El regreso de ‘Mein Kampf’

Reportaje
La Vanguardia, 02.12.2015
María-Paz López, corrresponsal en Berlín
  • Alemania publicará una edición crítica del libro de Hitler al vencer los derechos de autor
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En este año 2015 en que Alemania ha conmemorado su convulsa historia reciente en un septuagésimo aniversario tras otro, de la liberación de Auschwitz a la caída de Berlín, del fin de la Segunda Guerra Mundial al inicio del proceso de Nuremberg a los líderes nazis, las circunstancias legales han querido que la ley germana de Derechos de Autor –toda obra queda en poder de los herederos durante los setenta años tras el fallecimiento de su creador– vaya a sumarse, en cierto modo, a esos aniversarios.

Así, setenta años después de la muerte de Hitler y del fin del Tercer Reich, Mein Kampf (Mi lucha), el libro en el que el dictador vertió las letales bases de la ideología nacionalsocialista, volverá por primera vez a las librerías alemanas, pero no tal cual, sino en forma de edición comentada. El Instituto de Historia Contemporánea de Munich (IfZ, por sus siglas en alemán), uno de los puntales de la investigación académica sobre el nazismo, publicará a mediados de enero una edición crítica de la obra del luego llamado Führer, en la que ha trabajado desde 2009 y que está en imprenta.

Motivo por el que se publica ahora: el próximo 31 de diciembre expiran los derechos de autor sobre la obra, derechos que posee el estado federado de Baviera por decisión de las potencias aliadas vencedoras de la guerra. Motivo por el que Baviera recibió en su día en herencia todo el patrimonio del Führer, incluido el libro: Hitler se suicidó en Berlín sin dejar descendencia, pero su último domicilio según el padrón fue el número 16 de la Prinzregentenplatz, una céntrica plaza de Munich, capital de Baviera.

“Esta edición crítica que presentamos tiene dos direcciones muy concretas: es una edición del Mein Kampf de carácter académico, y persigue también una función moral –dijo ayer el director del instituto muniqués, Andreas Wirsching, en un encuentro en Berlín con la Asociación de la Prensa Extranjera en Alemania (VAP)–. Habría sido irresponsable permitir que semejante texto circulara a partir del 1 de enero sin equiparlo con comentarios que lo contextualicen”.

Hitler escribió Mein Kampf en la cárcel, condenado por orquestar en 1923 el fallido golpe de Estado conocido como Putsch de Munich; en gran parte lo dictó a su ya entonces lugarteniente, Rudolf Hess. El libro –en realidad, su primer tomo– se publicó en 1925 por primera vez. “ Mein Kampf es el producto de una derrota; Hitler relata su autobiografía e intenta formular las bases de una ideología racista, antisemi-ta y expansionista, un programa político para su partido, el NSDAP, y su visión de lo que quería que fuera el Tercer Reich”, explicó el historiador Christian Hartmann, que ha liderado el equipo de trabajo de expertos de esta edición crítica.

Titulada sucintamente Hitler, Mein Kampf. Eine kritische Edition (título comprensible sin traducir), esta obra de 1.948 páginas en dos volúmenes contiene las casi 800 páginas de la obra original de Hitler, junto a más de 3.500 comentarios académicos. La maqueta está concebida para rodear Mein Kampf con explicaciones que refutan y ponen en su sitio las ideas de Hitler.

Al abrir el libro, en la página derecha se reproduce el texto original –que no ocupa todo el espacio–, y en la página izquierda y parte inferior de la derecha, las anotaciones. “Hitler era un demagogo clásico, que mezclaba verdades, medias verdades y mentiras; nuestro método de trabajo ha sido sitiar su texto, también en el aspecto gráfico, cercándolo con anotaciones científicas que lo desmontan”, explicó Hartmann a los corresponsales extranjeros. Se pondrán a la venta en un principio entre 3.500 y 4.000 ejemplares, al precio de 59 euros, que sus promotores juzgan adecuado tratándose de una obra académica que aspira a ser también leída por el público general.

Al principio, el Gobierno socialcristiano bávaro apoyó este proyecto del Instituto de Historia Contemporánea de Munich, con la idea de atajar posibles reediciones incontroladas cuando vencieran los derechos. En 2012 incluso concedió al instituto una ayuda de 500.000 euros, pero tras un viaje de las autoridades de Baviera a Israel, se produjo un vuelco en 2013. El portavoz de Educación bávaro, Ludwig Unger, dijo entonces que se desmarcaban de “un libro que condujo a la masacre y persecución de millones de personas”. El presidente regional, Horst Seehofer, arguyó que, como promotor ante el Tribunal Constitucional de que se prohíba el partido de extrema derecha NPD, no podía luego estampar el escudo estatal de Baviera en una nueva edición de Mein Kampf. “El Gobierno de Baviera ha terminado totalmente distanciado del proyecto”, afirmó Wirsching.

Contra lo que comúnmente se cree, Mein Kampf no es un libro prohibido en Alemania; es totalmente lícito poseer un ejemplar, venderlo, comprarlo y, por supuesto, leerlo. Sigue habiendo miles de ejemplares de segunda mano en mercadillos y librerías de viejo –nada extraño si se piensa que en la época nazi fue un libro superventas con hasta doce millones de ejemplares–, y puede utilizarse con fines educativos, en la universidad o en los institutos de secundaria.

Lo que estaba prohibido era reeditarlo, para evitar su uso por grupos de ultraderecha. En la posguerra, al recibir Baviera de los aliados tan terrible legado –vinculado explícitamente a la obligación de impedir que pudiera emplearse otra vez como propaganda nazi–, las autoridades bávaras acordaron con el Gobierno federal prohibir nuevas ediciones de Mein Kampf. La ley de Derechos de Autor blindó la obra durante los siete decenios transcurridos desde la muerte de Hitler. El dictador se suicidó el 30 de abril de 1945 en el búnker de la cancillería en Berlín, con lo que los derechos de autor expiran legalmente el último día de este año 2015.

Lo que seguirá estando prohibido a partir del próximo 1 de enero, cuando cualquier editorial en Alemania tendrá derecho a reeditar el libro, es publicar sólo la versión original sin más. En 2014, los consejeros de Justicia de los länder ratificaron que, por respeto a los millones de víctimas del régimen nazi, sólo podrían publicarse ediciones comentadas. “Hitler recoge buena parte del pensamiento antisemita y nacionalista de la época y lo ordena desde una racionalidad criminalmente perversa, en un libro por otra parte de escritura y estructura mediocres –señaló Andreas ­Wirsching, director del Instituto de Historia Contemporánea muniqués, apelando al valor académico de analizarlo y difundirlo–. Muchas de las ideas que expone anticipan lo que pasó después, como el concepto de lucha por el Lebensraum (espacio vital) y las furibundas invectivas contra los judíos”.

Sobre el riesgo de que grupos de extrema derecha y neonazis aprovechen la ocasión para reeditar el libro con comentarios laudatorios, la mayoría de analistas sostiene que las leyes alemanas contra incitación al odio, apología del racismo y negación del Holocausto serían para ellos un escollo infranqueable.

Mein Kampf hizo rico a Hitler desde el momento en que alcanzó la cancillería en 1933. El libro se convirtió en posesión obligada. “El Estado lo regalaba a los recién casados, y para los funcionarios era inevitable comprarlo; por eso al acabar la guerra quedaban miles y miles de ejemplares en las casas”, explicó el historiador Christian Hartmann. Otra cuestión es que el libro fuera leído. Los expertos del Instituto de Historia Contemporánea de Munich citaron encuestas estadounidenses de la posguerra, según las cuales entre el 20% y el 30% de los alemanes respondieron haber leído entero o en parte Mein Kampf durante la época nazi. “Considerando la presión del sistema para que el pueblo lo leyera, no consiguió gran penetración”, alegó Hartmann. En la Alemania de la posguerra, no todos estaban de acuerdo con la prohibición de reeditarlo. En 1959, el presidente federal Theodor Heuss dijo que debería volver a publicarse, para que la población comprendiera la ideología nazi. En el mundo hay actualmente millones de ejemplares de Mein Kampf en los más diversos idiomas, incluidos el hebreo y el árabe. En inglés está libre de derechos de autor. Puede adquirirse en versión Kindle una traducción al inglés en Amazon por sólo 99 centavos (93 céntimos de euro), lo cual da que pensar.

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