Finlandia, país de los saunas y la educación

Columna
Correo del Sur, 20.09.2015
Gonzalo Chávez A.

Los finlandeses se enorgullecen de varias cosas, entre las más interesantes están tener dos millones de saunas, lo que da un sauna para cada 2,5 personas; haber creado el juego Angry Birds, que consiste en lanzar todo tipo de pajarracos para eliminar a unos canchos socarrones; ser la tierra de Nokia, que a pesar de que ahora la empresa está en problemas es un ícono de revolución tecnológica; la producción sostenible de madera y papel, en Finlandia hasta las tarjetas de crédito son hechas de troncos; pero sobre todo su sistema educativo, que ocupa los primeros puestos de los rankings mundiales por encima de Estados Unidos.
Según Pasu Sahlberg, que escribió Finnish Lesson (Las Lecciones de Finlandia), los cambios en la educación de este país nórdico se basan en seis principios rectores:

  1. Fomento de la cooperación por sobre la competencia. Desde muy pequeños, los niños(as) aprenden el valor de estudiar y trabajar en equipo, en ser parte de redes sociales, de ser una comunidad que aprende a hacer cosas de manera conjunta y coordinada. Se desincentiva el individualismo pero se promueva la libertad.
  2. La equidad por sobre la elección. Todos tienen derecho a una educación gratuita, igual y de calidad. En las palabras de Sahlberg, "la buena educación no es un asunto que los padres tengan que elegir; está en todas las escuelas y en todas partes". La educación es un derecho humano, es una obligación del Estado. Según Sahlberg, no hay manera de que este país puede mejorar significativamente el rendimiento educativo sin promover radicalmente la equidad.
  3. La personalización en lugar de la estandarización. Respeto profundo a la heterogeneidad y a los diferentes ritmos en que un alumno(a) puede aprender.
  4. La confianza en lugar del control basado en exámenes. La independencia y la autonomía de los estudiantes son centrales en el desarrollo de los estudiantes en Finlandia. El tutelaje sin respeto genera autómatas y no alumnos creativos.
  5. La inversión y el foco en los primeros años del proceso educativo son fundamentales. Niños (as) saludables y con sentido de equidad e igualdad aprenden mejor.
  6. La profesionalización y valorización de los docentes. En Finlandia, un profesor tiene el mismo estatus que un médico y gana lo mismo. Su preparación también es muy sofisticada, es un entrenador antes que un vehículo de información.

Es en este contexto revolucionario que Finlandia también ha innovado en el área de la enseñanza en negocios en general y en el tema de emprendimiento en particular. Tengo la suerte de estar visitando varias universidades finlandesas que aplican la metodología del teamentrepreneur (de manera abreviada teampreneur), que al contrario de la visión tradicional que enfoca en el individuo (el entrepreneur o emprendedor), promueve equipos emprendedores que se basan en algunas ideas guía, como el learning by doing, aprender haciendo. Los equipos aprenden de la acción y la práctica. Los estudiantes de estos programas, desde el primer día de la universidad, crean una empresa, forman un equipo y se lanzan a la piscina del mercado. Esta metodología se inspira en una frase de Benjamin Franklin que decía: "Tell me and I forget. Teach me and I remember. Involve me and I learn", que en una traducción libre significaría: Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo.
Pero en esta forma de enseñanza, también hay espacio para la teoría que se la aplica directamente a la práctica; los teampreneurs leen libros de manera independiente a medida que realizan sus proyectos y necesidades específicos. Por ejemplo, si están armando la estrategia de marketing leerán textos sobre el tema. En este nuevo contexto educativo, los profesores se convierten en entrenadores (coaches) y ayudan a los equipos a alcanzar las metas de sus empresas. La idea no es tener coaches que saben de todo, sino profesionales que están preparados en los procesos de aprendizaje. Esta nueva metodología de trabajo requiere del apoyo de espacios de coworking, (trabajo conjunto), que aquí los llaman de campus de emprendimiento, que tengan servicios de incubadoras y aceleradoras de empresas y redes de mentores y financiadores.
La Escuela de la Producción y la Competitividad de la Universidad Católica Boliviana está frente al desafío de entrar en esta nueva era de educación aprendiendo de las mejores prácticas, pero también innovando de acuerdo con la realidad nacional. Escribo esta columna desde el camino entre Tampere y Helsinki revisando datos sobre el tema que muestran que el 50% de los alumnos egresados de estos programas abre una empresa, mientras en el sistema tradicional sólo el 2% emprende un negocio.

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