El enemigo histórico de Francia

Columna
El Deber, 28.08.2016
Agustín Saavedra Weisse

Una hábil inducción subliminal –digitada– convenció que Alemania fue el enemigo histórico de Francia, aunque su real rival fue Inglaterra. Al morir Carlomagno, los francos crearon un Estado centralizado, mientras que los germanos mantuvieron principados independientes hasta 1870. En el siglo XI surgen conflictos hereditarios entre ingleses y franceses. En 1066, Guillermo de Normandía invade y conquista Gran Bretaña e inicia una larga dinastía. Al aguzarse las pretensiones e incursiones británicas vino la guerra de los 100 años. Destacó allí Juana de Arco.

Francia tenía mayor cantidad de habitantes y recursos que sus contrincantes. Empero, la inferioridad numérica inglesa fue compensada con el invento del ‘arco largo’. Esa ventaja fue letal para la caballería rival. El arquero triunfó sobre el jinete con armadura, que poco después desapareció. La batalla de Agincourt (1453) concluyó mal para Francia. Inglaterra ocupó sus territorios por décadas hasta que finalmente se retiró. Pero allí no terminaron los problemas con el eterno rival… Los ingleses siguieron disminuyendo presencia e influencia francesa donde les era posible. Se apoderaron de espacios galos y sus corsarios dominaron el Caribe. Napoleón Bonaparte prometió vengar “500 años de humillación”. Queriendo reeditar la hazaña de Guillermo, planificó invadir la isla previa anulación de la flota inglesa. Napoleón construyó otra imponente flota, que fue destruida por el Almirante Nelson en Trafalgar. Así terminó el sueño de venganza e Inglaterra no fue invadida. Luego, la victoria del Duque de Wellington en Waterloo (junio 1815) liquidó la supremacía francesa.

La “pérfida Albión” no tiene ningún hermano en Europa ni lo tuvo nunca. Aunque el conflicto de los 100 años fue por razones dinásticas y con la intención de que un reino absorba al otro, eso no sucedió: ambos países siguieron caminos separados, pero ya desde entonces Inglaterra fue el rival principal de Francia. Londres luego fabricó lo de la ‘tradicional enemistad’ franco-germana, que no fue tal por lo menos hasta 1870. Antes y después, los ingleses prosiguieron quitándole colonias a París. Algunas de las más importantes: Canadá, Luisiana (vía EEUU), India, varias islas del Caribe, tierras en África y Asia, etc. Los ingleses llaman a Europa ‘The continent’. Ellos son y no son parte, dependiendo de cómo manejan –a su favor– el equilibrio de poder e impedirán siempre el surgimiento de hegemonías. Londres no toleró en su época ni a Napoleón ni a Hitler; hoy no tolera a la Unión Europea. Los ingleses fueron y siguen siendo un pueblo peculiar y admirable. En su apogeo ocuparon la cuarta parte del globo.

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