Patricio Aylwin Azócar (1918-2016)

[Resumen de la biografía preparada por el Congreso Nacional de Chile]

Abogado, profesor universitario y político del Partido Demócrata Cristiano. Senador en dos periodos (1965-73 y 1973), presidiendo la alta cámara entre el 12 de enero de 1971 y el 22 de mayo de 1972. Presidente de la República (1990-94).

Nació el 26 de noviembre de 1918 en Viña del Mar. Es hijo de Miguel Aylwin Gajardo, abogado y juez que llegó a ser presidente de la Corte Suprema de Justicia (1957), y de Laura Azócar Álvarez, hija de una familia de clase media de San Fernando. Hermano de Andrés Aylwin, quien fuera diputado, y de Arturo Aylwin, contralor general de la República durante los gobiernos de los presidentes Eduardo Frei Ruiz-Tagle y Ricardo Lagos Escobar.

En 1948, se casó con Leonor Oyarzún Ivanovic (n.1922). Padre de cinco hijos: Isabel, Miguel, José Antonio, Juan Francisco y Mariana, quien fuera diputada y ministra de Educación en la presidencia de Ricardo Lagos Escobar.

Realizó los estudios primarios en el Colegio de los Padres Salesianos de Valdivia y los secundarios en el Liceo de Humanidades de San Bernardo y en el Liceo Valentín Letelier de Santiago. Los concluyó en el Internado Nacional Barros Arana (INBA) en Santiago.

En 1936, ingresó a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, donde se licenció en Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales (1943), con la tesis titulada "El juicio arbitral". Se tituló de abogado en 1944.

Se desempeñó como abogado en el estudio de Raúl Varela. Entre 1945 y 1948, ejerció como secretario de la Comisión de la Corte Suprema encargada de redactar el Código Orgánico de Tribunales. Entre 1946 y 1967, fue docente de Derecho Administrativo en la Universidad de Chile y, paralelamente, entre 1952 y 1960, en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Entre 1949 y 1954, asumió como secretario del Instituto Chileno de Estudios Legislativos y, en 1967, como director de Escuela de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile.

En 1939, fue presidente de la Academia Jurídica de los Estudiantes de Derecho de la Universidad de Chile. También formó parte de la Juventud de Acción Católica. En 1945 se presentó como candidato a regidor por San Bernardo, sin lograr ser electo. Ese mismo año, ingresó oficialmente a la Falange Nacional y, al año siguiente, colaboró con su órgano de difusión la revista Política y Espíritu.

En 1947-48 y en 1950, ocupó el cargo de primer vicepresidente de la Falange Nacional. Fue candidato a diputado por el cuarto distrito de Santiago, en las elecciones parlamentarias de 1949, siendo derrotado nuevamente. En 1951 y 1952, fue presidente de la Falange Nacional.

El 28 de julio de 1957, participó en la fundación del Partido Demócrata Cristiano. Al año siguiente, fue electo su presidente, cargo que mantuvo hasta 1960. Ésta fue la primera de ocho presidencias que ejerció en su partido durante las siguientes décadas.

En las elecciones parlamentarias de marzo de 1965, fue elegido senador por la Sexta Agrupación Provincial "Curicó, Talca, Linares y Maule", cargo en el que fue reelecto ocho años más tarde, en las elecciones parlamentarias de marzo de 1973. Fue un cercano colaborador del gobierno de Eduardo Frei Montalva y un opositor al gobierno de la Unidad Popular. En ese contexto, fue uno de los gestores de la Confederación de la Democracia (CODE), alianza opositora a Salvador Allende conformada por la Democracia Cristiana y el Partido Nacional.

El 11 de septiembre de 1973, al momento de ocurrir el golpe militar, ocupaba la presidencia de su partido, que ejercía desde el 13 de mayo de ese año. Mantuvo este cargo hasta fines de octubre de 1976, retomando su profesión de abogado.

Durante el año 1977, junto a destacados juristas, formó un grupo de trabajo para hacer una proposición con respecto a la institucionalidad futura. En 1978, el organismo se amplió y tomó el nombre de "Grupo de Estudios Constitucionales", también denominado "Grupo de los 24", considerada como la primera instancia de encuentro entre juristas de diferentes corrientes políticas democráticas. Fue vicepresidente del mismo.

Rechazó la Constitución de 1980 y fue contrario a la ratificación plebiscitaria de ese año.
En 1982, volvió a la directiva del Partido Demócrata Cristiano como vicepresidente. Desde dicho cargo, participó en la formación de la Alianza Democrática, compuesta por partidos de centro e izquierda. A instancias de la Iglesia Católica, impulsó el Acuerdo Nacional para la Transición a la Plena Democracia, el cual suscribió junto a otros dirigentes, en agosto de 1985.

Entre 1987 y 1989, ocupó nuevamente la presidencia del Partido Demócrata Cristiano. Al año siguiente, en 1988, colaboró por la campaña del "NO" para el plebiscito de ese mismo año, en su calidad de vocero de la Concertación de Partidos por el "NO".

Luego del triunfo del "NO" el 5 de octubre de 1988, participó en las negociaciones con el entonces presidente Augusto Pinochet, que buscaron la aprobación de cincuenta y cuatro reformas a la Constitución Política de 1980. Estas fueron aprobadas en el referéndum de julio de 1989 y se constituyeron como un paso importante de la transición a la democracia.

En agosto de 1989, fue designado candidato a la presidencia de la República por la Concertación de Partidos por la Democracia, para las primeras elecciones presidenciales tras el golpe militar de 1973.

El presidente Aylwin gobernó con el apoyo de la Concertación de Partidos por la Democracia iniciando la denominada "Transición a la Democracia". Durante su gobierno, el 25 de abril de 1990, se creó la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, encabezada por el jurista y ex parlamentario Raúl Rettig, quien tuvo como misión investigar y elaborar un informe que diera cuenta de las violaciones a los derechos humanos durante el régimen militar. Este documento, conocido como "Informe Rettig", fue entregado el 8 de febrero de 1991, durante una ceremonia solemne. Como resultado, se creó la Corporación de Reparación y Reconciliación, encargada de calificar la posible condición de víctimas de aquellas personas respecto de las cuales a la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación no le fue posible formarse convicción, o cuyos casos no alcanzó a examinar por falta de antecedentes suficientes. Además, se creó la Oficina Nacional de Retorno, cuya labor consistió en ayudar y compensar a los retornados de la Dictadura.

En el ámbito económico, su gobierno siguió una estrategia denominada "crecimiento con equidad", reconociendo la deuda pendiente del país con los más pobres. Chile vivió años de crecimiento económico (6% promedio entre 1990 y 1993), fundamentado en el incremento de las exportaciones, la consolidación del libre mercado y la prudencia fiscal. Estas medidas permitieron la reducción de la inflación (de 27,3% en 1989 a 11,2% en 1993) y del desempleo (de 6,3% en 1989 a 4% en 1993). También, impulsó la apertura internacional en temas comerciales mediante acuerdos bilaterales con países como México, Argentina, Venezuela, Bolivia y Colombia. Además, promovió las giras internacionales oficiales para reinsertar a Chile en la comunidad internacional.

Finalizado su ejercicio presidencial, no asumió como senador vitalicio porque la Constitución de 1980 reservó esa prerrogativa a los mandatarios que hubieran ejercido la jefatura de Estado por un periodo mínimo de seis años. No obstante, el 25 de marzo del 2000, el Congreso aprobó una enmienda constitucional que creó el estatuto de los ex presidentes y otorgó inmunidad jurídica y dieta a los senadores vitalicios que renunciaran al cargo, extendiendo el beneficio al ex presidente Aylwin.

Continuó activo en la vida política como presidente de la Corporación Justicia y Democracia, entidad dedicada a promover programas de formación de la juventud, prestar asesoría profesional y aportar investigación académica en torno a las problemáticas del desarrollo del país. También, presidió la Comisión Latinoamericana y el Caribe sobre Desarrollo Social encargado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Entre julio de 2001 y enero de 2002, asumió como presidente temporal del Partido Demócrata Cristiano, en respuesta al llamado realizado por el Consejo Nacional de su colectividad.

Murió el 19 de abril de 2016 en Santiago.


 "La justicia en la medida de lo posible"

[Memoria chilena. Biblioteca Nacional]

Patricio Aylwin Azócar es uno de los personajes más relevantes de la historia del siglo XX chileno, no solo por su destacada carrera jurídica y su constante desempeño en la vida política del país, sino que también y ante todo, por haber sido el primer presidente elegido democráticamente, luego de diecisiete años de dictadura militar.

Nació en la ciudad de Viña del Mar, como primogénito del matrimonio entre el abogado y ex ministro de la Corte Suprema, Miguel Aylwin Gajardo y Laura Azócar Álvarez. Cursó sus estudios primarios en diversas instituciones, como los Padres Salesianos de Valdivia, el Liceo de Humanidades de San Bernardo y el Internado Nacional Barros Arana. En 1943, como alumno de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, obtuvo la licencia en Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, con su tesina llamada El juicio arbitral, y en 1944, recibió el título de Abogado. Su carrera jurídica la desarrolló ejerciendo como profesor en distintas instituciones, entre las cuales se incluyen el Instituto Nacional, la Pontificia Universidad Católicay la Universidad de Chile. A su vez, fue secretario de la Comisión redactora del Código Orgánico de Tribunales de la Corte Suprema.

Durante el gobierno radical de Juan Antonio Ríos, Aylwin decidió ingresar a la Falange Nacional (FN), agrupación política liderada por jóvenes disidentes del Partido Conservador, y que él llegó a presidir entre los años 1950-1951. Participó en la fundación del Partido Demócrata Cristiano (PDC), y en 1958, fue por primera vez nombrado presidente de este conglomerado, siendo reelegido para el cargo en 1964, año en que Eduardo Frei Montalva, también demócrata cristiano, fue elegido Presidente de la República.

En la elección presidencial de 1970, el papel que jugó Aylwin y los demás dirigentes demócrata cristianos fue fundamental, debido al alto número de parlamentarios que este partido tenía en las dos Cámaras del Congreso. Como ninguna de las candidaturas logró alcanzar la mayoría absoluta de los votos, la decisión de la proclamación del presidente recayó en el Congreso. Las Cámaras consintieron en otorgar la presidencia a Salvador Allende, quien obtuvo la mayoría de los votos, a cambio de un pacto de garantías democráticas que establecía una serie de condiciones al Gobierno de la Unidad Popular.

A partir de las medidas de la Unidad Popular tendientes a nacionalizar sectores de la economía, y a la intensificación de los problemas sociales, los demócratas cristianos adhirieron al obstruccionismo institucional establecido por la derecha política, representada por el Partido Nacional. Fue así como en el año 1971, Aylwin, como presidente del Senado, demandó que las expropiaciones relacionadas con la estatización de la minería se gestionaran como reforma constitucional, para posteriormente ser negociadas con la oposición en el Congreso, contribuyendo con ello a paralizar la puesta en práctica de la estatización de la minería del cobre.

Las crisis política que dividía al país, junto al obstruccionismo férreo de la oposición, y el apoyo que esta misma recibió de los Estados Unidos, provocó, en 1973, el Golpe Militar. Durante este año, Aylwin fue nuevamente elegido presidente de la Democracia Cristiana, aunque luego del 11 de septiembre se clausuró toda actividad legislativa. Pese al cese de su cargo, él junto a varios miembros de su partido, manifestaron su apoyo a la llegada de los militares al poder, aduciendo que el golpe castrense restablecería la normalidad institucional, y con ello la paz y unidad entre los chilenos. Es más, en este momento, los demócrata cristianos creían firmemente que el Golpe no sería sino una medida transitoria, que volvería a restablecer prontamente la democracia, y por tanto se convocaría a nuevas elecciones presidenciales en el país. No obstante, a poco andar, se hizo evidente que la estadía de los militares en el poder no sería algo transitorio y que las pretensiones de los mismos conllevaban la implantación de una nueva institucionalidad que no toleraría dentro de ella a los partidos políticos. Esto quedó claro en junio de 1974, cuando el General Augusto Pinochet se auto asignó "Jefe Supremo de la Nación". Junto a ello, las violaciones a los derechos humanos iniciadas inmediatamente tras el golpe, dieron a entender a gran parte de la población chilena que quien no apoyara el nuevo régimen, sería severamente castigado. Fue esta situación antidemocrática y violenta la que llevó a Aylwin a ser miembro de distintas agrupaciones tendientes a recuperar la democracia, sobre todo a partir del año 1976, cuando el partido Demócrata Cristiano se reunió para articularse como una importante fuerza de oposición a la dictadura.

En esa misma línea, a fines del año 79, Aylwin, creó junto a diversos representantes de sectores de la oposición, el Grupo de Estudios Constitucionales o Grupo de los 24, para establecer una posible alternativa a la nueva Constitución Política impulsada por la dictadura, a aprobarse vía referéndum al año siguiente. En 1983, luego de haber fracasado la movilización social masiva en contra de la dictadura, el Partido Demócrata Cristiano junto a otros partidos opositores crearon la Alianza Democrática, agrupación que tenía como objetivo encontrar una salida política-jurídica a la dictadura, al haber fracasado la vía de la movilización masiva.

En 1987, Aylwin retomó la presidencia de la Democracia Cristiana, para reestructurar su partido y reorganizar la oposición a la dictadura, después del anuncio que hiciera Augusto Pinochet de someter a plebiscito su renovación a la presidencia, y de convocar a elecciones en caso de obtener resultados negativos en la primera elección. El 2 de enero de 1988, Aylwin junto a varios dirigentes, crearon la Concertación de Partidos por el No, siendo él mismo su vocero ante la opinión pública. En octubre de ese mismo año la opción "No" en contra de Pinochet, obtuvo la victoria con el 54, 6% de los votos, logrando la convocatoria a elecciones presidenciales.

El 14 de diciembre de 1989, Patricio Aylwin se presentó como candidato a la Presidencia de la República en representación de la Concertación de Partidos por la Democracia, obteniendo la mayoría de la votación con un 55, 2%. El 11 de marzo de 1990, asumió como Presidente de Chile al recibir de parte de Augusto Pinochet la banda presidencial.

Su período presidencial, fue bastante complejo dadas las circunstancias. Aylwin y su gobierno se dieron la difícil misión de restablecer la democracia bajo la mirada vigilante de las Fuerzas Armadas, en un período en que sus integrantes aún gozaban de las garantías que ellos mismos habían establecido, y en el cual la lealtad del estamento castrense hacia su general fue casi inquebrantable. La presidencia tuvo que lidiar con las amenazas de Pinochet de interrumpir la democracia ante las acusaciones o intentos de procesamientos a militares. Como la Ley de Amnistía de 1978 no fue derogada, Patricio Aylwin decretó la creación de la Comisión de Verdad y Reconciliación para esclarecer los crímenes contra los derechos humanos cometidos durante la dictadura, ocasión en la que se hizo famosa su frase "habrá justicia sólo en la medida de lo posible". En marzo de 1991, es presentado por dicha comisión el Informe Rettig, denotándose en su contenido las negociaciones entre los militares y la Concertación al detallarse en el informe los crímenes pero no los responsables de los mismos.

Durante los años de su gobierno, Aylwin, puso énfasis en democratizar las instituciones, promover la justicia social, proteger y fomentar el desarrollo de los pueblos indígenas, impulsar el crecimiento económico y modernización del país, y reinsertar a Chile internacionalmente como país democrático. Si bien, todas las metas propuestas por su gobierno no fueron alcanzadas, Aylwin triunfó en la reinserción de Chile dentro del plano internacional, tanto económica como democráticamente. Aunque no pudo continuar formando parte de la Cámara Alta del Congreso, ya que no pudo ser designado senador vitalicio por haber permanecido durante un período de solo cuatro años en la presidencia, Aylwin, a sus 92 años de edad, sigue ligado a la actividad de su partido.