposición) a un enfrentamiento que se prolonga durante casi dos décadas, poniendo de por medio a la población, dividida en clases sociales: los seguidores y beneficiarios directos del régimen y, los “escuálidos” (adjetivo despectivo que viene usando el gobierno, para referirse a la gente adinerada y la clase media). Son las masas populares las que ponen los muertos y quienes se han visto más afectados por la “guerra económica” en la que no ceden ni los chavistas-maduristas, ni la oposición.

El saldo, un drama humano, en el que la población está tratando de buscar otros horizontes menos inciertos, emigrando a países vecinos como Colombia, Brasil, Ecuador, Perú y otros países que los han acogido; incluyendo México, que aunque geográficamente se encuentra alejado de la zona de conflicto, ya ha recibido a decenas de miles de venezolanos.

En otro enfoque de las crisis humanitarias, se señala el problema del hambre, como un flagelo que se nutre de la fragilidad de la población en casos de conflictos políticos y sociales con repercusiones económicas; a lo cual se suman los fenómenos naturales y la desaceleración económica mundial. Al respecto, un nuevo informe de la ONU destaca que el número de hambrientos continúa creciendo por tercer año consecutivo. América Latina, muestra que un 6,1% de la población está subalimentada, siguiendo la tendencia mundial, debido en gran parte a la situación en Venezuela.

De acuerdo con dicho estudio, en todo América Latina y el Caribe, 39.3 millones de personas (un 6,1% de la población), estaba malnutrida en 2017 frente a los 38.9 millones en 2016.  La desaceleración económica se ha sentido especialmente en el caso de Venezuela, donde la tasa de prevalencia de personas subalimentadas fue en 2017 del 11.7%, unos 3.7 millones de personas. Una tasa superior, por ejemplo, a la que registró en 2006, cuando fue del 10.5%. La renta per cápita de Venezuela ha disminuido en un 25.8% entre 1990 y 2017, reveló este viernes el informe anual del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD) que mide los logros obtenidos en varias dimensiones del desarrollo humano, como tener una vida larga y saludable, adquirir conocimientos y disfrutar de un nivel de vida digno.

Venezuela ha continuado descendiendo en la lista mundial del Índice de Desarrollo Humano en los últimos cinco años, especialmente por la caída de los ingresos, y se teme que el éxodo masivo de ciudadanos pueda seguir afectándole en el futuro, ya que las estadísticas de 2018, no se encuentran incluidas en este informe. “Venezuela en este informe cae dieciséis puestos con respecto a la situación de cinco años atrás. Hay ciertos indicios de que las turbulencias o problemas que se han enfrentado a nivel social y que tienen que ver con elementos políticos y sociales tienen un efecto sobre las condiciones de desarrollo humano”, según especialistas del PNUD. Solo Siria, Libia y Yemen, tres países con prolongados conflictos, han perdido más puestos que el país suramericano.

Las Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) han anunciado en un comunicado el nombramiento de Eduardo Stein como representante especial conjunto para los refugiados y migrantes venezolanos en América Latina. El nombramiento de ambas agencias, encargadas de entregar ayuda humanitaria y cuidar de los derechos de los desplazados en el mundo, se produce en el contexto de la salida masiva de venezolanos del país. Más de 2,4 millones de personas han abandonado Venezuela desde 2014 y un 90% de ellos se han quedado en países de la región: “Stein aporta una vasta experiencia profesional, influencia política y profundo conocimiento de la región, que será fundamental para apoyar los esfuerzos de los gobiernos nacionales para abordar las necesidades de protección y soluciones de un número cada vez mayor de refugiados y migrantes venezolanos”, se señala en el comunicado. Promoverá un enfoque regional coherente y armonizado de la situación de Venezuela. Según ambas agencias, el representante especial “promoverá un enfoque regional coherente y armonizado de la situación de Venezuela” en coordinación con los gobiernos nacionales, las organizaciones internacionales y otras partes interesadas relevantes. Además, “trabajará para promover el diálogo y el consenso necesarios para la respuesta humanitaria, incluido el acceso al territorio, la protección de los refugiados, los arreglos legales para la estadía y la identificación de soluciones para los refugiados y migrantes venezolanos”.

El martes 25 de septiembre en el marco de la 73ª Asamblea General de la ONU, se abordó el asunto de Venezuela y sobre una posible “intervención humanitaria” en dicho país, para “proteger los derechos humanos”. En el reporte correspondiente se afirma que 93 países votaron a favor de la propuesta –aunque el total de miembros integrantes de la Organización asciende a 193-, 16 en contra y 17 abstenciones. Entre las justificaciones que se citan son en primer lugar que 2.3 millones de venezolanos se han visto obligados a emigrar a países vecinos y mucho más allá de sus fronteras. Asimismo, los promotores de la iniciativa citan cifras negativas en cuanto PIB, inflación y otros rubros.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA), el principal brazo humanitario de Naciones Unidas, informó que necesita 22 millones de dólares suplementarios para atender a los venezolanos que entran a Colombia. “Cuando las familias inmigrantes llegan a los centros de recepción reciben alimentos calientes y pueden quedarse de tres a cinco días, pero luego tienen que irse para que otros recién llegados puedan ser atendidos”, dijo el portavoz del PMA, Herve Verhoosel.

Muchos de los que tienen que abandonar esas instalaciones temporales se convierten en personas sin domicilio o viven en asentamientos informales que se van creando. “Miles de familias venezolanas viajan días y semanas por rutas peligrosas que pasan ríos, encuentran frecuentemente gente mal intencionada y, en general, no están preparadas para este tipo de travesía”, explicó. La falta de alimentos se convierte en el principal problema para quienes atraviesan a diario la frontera entre Venezuela y Colombia, que cuenta con siete puntos de pasaje oficiales y más de un centenar informales, con más de 50% de inmigrantes que entran a Colombia por estos últimos. El PMA ha proporcionado ayuda alimentaria de emergencia a más de 60.000 venezolanos en los departamentos fronterizos de Arauca, La Guajira y el Norte de Santander, en Colombia, y más recientemente ha empezado también a operar en el departamento de Nariño, que tiene frontera con Ecuador.

A petición de las autoridades colombianas, el organismo también desarrollará actividades en favor de la integración de los inmigrantes y la estabilidad de las comunidades que los reciben. Colombia pidió crear un fondo para afrontar éxodo de venezolanos. “Ante el aumento previsto de inmigración a Colombia, el PMA espera que la comunidad internacional siga apoyando esta respuesta de emergencia”. De acuerdo con evaluaciones recientes efectuadas por el PMA entre inmigrantes en Colombia, 80% de ellos sufren de inseguridad alimentaria.

Finalmente, entre las noticias más recientes provenientes de las Naciones Unidas, aparece el hecho de que al 27 de septiembre de 2018, el Consejo de Derechos Humanos pide a Venezuela que deje entrar ayuda humanitaria. “Es la primera resolución de la historia sobre el país sudamericano. El texto expresa preocupación “por las graves violaciones de derechos humanos en el contexto de una crisis política, económica, social y humanitaria”. El Consejo también solicita a la Oficina de Derechos Humanos que redacte un nuevo informe “exhaustivo” sobre la situación.” Asimismo, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas aprobó una resolución en la que pide al Gobierno de Venezuela que abra sus puertas a la asistencia humanitaria: “para solucionar la escasez de comida y de medicinas, el aumento de la malnutrición, especialmente entre los niños, y el brote de epidemias que habían sido previamente erradicadas en Sudamérica”.

El texto lo copatrocinaron 42 países, entre ellos Argentina, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guayana, Honduras, México, Paraguay y Perú y ha obtenido 23 votos a favor, 17 abstenciones y 7 en contra.

Los casos arriba citados no son los únicos que se presentan en el escenario internacional, subsisten conflictos como el de Sudán del Sur, que de acuerdo con ACNUR vive un conflicto que se prolonga por más de cinco años, por lo cual más de 7 millones de personas necesitan asistencia. Como esos casos se encuentran los desplazados por la guerra que padece Siria, cuyos habitantes han tenido que buscar refugio en países vecinos y en ese contexto podríamos alargar la lista.

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