Sebastián Piñera Echeñique (n. 1949)

Empresario, inversionista, político, ex senador, ex presidente (2010-1014) y presidente de Chile (2018-)

Antecedentes familiares y académicos

Nacido en el seno de una familia de clase media, es el tercero de los seis hijos entre José Piñera Carvallo (1917-1991), ingeniero de formación, funcionario público de profesión y nieto de inmigrante asturiano, y María Magdalena Echeñique Rozas (1919-2000), dueña de casa con ascendientes vascos.

En 1950, los Piñera se marcharon a vivir a Nueva York (EEUU), donde el padre fue contratado por la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), que inauguraba en el país norteamericano su primera oficina exterior. Transcurridos cuatro años, la familia retornó a Santiago y Sebastián comenzó su educación escolar en el Colegio que la Congregación del Verbo Divino (SVD) de la capital.

Don José era militante fundador del Partido Demócrata Cristiano (PDC), que en 1964 llegó al Gobierno de la mano de su líder Eduardo Frei Montalva. De las profundas convicciones católicas de la familia Piñera Carvallo daba especial fe un tío paterno, Bernardino Piñera, alto eclesiástico que entonces encabezaba la Diócesis de Temuco y que años más tarde iba a alcanzar el Arzobispado de La Serena y la presidencia de la Conferencia Episcopal de Chile.

En 1965 Frei nombró a José Piñera embajador de Chile en Bélgica, donde Sebastián reanudó la secundaria en el Instituto Saint-Boniface. Cuando en 1967 el padre jalonó su carrera diplomática con un nuevo destino en la representación permanente de Chile ante las Naciones Unidas en Nueva York, su hijo retornó a Chile. Piñera completó el último año del bachillerato en el Colegio del Verbo Divino, tras lo cual, en 1968, ingresó en la Facultad de Economía de la Pontificia Universidad Católica (PUC) para formarse como ingeniero comercial.

Licenciado en 1971 con distinciones por tratarse del mejor alumno de su promoción, durante una temporada Piñera dio clases de Teoría Política Económica en el Instituto de Economía de la Universidad de Chile y en la Escuela de Negocios de Valparaíso.

En 1973, con la ayuda de una beca Fulbright, partió a Boston para cursar un máster de su especialidad en la Universidad de Harvard, donde ya llevaba unos meses estudiando su hermano un año mayor, José. En esta formación de posgrado, descollaba en el equipo docente el Premio Nobel de Economía Kenneth Arrow.

Sebastián Piñera a retornaría temporalmente a Santiago para contraer matrimonio con su novia, Cecilia Morel Montes, a la que conocía desde la adolescencia por ser vecinos del barrio. Una vez casados, la pareja se mudó al campus de Harvard, donde él profundizó su vínculo académico con la mirada puesta en el doctorado. En Estados Unidos nació, en 1976, el primero de sus hijos, Magdalena; a la misma iban a seguir otra chica, María Cecilia (1978), y dos chicos, Juan Sebastián (1982) y Cristóbal (1984).

En Harvard, Piñera tuvo como compañero de estudios al luego reputado economista Laurence Kotlikoff; juntos se integraron como auxiliares de investigación en el equipo del profesor Martin Feldstein, futuro asesor económico del presidente Ronald Reagan, y publicaron en la revista The Journal of Economic History un artículo titulado The Old South's Stake in the Inter-Regional Movement of Slaves.

Antes de doctorarse con la tesis, dividida en tres ensayos, The Economics of Education in Developing Countries, Piñera trabajó para la Universidad como asistente de docencia y empezó a prestar servicios de consultoría para el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Tras defender con éxito su tesis doctoral, el profesor Richard Musgrave, especializado en finanzas públicas, le contrató para ayudarle en un estudio sobre las cuentas nacionales de Bolivia.

En 1976 Piñera se instaló definitivamente con su familia en Santiago para emprender una prometedora carrera académica a la que rápidamente iba a tomar la delantera una singladura empresarial. Por de pronto, el economista retomó el profesorado en la PUC, siguió ejerciendo de consultor para el Banco Mundial y de paso se puso a trabajar en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), donde participó en la elaboración de un proyecto sobre la pobreza en América Latina.

Actividad empresarial

En 1978 incursionó en el sector privado como socio minoritario de Ingeniería Financiera y Comercial Ltda. (Infinco), una empresa de asesoría, auditoría y evaluación de proyectos puesta en marcha por Carlos Alberto Massad Abud, antiguo presidente del Banco Central de Chile y director ejecutivo del FMI, quien había contactado con el ingeniero en la CEPAL. Ese mismo año Piñera abrió su primer negocio personal, en el mercado inmobiliario, con la Constructora Toltén, dedicada a la construcción de viviendas en la Región Metropolitana. En 1979 probó suerte también en el sector bancario como consultor, por cuenta de Infinco, y gerente general del Banco de Talca.

Casi de inmediato, el empleado entró como socio capitalista en el Grupo Calaf-Danioni, accionista mayoritario del Banco de Talca. Además, Piñera y sus dos principales socios de Infinco y Toltén, Carlos Massad y Antonio Krell Rosenfeld, adquirieron paquetes accionariales en Bancard, una sociedad anónima promovida por el Banco de Talca con el propósito de acaparar el negocio de la introducción en Chile de las tarjetas de crédito Visa y MasterCard.

Carrera política

Convertido a estas alturas en un empresario exitoso, Piñera apoyó económicamente la campaña de la Concertación de Partidos por el No y durante un tiempo coqueteó con el PDC, pero la dirigencia de este partido no encontró atractivo su fichaje. El empresario ambicionaba un mandato legislativo de elección popular y de cara a las históricas elecciones pluralistas del 14 de diciembre de 1989 inscribió su candidatura a senador por la Circunscripción 8 de la Región Metropolitana, correspondiente a Santiago Oriente. Concurría con la etiqueta de independiente, aunque en la lista de Renovación Nacional (RN), partido de derecha liberal que junto con la aún más conservadora Unión Demócrata Independiente (UDI) acudía a las elecciones en la coalición Democracia y Progreso, a la que cabía calificar de oficialista.

El 11 de marzo de 1990, Piñera, electo en Santiago Oriente con el 22,8% de los votos, debutó en la profesión política como senador de la República con mandato hasta 1998, convirtiéndose a sus 40 años en el más joven miembro de la Cámara alta, donde integró por etapas las comisiones de Hacienda, Salud, Constitución, Medio Ambiente y Bienes Nacionales, y Derechos Humanos. Al estrenar la legislatura, clausuró su nexo docente con la universidad chilena y se incorporó oficialmente a las filas del RN. Al mismo tiempo, un primo del empresario, Andrés Chadwick Piñera, devino diputado en las filas de la UDI. Y en el mismo Ejecutivo de Aylwin, un hermano menor, Pablo Piñera Echenique, recibió el puesto de subsecretario de Hacienda tras 20 años de fiel militancia democristiana.

Sebastián Piñera estuvo cercano a presentarse como candidato a la presidencia en 1993 por Renovación Nacional, pero un escándalo, denominado «Piñeragate» o «kiotazo», seguido del polémico caso de conflicto de intereses conocido como Caso Chispas o «el negocio del siglo», lo harían cejar en ese intento.

Piñera fue proclamado candidato a la Presidencia por su partido para las elecciones de 1999, aunque tras 5 meses de campaña depuso su candidatura en favor de Joaquín Lavín, sin haber superado nunca el 5% en las encuestas de intención de voto.

Piñera se convirtió en presidente de Renovación Nacional en 2001. Bajo su mandato el partido derivó más hacia la centro-derecha, alejándose del pinochetismo. También modernizó la estructura interna del partido.

El 13 de mayo de 2005, durante un polémico Consejo Nacional de Renovación Nacional donde se enfrentaron piñeristas y lavinistas del partido, Piñera fue proclamado como el candidato para las elecciones presidenciales que se celebrarían en diciembre del mismo año, con el apoyo de más de dos tercios de los casi 400 delegados presentes. Días después de su proclamación, Piñera renunció a los directorios de las empresas en que participaba, para concentrarse en su campaña.

Primera presidencia

Uno de los hombres más ricos de Chile, con un historial de éxitos empresariales no exento de algunas críticas, y un ex senador, hombre de estilo abierto y locuaz, llegó al Palacio de La Moneda al segundo intento (en 2006 había sido derrotado por Bachelet). Desde su partido, Renovación Nacional, impulsó la actualización de la derecha chilena, donde representaba a los sectores más moderados y liberales. Siempre dijo que él estuvo en contra de la Junta Militar y que en el plebiscito de 1988 había votado no a los designios políticos de Pinochet.

Entre el 11 marzo de 2010 y el 11 de marzo de2014 Sebastián Piñera personificó la alternancia democrática en Chile, conduciendo la derecha tras 20 años de gobiernos centro-izquierda de la Concertación. Para empezar, su ambicioso Programa de Gobierno tuvo que enfrentar la destrucción masiva provocada por el gran terremoto y maremoto de febrero de 2010, sucedido cuando todavía era presidente electo. La bonanza de los ingresos de las exportaciones cupríferas y el colchón financiero que brindaban los fondos de reserva y el muy bajo nivel de endeudamiento permitieron al Ejecutivo costear los daños con un Plan de Reconstrucción centrado en la restitución de viviendas y la reparación de infraestructuras públicas. Hecho notable, este esfuerzo, que fue paralelo a toda una serie de mejoras en las subvenciones y bonificaciones sociales, se acometió sin perjuicio del crecimiento y el balance fiscal; al contrario, entre 2010 y 2012 el PIB chileno, superando brillantemente la recesión sufrida en 2009, creció con unas tasas próximas al 6%, mientras que el déficit prácticamente desapareció de las cuentas públicas. Además, no se generó inflación, el paro descendió, hasta tocarse el pleno empleo, y los salarios subieron.

La situación nacional se vio emborronadas en 2011 por la confluencia de una serie de conflictos sociales, el más llamativo de los cuales fue el estudiantil. La enérgica protesta de los estudiantes, que reclamaban un sistema educativo público de calidad, equitativo y gratuito, desgastó al Gobierno y disparó los niveles de rechazo a Piñera, quien vio evaporarse la popularidad ganada durante la crisis del accidente de los mineros de Copiapó en 2010, en cuyo épico rescate tuvo un rol estelar. Si el terremoto había sacado a relucir importantes carencias del Estado y una fractura soterrada en los sectores más humildes de la sociedad, las protestas, algunas con acentos violentos, desarrolladas por estudiantes, obreros, mapuches, ecologistas patagones y ciudadanos magallánicos fueron la manifestación de un descontento social bastante extendido, malestar que los logros económicos y la batería de novedades legislativas mitigaban solo parcialmente.

La política exterior de Piñera no se apartó de la senda, muy pragmática, trazada por sus predecesores Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet, resumida en la búsqueda de unas relaciones internacionales fructíferas, el alejamiento de las pendencias ideológicas y la apuesta por la inserción en los mercados más dinámicos de la globalización, con hincapié en la región de Asia y el Pacífico, a través de un arsenal de tratados de libre comercio bilaterales, y en paralelo a los procesos de integración abiertos en América Latina. Aquí, Chile confió en organizaciones como la UNASUR, la CELAC e incluso el MERCOSUR, se mantuvo rigurosamente al margen del ALBA bolivariana y sacó pecho de los elogios de la Administración Obama a Santiago.

Durante el cuatrienio, la matriz exportadora de la economía chilena se benefició con la firma de cuatro nuevos TLC con países de Extremo Oriente, la intensificación de los tratos con China y la formación en 2011 con México, Colombia y Perú de la Alianza del Pacífico. Piñera insistió en promocionar a Chile como "puerta de entrada en América Latina" y como "país de proyección hacia el Asia-Pacífico", una posición dual bien reconocida por los inversores europeos. Su Administración profundizó relaciones "estratégicas" con diversos países de América, Asia y Europa, pero mantuvo un doble diferendo territorial con los vecinos Perú y Bolivia. Con el primer país heredó el litigio ante el Tribunal Internacional de Justicia por la delimitación de la frontera marítima (hasta la sentencia salomónica de enero de 2014) y con el segundo acabó también en La Haya (demanda presentada por La Paz en 2013) por su reclamación de una salida soberana al océano por la costa chilena.

El 11 de marzo de 2014, Piñera tuvo que devolver la Presidencia a Michelle Bachelet, la dirigente socialista a la que había sucedido cuatro años atrás. Una vez fuera del poder, el ex mandatario no tardó en erigirse en el líder indiscutido de la oposición al Gobierno de la Nueva Mayoría y en poner sobre la mesa su nueva postulación a la jefatura del Estado de cara a las elecciones de noviembre de 2017.

Como cabeza de la coalición de oposición Chile Vamos, Piñera ofertó un programa de gobierno "para las familias" y favorable a los emprendedores, para que el país presa del estancamiento retomase el "rumbo del progreso", iniciando así "una segunda transición hacia el desarrollo integral". La mitad de sus compromisos, avisa, se costearían con "reducción de gastos innecesarios" y "estrictas medidas de austeridad" en el sector público.

Perfil

Decíamos que el presidente chileno era un hombre de estilo abierto y locuaz, a lo que agrega una enorme capacidad de trabajo y un espíritu emprendedor e innovador, así como un abierto propulsor de la familia. También destaca como un político socialcristiano (ex DC) de centro derecha y liberal. Arriba a su segundo mandato con más experiencia política y con la idea de volver a los grandes acuerdos nacionales y la política de consensos.