‘Hace mucho que no teníamos una relación tan mala con Bolivia y Perú, a la vez’

Entrevista [Pedro Suckel, ex director general de Países Limítrofes y Asuntos Regionales de RREE]
El Mercurio, 15.11.2015
Matías Bakit R.

Cuando el embajador Pedro Suckel asumió, en 2010, la jefatura de la recién creada Dirección General de Países Limítrofes y Asuntos Regionales (Diplal), se llevó una sorpresa de entrada.

"El Director de América del Sur, cuya oficina heredé cuando él partía a un destino externo, me dijo que nada podía dejarme al respecto porque a él y a sus funcionarios no se les había dado participación en ninguna conversación", cuenta.

Precisamente para evitar eso se había creado la Diplal, que él lideró durante todo el gobierno de Sebastián Piñera debido a sus más de 40 años en el servicio exterior, de los cuales la mayor parte del tiempo estuvo dedicado a temas relacionados con Argentina, Perú y Bolivia.

"Se pretendió con ello que el ministro pudiera tener la asesoría especializada y con conocimientos globales del tema, aliviando su carga de trabajo. Con anterioridad, se tendió a que las autoridades superiores manejaran directamente esos asuntos, lo que se hace difícil y lento".

Ese trabajo se interrumpió con la llegada del actual gobierno, momento en el que Suckel pasó a retiro y la Diplal fue cerrada "sin explicaciones de por qué se tomaba esa decisión". Hoy, por primera vez, explica cómo trabajaba la dirección y evalúa el funcionamiento de la relación vecinal en la actualidad.

-¿Cómo ve que funciona ahora el ministerio en estos temas?

-Según lo poco que puedo saber, se ha producido una concentración total de la toma de decisiones en las manos del ministro. Así las cosas, se produce un embudo en que es imposible abarcar todo, aún las cosas nimias, y en que nadie osa actuar sin autorización superior, la que naturalmente puede tardar o no. Y así se nos pasan las cosas.

-Al llegar este gobierno, se puso el foco de la política exterior en el vecindario. Y se dijo que durante el gobierno de Sebastián Piñera Chile se había alejado de este. ¿Qué opina?

-No creo que el Presidente Piñera haya descuidado la relación vecinal, porque bien sabía que estábamos en los inicios de un juicio en La Haya, que heredaba problemas con Bolivia y que había una distancia ideológica con el entonces gobierno de Néstor Kirchner en Argentina. Pero fue pronto a Buenos Aires, llegó a entenderse con Evo jugando fútbol. Lo que le faltó es que él es demasiado empresarial. Tendía a ver las cosas desde una perspectiva muy racional y se encontró con interlocutores más ideológicos. Pero aún así logró tener una relación civilizada, al menos con Perú y Argentina.

-Hoy las relaciones de Chile con sus vecinos pasan por un momento complicado. Algunos creen que uno de los más complicados en los últimos años ¿Cómo lo observa usted?

-Lamentablemente, hace mucho que no teníamos una relación tan mala con Bolivia y Perú a la vez. Antes se había dado uno y no otro.

"Creo que en el caso de la relación con Perú es superable de aquí al otro gobierno. Aunque no depende de nosotros. Con Bolivia no hay señas de cambio. Además hay una evidente maniobra que busca provocar una división interna en Chile. Hemos sido muy descuidados en la materia. Que la Universidad de Chile reciba autoridades, que presten el Congreso para parlamentarios bolivianos, que otros ministros vayan a la Universidad de Santiago, es un tema de cuidado. Son instituciones del Estado y creo que eso se podría advertir y prevenir".

Humala, "venido a menos"

-¿Cómo se trató la relación con Perú tras el fallo de La Haya?

-Con Perú habíamos pasado la sentencia, que no fue la ideal, pero internamente sabíamos que no lo iba a ser. Estábamos en un buen clima.

"Lo más importante para Chile era la libre navegación aérea y marítima. Perú mantuvo su concepto de mar territorial en la Constitución y por eso quisieron sacar una ley especial que establezca estos puntos, pero duerme en el Congreso y en las condiciones actuales no va a salir. No en este gobierno".

-¿Cómo se puede solucionar el tema del triángulo terrestre?

-En las actuales condiciones, mientras no tengamos nuevo gobierno peruano, creo que no se puede hacer nada. Hay que dejar el tema dormir hasta entonces.

-¿Qué implica dejarlo dormir?

-Si no tienes con quién tratar, para qué. Humala está muy venido a menos. No habrá posibilidades de hablar en serio.

-¿Qué opina entonces de la reacción que ha tenido el Gobierno?

-Ha habido un cierto cambio en los últimos días. Le dimos mucho estruendo al principio, y en los últimos días nos calmamos. Hemos adquirido más realismo en estos días.

El episodio que marcó la relación con La Paz

-Sobre Bolivia, se ha dicho que durante el gobierno del Presidente Piñera empeoró la relación...

-Tuvimos un primer año relativamente bueno. Evo Morales conoció al Presidente Piñera en un partido de fútbol y dijo que esperaba un oligarca capitalista, pero que le había parecido simpático y podían entenderse. García Linera, que piensa por Evo, vino a mediados de 2010 a Chile invitado por Cepal. Fue invitado a un almuerzo en La Moneda y allí dijo que podían negociar largo tiempo a la espera de que Chile y su opinión pública pudieran entender las ventajas de darles salida soberana.

-¿Y por qué cambian las cosas?

-Por un hecho circunstancial, del que desgraciadamente no pudimos saber a tiempo. La detención en Panamá y con entrega a EE.UU. del general boliviano René Sanabria, que había sido filmado en Arica por Carabineros a pedido de la DEA, cuando hacía un negocio de narcotráfico. Luego de eso, Morales nunca creyó que nuestro gobierno no hubiera participado en una conspiración al servicio de "el imperialismo".

-¿Se sorprendió cuando, a pocos días de haber dicho en "El Mercurio" que no recurriría a tribunales internacionales, Evo Morales anunció la demanda en el "día del mar"?

-Yo había estado la semana anterior en La Paz. Una de las preguntas que hice fue sobre cómo sería el discurso del "día del mar". El ministro de comunicaciones, Iván Canelas, nos dijo que sería el discurso normal, en el que se recordaría la Guerra del Pacífico. Pero no había nada que implicara ruptura. Después, un diplomático boliviano me contó que el ministerio le había entregado el discurso a Morales el día anterior y este había hecho unas observaciones menores. Pero al otro día leyó otro discurso.

-Luego comenzó la acción externa de Bolivia en distintos foros. ¿Cómo se enfrentó esto?

-La combatimos bien. En toda reunión de los parlamentos latinoamericanos, nos preocupamos de saber quiénes eran los parlamentarios nuestros que iban, de hacerles un libreto y acompañarlos. Y seguíamos todo viaje de Evo Morales a Europa.

-Recientemente, los Mandatarios de Alemania y Francia dieron declaraciones favorables a Bolivia. ¿Qué cree que pasó?

-No sé si se hizo la gestión en Alemania y Francia. Lo que dijeron Merkel y Hollande no es terrible, pero lo mejor era que no dijeran nada. La relación con Bolivia no es relevante para esos países. Pudimos haber evitado esas declaraciones.

-¿Y en el caso de las declaraciones del Papa?

-Lo dicho por el Papa pudo ser previsto. Se sabía, por ejemplo, de lo declarado antes por el rector de la Universidad Católica de Buenos Aires, uno de los predilectos del Papa, quien se había mostrado favorable a la posición boliviana.

-¿Cree que hay responsabilidad de la embajadora Mónica Jiménez?

-El Vaticano es reino de hombres. No hay mujeres cardenales, lo que ya es una desventaja. No sé cómo hizo su gestión, o qué se le encomendó.

-Varios ex embajadores han criticado el actuar de Cancillería, no entendiendo cómo Bolivia, que no tiene una diplomacia como la de Chile, esté adelantándose en estos temas. ¿Cuál es su visión?

-Para Bolivia ahora no hay sino muy pocos temas de interés en lo internacional. Nosotros tenemos un número de misiones en el exterior muy superior y nos preocupamos de muchos temas más, con lo cual ellos tienen atención casi exclusiva y Chile no.

"Aparte de eso, Evo ha tenido la astucia de nombrar como agente y embajador en La Haya a Eduardo Rodríguez Veltzé, que además de haber sido Presidente de la Corte Suprema y Presidente de la República, es muy capaz. Sin duda es un excelente enviado, que está permanentemente allí. Nosotros en cambio tenemos un agente sin el mismo currículum, que no está allá. El ex presidente Carlos Mesa, además, es un gran comunicador, con años de experiencia en televisión".

"Además, cabe pensar que en los embajadores políticos nuestros hay una distinta sensibilidad. En algunos casos, como el ex embajador Eduardo Contreras, en Uruguay, y Ricardo Núñez -por sus declaraciones sobre el TPP- piensan derechamente diferente".

-¿Qué le parecen las llegadas de Gabriel Gaspar, Joaquín Fermandois y Ascanio Cavallo a la defensa de Chile?

-Los nombrados serán muy respetables, pero no tienen el mismo pedigree . Si tuviéramos a Ricardo Lagos y José Miguel Insulza actuando internacionalmente tendríamos algo equivalente, pero no es el caso. Si la Presidenta actuara y viajara para ello, quizás Merkel y Hollande se habrían callado.

-Varias autoridades han declarado que la causa boliviana genera simpatía internacional, de por sí. ¿Está de acuerdo?

-No concuerdo. La causa de la mediterraneidad, como tal, en algunas latitudes no tiene ningún sentido. En Europa, por ejemplo, está lleno de países mediterráneos. Y no les va mal. Los africanos, que son hartos, tampoco tienen reivindicaciones de este tipo. Los de Asia Central tampoco y ninguno tiene las facilidades que Chile da a Bolivia. Entonces, la causa no es tan vendible.

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