Carta El Mercurio, 14.02.2017 Juan Salazar Sparks, embajador (r) y director ejecutivo de CEPERI
Las razones que ha dado el subsecretario de RREE para afirmar que la "politización en la Cancillería" no se ajusta a los hechos me confirma que él no entiende la profesionalización del Servicio Exterior chileno. A saber:
- De acuerdo con sus propias estadísticas, ¿le parece poco que uno de cada cuatro embajadores chilenos sean políticos? Como en las cancillería de mayor prestigio, todos deberían ser de carrera.
- La veintena de funcionarios ascendidos al rango de embajador durante este gobierno es el resultado exclusivo de los pases a retiro de embajadores de carrera equivalentes. Por lo tanto, no ha habido una mayor fluidez de la planta del Servicio Exterior, ya que el alto número de embajadores políticos hacen de tapón a la carrera.
- Decir que, en la actualidad, de las 12 embajadoras en ejercicio, el 50% son de carrera no es ningún logro. Al igual que en el punto uno anterior, todas deberían ser de carrera.
- El haber designado diplomáticos de carrera en destinos que, tradicionalmente, no han sido ocupados por estos (ONU, OEA, Italia, España, Alemania) es reconocer, precisamente, que hasta ahora los embajadores políticos ocupaban los puestos más importantes, cosa que no cambia mucho si ahora se nombran funcionarios de carrera cuyo mérito es ser reconocidos militantes del PDC, PPD o PS.
Finalmente, el Subsecretario de RREE no da cuenta de los múltiples problemas ocasionados por "personas designadas como embajadores por la Presidenta de la República, en uso de sus facultades constitucionales", pero sin mayor experiencia internacional y que cometen serios errores. Por ejemplo, ¿en qué quedó la investigación sobre el discurso del embajador chileno en Vietnam (periodista comunista) en un cónclave comunista internacional?
