Carta La Tercera, 02.11.2017 Jaime Lagos E., abogado y embajador (r)
Con admirable candidez la candidata presidencial Beatriz Sánchez ha manifestado durante el último programa de Tolerancia Cero que los problemas con Bolivia se resolverían a través de la cooperación e integración regionales. Ignora, por cierto, que ese camino se ha intentado desde hace más de 100 años. Evo Morales de inmediato consideró que esos propósitos favorecían la causa boliviana al provenir de una candidata presidencial chilena, estableciendo un contraste con la actitud del gobierno de Michelle Bachelet.
Lo que Morales no expresó fue de que esa posibilidad está sujeta a una condición que Chile no puede aceptar: la cesión de territorio. Hay que recordar que la Constitución boliviana de 2009 establece que Bolivia “tiene derecho imprescriptible e irrenunciable sobre el acceso al mar” y que debe “renegociar los tratados que contravienen esa prescripción constitucional”, referencia al Tratado de 1904 que estableció de manera definitiva los límites entre ambos países. Debido a este condicionamiento la negociación de la agenda de 13 puntos que establecía bases de cooperación en diversos ámbitos fue interrumpida al exigir Bolivia que únicamente debería concentrarse en la causa marítima boliviana.
Al mismo tiempo, La Paz se ha negado, por esta razón, a que se restablezcan las relaciones diplomáticas entre los dos países. En resumen, las ilusiones de Beatriz Sánchez son “un volador de luces”.
