La OEA, ante la oportunidad de una renovación

Columna
Infobae, 07.01.2019
Roberto García Moritán, embajador (r) y ex viceministro de RREE argentino

La Organización de Estados Americanos (OEA) enfrenta la oportunidad de encarar una renovación que le permita iniciar un período de mayor eficacia en su gestión conforme a las prioridades que enfrenta el hemisferio. En marzo del 2020 deberá designar al secretario general para los próximos cinco años. El actual titular, el uruguayo Luis Almagro, aspira a la reelección a propuesta del presidente de Colombia, pese a que el Presidente del Uruguay ha señalado, en una nota formal, la conveniencia de candidatos alternativos.

Por el momento dos postulantes competitivos se han lanzado al ruedo siguiendo ese consejo, la ex canciller de Ecuador, María Fernanda Espinosa, y el diplomático peruano  Hugo de Zela, ex embajador de su país en la Argentina. Se necesita un mínimo de 18 votos, mayoría simple, para alcanzar un resultado positivo.

El punto de vista del Uruguay merece atención ante la crisis de inmovilidad que atraviesa el organismo más antiguo del hemisferio occidental. También ante la necesidad de que la OEA recupere presencia global. El presidente Tabaré Vázquez parece sugerir que las complejidades que atraviesa el continente junto con las asimetrías de percepción de cómo mejor resolver los problemas más acuciantes requiere de una conducción capaz de recrear una atmósfera diplomática más equilibrada que contribuya a generar bases para una mayor armonía colectiva y el desarrollo integral de las Américas, en particular ante la necesidad de articular programas que reduzcan los serios problemas de desigualdad y pobreza que enfrenta el hemisferio.

Desde esa perspectiva, el próximo secretario general debería contribuir a encontrar formas y medios para armonizar la acción de la CELAC y los organismos de integración subregionales, garantizar el diálogo y canalizar de manera constructiva la disparidad de visiones en aras de una agenda positiva. También encauzar con diplomacia los cuestionamientos al organismo. Algunos son de carácter financiero. Estados Unidos aporta alrededor del 60% de los fondos regulares del organismo, es decir que es casi superior a la suma de las contribuciones de los restantes 33 integrantes. Esta anomalía junto con el hecho que la amplia mayoría aporta las cuotas con retraso repercute en la confianza del organismo.

El desafío del próximo secretario general probablemente consista en propiciar un debate continental abierto que fortalezca la credibilidad del organismo. Una OEA, con un nuevo vigor, necesita de una conducción serena y de liderazgo diplomático responsable. La debilidad del sistema interamericano y del multilateralismo latinoamericano en su conjunto pone en evidencia la conveniencia de restablecer las aspiraciones de América Latina y el Caribe de lograr una mayor integración e inserción internacional. Es hora de impulsar una OEA que recupere respeto global y actué más acorde con los propósitos de la Carta constitutiva.

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