La cuestión de la educación desde una perspectiva asiática

Columna
El Líbero, 17.01.2019
Enrique Subercaseaux, ex diplomático y gestor cultural chileno

En un momento en que nuestro debate esta entrampado en una dialéctica sin destino, porque hasta las reglas gramaticales se han distorsionado, parece interesante introducir ciertos elementos de la realidad asiática. Ya existe el contexto adecuado para ello: APEC 2019. Se dotaría así a esta actividad, que es un verdadero esfuerzo país, de un ángulo práctico y necesario para nuestra sociedad.

Este verano se ha iniciado con un vigoroso debate sobre el tema educación. Por su tono y su enfoque, es una discusión que se circunscribe al ámbito político. Para un observador de la actualidad, parece un juego de fintas y golpes más que un debate serio, realista y constructivo. Porque reintroducir el tema de la selección o no, de la calidad o no, y de la igualdad o no, que fueron los leitmotivs del debate durante el gobierno pasado, y que no nos llevó a ningún lado, difícilmente en un contexto más beligerante de la política local podrán encontrarse resultados más positivos.

Veamos, entonces, el tema desde una perspectiva distinta y distante. Observemos qué pasa con la educación en los países más avanzados del Asia.

Primeramente, se entiende a cabalidad que la educación es el producto del esfuerzo de múltiples actores: del educando, lógicamente, pero también de su familia, de su entorno social y del Estado. Nadie puede sustraerse al esfuerzo para lograr una ecuación equilibrada y de calidad.

Luego está el tema de los currículums disponibles. La educación pública (y vaya que es de calidad en muchos casos) tiene el contenido local, pero la educación privada, que coexiste en perfecta armonía, incluso en países nominalmente comunistas como China y Vietnam, puede ser en base al currículo británico, alemán o francés, además de alguna otra posible variante. Es la opción de los padres y de los educandos. Es la opción de elegir, ejerciendo su libertad.

Con la introducción de las redes de comunicación 5G, en esta parte del mundo gobiernos y ciudadanos están buscando las nuevas aplicaciones que posibilitarán mejorar las técnicas educativas y la interacción entre los distintos miembros de la sociedad.

Porque se sabe, y muy bien, que en un mundo globalizado los contenidos conforman una red de competencias que, en pleno siglo XXI, está en permanente mutaciónPara señalar un solo ejemplo, con la introducción de las redes de comunicación 5G, en esta parte del mundo gobiernos y ciudadanos están buscando las nuevas aplicaciones que posibilitarán mejorar las técnicas educativas y la interacción entre los distintos miembros de la sociedad. Es decir, mejorar la comunicación y mejorar la creación del valor, dos elementos centrales de cualquier sistema educativo. No es de extrañar, dado lo ideologizado de nuestro debate, que estas consideraciones estén absolutamente ausentes. Pierden las personas y pierde Chile.

No se trata solamente de ejercer la libertad, sino también una mejor aproximación a la horizontalidad que se busca en la relación entre los distintos actores sociales. Las posibilidades y modalidades de asociatividad, por una parte, y el efectivo encuentro de valiosas sinergias para concretar el valor agregado. Este es realmente el núcleo de una sociedad que busca intensamente, y con efectividad y duración, el desarrollo integral de sus componentes.

Ejemplos adicionales hay muchos: facilidad en las transacciones comerciales, todo se hace con el teléfono ahora. Mayor interconectividad y digitalización de las pequeñas y medianas empresas, que constituyen la espina dorsal de todas las economías asiáticas, desde Japón, Corea del Sur y China, hasta Vietnam, Brunei y Singapur. El Estado se encarga de crear las estructuras administrativas y economías, y los ciudadanos ejercen su educación, sus intereses y su libertad para ir escribiendo el mapa interactivo social. El resultado: sociedades más armoniosas, donde el crecimiento económico es un proceso virtuoso, donde muchos participan y ganan. No solo en bienestar, sino también en la seguridad íntima que sus vidas tienen un sentido y pueden ser desarrolladas a plenitud.

En un momento en que nuestro debate esta entrampado en una dialéctica sin destino, porque hasta las reglas gramaticales se han distorsionado, parece interesante introducir estos elementos de la realidad asiática. Ya existe el contexto adecuado para ello: APEC 2019. Dentro de la recargada agenda ya existente, de seguro que existirá un espacio para este cable a tierra. Se dotaría así a esta actividad, que es un verdadero esfuerzo país, de un ángulo práctico y necesario para nuestra sociedad. Mal que mal, la educación está considerada, tanto en Chile como en otras latitudes, como uno de los tres problemas o temas más importantes de la agenda pública. Centraría el debate en elementos reales y centrales al proceso educativo, y disminuiría, a través de lo virtuoso de la demostración, la retórica, que en nada alivia las preocupaciones y ansiedades de la ciudadanía.

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