De Allende a Bachelet: el Imperio Socialista en Chile

Columna
PanAm Post, 03.08.2018
Gian De Biase, cientista político venezolano afincado en Chile
El gobierno de Bachelet, será recordado como el más corrupto y nefasto de la historia de Chile, solo superado en destrucción por el Gobierno de Allende

Todo inició cuando Salvador Allende decidió llevar a cabo la revolución por la vía democrática como había establecido la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, al cual este señor respondía.

La moda en esa época, y básicamente desde que el dictador Lenin lanzara su campaña contra el “Imperio Capitalista Yankee”, contrarrestándolo con el Imperio Comunista Soviético. Éste último empezó a poseer colonias, que les puso el nombre de “Repúblicas” pero que al final eran dictaduras que respondían al vasallaje de la URSS efectuado a través del Comité para los Partidos Comunistas y Socialistas, pero una vez en el poder, la idea era anexarlos al totalitarismo soviético.

Allende llega a la presidencia de Chile cuando en el Congreso la Democracia Cristiana(DC) prefiere un prospecto de dictador socialista antes que un candidato republicano. El socialista Salvador Allende desde el primer día aplica su proyecto socialista por la fuerza, llegando a afirmar en campaña “Vamos a cambiar las instituciones y la sociedad. No vamos a suprimir el derecho a discrepar, salvo en aquellos casos en que se sabotee el programa popular” (El Siglo, 6-III-1970).

Para hacer breve la historia, Allende empezó a tomarse atribuciones que no estaban en los marcos legales: estatizar empresas, perseguir hacendados, tomarse por la fuerza propiedades, perseguir opositores, controlar los precios, productos y servicios; es decir, siguió a rajatabla la receta socialista que su amigo el dictador Castro le impuso, puesto que el objetivo era construcción del Imperio Comunista.

Luego de dejar a Chile con hambre, miseria y muerte, la misma DC que lo había llevado al poder pide a las Fuerzas Armadas que destituya al socialista Allende —quien incluso tenía grupos armados paramilitares bajo su mando como el GAP (Grupo de Amigos Personales) o los guerrilleros del MIR, el Partido Socialista o Comunista, y miembros del Gobierno de la Unidad Popular.

El desenlace es bien conocido. El general Pinochet, quien pertenecía al gabinete del socialista Allende, puesto que como le indicó Castro, este debía corromper a las Fuerzas Armadas “burguesas”, objetivo que no fue logrado y estas detuvieron sus delirios totalitarios de construir el segundo país socialista después de Cuba.

Se bombardeó el Palacio de la Moneda aquel 11 de Septiembre del 1973, y Allende, con el fusil que le regaló su amigo Fidel, puso fin a su vida antes de ser capturado con la intención de no pagar ni un día de cárcel por sus crímenes.

Pasaron las décadas, la guerra fría continuaba, se instaló una Junta Militar en Chile, la cual impuso una dictadura o gobierno militar, como pasó en el resto de Latinoamérica, bajo la protección y apoyo de los Estados Unidos de América, así como Allende era apoyado por la dictadura cubana, la KGB soviética y el Imperio Comunista. Este gobierno militar fue capaz de componer el desastre económico realizado en apenas más de 2 años de intento de dictadura socialista, con el asesoramiento de los economistas de la Escuela de Chicago.

Al culminar la guerra fría con la caída del Muro de Berlín, se anuncia el fin de la amenaza comunista y como la mayoría de las dictaduras militares de Latinoamérica, el general Pinochet pasa el poder a un civil, el democratacristiano Patricio Alwyn.

Pero en ese momento, en el año 1990, el dictador Castro empezaría su propia organización, reemplazado el marxismo-leninismo por el castrismo-socialismo. Todos los partidos comunistas y socialistas que quedaron huérfanos, se agruparían en el Foro de Sao Paulo, donde seguirían instrucciones de la dictadura cubana, y abandonarían la lucha armada guerrillera, que solo en Colombia dejó 200.000 asesinatos por parte de la FARC ¿Cuál era el objetivo de esta organización? Crear el Imperio Socialista, ahora con sede en la Habana, Cuba, reemplazado al antiguo Imperio Comunista.

Este sería el momento propicio para que la hija del general Bachelet, quien llevó el control de abastecimiento durante el gobierno socialista de Allende, la joven Verónica Michelle Bachelet Jeria, miembro de la juventud del partido socialista, inicie su carrera política. Es así como luego de la destitución de Allende, se exilia en la Alemania comunista y regresa a Chile para convertirse en la comandante Claudia, del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, el cual se dedicó a realizar atentados terroristas contra el gobierno militar y también contra los mismos chilenos.

Bachelet, luego de abandonar la lucha armada terrorista, sigue las instrucciones de su mentor Castro y es electa presidente, luego de pertenecer al gabinete de Ricardo Lagos. La excomandante  tiene dos períodos, uno del 2006 al 2010 y otro de 2014 al 2018, siendo este último el Gobierno donde más creció la corrupción, endeudó al país, creó clientelismo y asistencialismo político, e hizo crecer aún más el Estado.

Existen muchos casos abiertos como el Transantiago, o el que su hijo Sebastián Dávalos cobrara sueldos por la Moneda y además se adjudicara unos terrenos, también la acusación al Ministro Peñailillo por obstrucción a la justicia, entre otras calamidades.

El gobierno de Bachelet, será recordado como el más corrupto y nefasto de la historia de Chile, solo superado en destrucción por el Gobierno de Allende. De Allende a Bachelet, aunque se desplomó la URSS, el objetivo no ha cambiado: la izquierda busca construir una dictadura al servicio del Imperio Socialista que han creado los dictadores Castro.

En Chile, estos partidos políticos son miembros del Foro de Sao Paulo: Izquierda Ciudadana, MAS Región, Partido Comunista, Partido Humanista, Partido Socialista, Movimiento de Izquierda Revolucionaria, Revolución Democrática y Partido del Socialismo Allendista. Todos ellos quieren imponer un socialismo “democrático” y entregar el país al Imperio Socialista.

La izquierda latinoamericana sigue sumando esfuerzos a través del progresismo, y aunque han tenido reveses, trabajan a través de su establishment con fondos públicos para destruir las Repúblicas occidentales e instaurar dictaduras socialistas.

Chile se encuentra acorralado por un Estado lleno de operadores políticos y por un entreguismo a las Naciones Unidas y también a la dictadura cubana. Solo el sentido común de la mayoría silenciosa que se empieza a organizar será capaz de detener la amenaza de la izquierda ideológica.

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