La épica opositora

Columna
El Nacional, 01.09.2017
Oscar Hernández Bernalette, embajador (r) y profesor venezolano

Hay dos cosas evidentes para la comunidad internacional sobre la crisis en Venezuela. El deterioro es mucho mayor de lo que habían evaluado y que el gobierno por no tener vocación democrática hará todo lo que esté a su alcance para preservar el poder. Igualmente, se oponen a cualquier salida de fuerza unilateral por las consecuencias nefastas en el tiempo y en espacio. .

Cualquier intervención termina generando a largo plazo más problemas y resentimientos aunque el objetivo de desplazar un gobierno se alcance. Ejemplos existen en varios escenarios internacionales en donde la opción de fuerza se ha utilizado con resultados dramáticos.

La pregunta es que opciones tenemos para superar la crisis. Desde las trincheras de la oposición, la unidad en la lucha y de propósitos debe mantenerse como central.Los opositores venezolanos deben asimilar que los resultados de cuatro meses de lucha no fue un fracaso sino por el contrario, un gran éxito. El gobierno tiene hoy menos espacio para la acción y perdió el reconocimiento de la Comunidad Internacional. La oposición logró una épica que desenmascaró actitud represiva y totalitaria desde Miraflores. No es la MUD quien ha encarcelado gente. No es la oposición quien no respeta las boletas de liberación. No fue la Asamblea quien invento a la Fiscal Ortega, ni es la oposición la responsable de la corrupción del gobierno en donde el vergonzoso caso Odebrecht es solo la punta del iceberg.

En otras palabras, las fuerzas opositoras con ingeniería variable han logrado arrinconar y desenmascarar a un gobierno que se apropió de un lenguaje de sueños y esperanzas que solo sirvió como escusa para engañar a muchos mientras usaron a sus anchas las arcas del estado. Han sido deficientes en la conducción del estado y avaros en el manejo de los recursos de la nación.

Su desesperación los coloca ante una ANC no solo fraudulenta sino que desde sus inicios solo han demostrado su estirpe totalitaria y demagógica.

Por ello, todos los espacios democráticos y de Paz que se abran por muy tortuosos que sean deben ser aprovechados por los sectores democráticos. Las elecciones a gobernadores son una opción para ello. Lo importante es que los venezolanos en esta etapa definan el objetivo para el cambio. No es otro que derrotar electoralmente una vez más al gobierno.

Caer en la trampa divisionista y en los ataques muchas veces injusto e inapropiados hacia la dirigencia opositora es además de una pérdida de tiempo, es jugarle la carta a quienes desde el gobierno quieren ver los sectores opositores desesperanzados o en una lucha interna que más que sumar, resta.

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