Eleccion de Piñera y política exterior

Carta
OpinionGlobal, 28.12.2017 y 01.01.2018
Cristian Maquieira A., embajador (r) y profesor (ACADE)

Estoy pasando las fiestas en Asunción y he leído con atención tu interesante artículo sobre las consecuencias para la política exterior de la victoria de SP en las presidenciales ("Efecto Piñera vs. eje bolivariano"-El Líbero).

Como siempre, tu análisis es incisivo y thought-provoking.

El punto de partida, la comparación con el eje bolivariano, me parece acertado como contrapunto para lo que sigue, aunque creo que dicho conglomerado ha dejado de ser la amenaza de otras épocas. La seguidilla de elecciones recientes en la región así lo demuestran. Lo único que parece  interesarle ahora a Morales, Maduro, et al, es la permanencia en el cargo, abandonando todo intento de exportar su sistema y, por cierto, de mejorar la condición de sus pueblos. Han caído, todos, en la incuria de que “el camino es la recompensa” (frase de Oscar Tabarez).

Me imagino que razones de espacio y objetivo obligaron  a traspasar rápidamente el reciente proceso electoral chileno, aunque el escrito hace una mención de pasada a los desafíos internos que enfrentará Sebastián Piñera (SP). No obstante, me parece necesario detenerse un momento en este punto.  La seria crisis política del país se expresa, como se sabe, en que sólo el 40% del electorado concurre regularmente a las urnas. Más grave aún es un reciente informe de PNUD que sostiene quienes no se identifican con ninguno de los partidos políticos existentes pasaron de ser un 53% en 2008 a un 83% en 2016. 

En tu artículo escribes que una “mayoría importante se inclinó por la moderación”.  Tal vez sea más acertado hablar, como leí en alguna parte, que es una victoria de “la minoría mayor”. Esto no es sólo una cuestión de semántica. Las decisiones que deberá adoptar SP pueden incidir significativamente en mantener e incrementar ese respaldo y, de paso, en la dirección y énfasis de la política exterior.

La pregunta es ¿gobernando principalmente con Evópoli, Amplitud y secciones moderadas de RN y del PDC, SP tendrá una política exterior diferente a la de un gobierno con la UDI, la iglesia y los sectores independientes más cercanos a ellos? Exagero, por cierto, but only to make a point!

Es probable que en los grandes temas de la política exterior –limítrofes y algunos otros-  no haya variaciones. Ahora bien, en la reciente votación en la Asamblea General sobre Jerusalén, si se hubiera llevado a cabo durante el gobierno de SP ¿cómo habría votado Chile? ¿Nos habríamos sumado a la abstención de Argentina y Colombia suponiendo que estuviera funcionando la concertación política con estos países que sugiere el artículo o habríamos votado a favor? No es una decisión fácil. Por décadas Chile ha apoyado el principio que el status final de la ciudad sea determinado por las negociaciones y no de otra manera.

No hay que ser un experto en el tema para saber que las negociaciones más fructíferas sobre el Medio Oriente, como los Acuerdos Camp David, Oslo, Wye River Plantation y Sharm–el–Shiekh, el punto fundamental que impidió la solución definitiva fue Jerusalén. La decisión de Trump de declarar la ciudad como la capital de Israel, además de demostrar una vez más su miopía, ignorancia e irresponsabilidad, introduce un elemento en extremo perturbador en esa compleja negociación.

Las otras materias que sugieres en el artículo también tienen complejidades que será necesario dilucidar en su momento y la composición del gobierno será determinante para ello.

Parece evidente que de Piñera apunta a crear un consenso de gobernabilidad como el que que prevaleció en Chile durante la Concertación y su propia gestión anterior, lo que me parece extraordinariamente alentador y visionario de su parte (al César lo que es del César!). Apunta a la magia a que se refería Carl Weber como condimento indispensable que debe tener un líder político para ser exitoso y de la cual carecen, por cierto, la cuadrilla de los cuatro (Castro, Maduro, Morales y Ortega).

Ese período se caracterizó, en el primer caso, por un gobierno de centro-izquierda con políticas económicas de centro-derecha y en el último, un gobierno de centro-derecha con políticas sociales de centro-izquierda. De ahí que sea diáfano en él un tilt hacia una administración con la derecha moderada, que a su vez   deje sin alternativa a la oposición que no sea una conducta responsable. Insha´Allah!

Estoy convencido que la composición del gobierno va a tener efectos decisivos sobre la política exterior, y los esfuerzos eruditos, como es el caso de tú artículo, sirven para  enfatizar ciertos polos centrales de referencia.

Tu artículo me quedó dando vueltas, pues creo que hay una dimensión adicional, más allá del eje bolivariano, en cuanto a lo que debe enfrentar SP en el campo internacional durante su gobierno. ¿Vale la pena tratar de darle un contexto a lo dicho por el Canciller alemán, Sigmar Gabriel, respecto de que "la retirada gradual de EE.UU. de su papel de garante confiable del multilateralismo de corte occidental está transformando el orden mundial"?.

Algo similar dijo la Ministra de RR.EE. de Canadá, Christya Freeland y otros, por lo tanto no pretendo ser original. Sin embargo puede haber una interpretación nuestra de lo que aquello significa y, más importante, también explorar la posibilidad de hacer un aporte a una situación donde están desapareciendo los polos estables de la seguridad y la prosperidad fijados EE.UU. como consecuencia de la II Guerra Mundial. Es evidente que no se han reunido todas las consecuencias de esta conducta irresponsable norteamericana para hacer un análisis acabado y tampoco se puede asegurar que no vaya a continuar en el tiempo si Trump es re-elegido o derrotado pero si creo que hay lo suficiente para garabatear algo.

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