El Apartheid del Siglo XXI

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runrun.es, 02.09.2018 
Milos Alcalay, embajador (r) y ex viceministro de RREE venezolano

Al irrumpir la grave crisis humanitaria  en Venezuela, la Comunidad Internacional intentó ofrecer  su solidaridad para aliviar la falta de comida, de medicinas, y aliviar la crisis existente. La respuesta del Gobierno fue una prepotente negativa de rechazar la ayuda humanitaria ofrecida a los pobres, a pesar del colapso de las instituciones económicas, políticas y  sociales del país. Ante esa situación, la desesperación hizo que cientos de miles de compatriotas optaran por sumarse a un éxodo de proporciones nunca vividas en el Hemisferio para sobrevivir fuera de nuestras fronteras debido a la incomprensible catástrofe- en la que el país más rico de América Latina se convirtió en el más empobrecido ante la cruel indiferencia oficial

En vez de reconocer la grave realidad, nos encontramos ante un Gobierno que sin escrúpulos niega la existencia de ese éxodo masivo. La Vice Presidenta Rodríguez en vez de ofrecer soluciones que ayuden a los ciudadanos a emigrar, ataca a los países del Grupo de Lima y en especial a Colombia acusándolos de dar cifras inexistentes y trata de confundir a la opinión pública usando medias-verdades.

Es cierto que en el pasado nuestra Nación se caracterizó por ser una Tierra de Asilo cuando nuestro país era un espacio de libertad, democracia y desarrollo, pero hoy la situación es totalmente distinta y en vez de cumplir con su obligación de otorgarle facilidades a los ciudadanos que optan por emigrar, más bien impone como falsa solución, nuevas medidas de dominación ideológica y de discriminación al obligar a los ciudadanos a inscribirse para obtener el carnet de la patria, requisito indispensable para tener acceso a la posibilidad de recibir comida, medicinas , pensiones de jubilación, gasolina subsidiada y otros privilegios a cambio de una sumisión al partido de gobierno, lo que en la práctica significa que ha impuesto un sistema de apartheid del Siglo XXI sin precedentes. Además de la inaceptable humillación, se niega a dotar de documentos absolutamente necesarios para quienes desean salir de la pesadilla totalitaria, ya que es prácticamente imposible obtener un pasaporte, y otros documentos requeridos en el exterior tales como antecedentes penales , apostillado de títulos, vacunas.

La masiva e incontrolada diáspora le genera problemas adicionales a los venezolanos ya que al salir indocumentados, les dificulta a los países receptores asegurarse de la identidad de los nuevos migrantes, y por ello se multiplican reuniones como las de las Cancillerías de países limítrofes realizada en Bogotá, o en las reuniones de los Responsables de Inmigración de la Comunidad Andina de Naciones, o  en la reunión del Consejo Permanente convocada por la OEA,  junto a la activa participación de los organismos internacionales como ACNUR, la OIM, la Unión Europea y otras instituciones.

Al reconocer y agradecer la solidaridad regional, hemisférica e internacional, estamos convencidos que la solución de la profunda crisis humanitaria que vive Venezuela no puede ser la de crear comunidades venezolanas en los países del Mundo, sino exigir que una nueva alternativa democrática pueda sustituir de emergencia a las actuales autoridades para que retornen las condiciones de un Estado de Derecho que cumpla con la Constitución y con los Acuerdos Internacionales y que el venezolano tenga posibilidades de progresar en su propio país, y no fuera.

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