Lava juez y Lava Jato: confluencia tenebrosa

Columna
El Montonero, 20.07.2018
J. Eduardo Ponce Vivanco, embajador (r) y ex viceministro de RREE peruano

La información que seguirá apareciendo sobre la multifacética corrupción que nos agobia confluirá con las tinieblas de Lava Jato. Significa que la situación que confrontamos está lejos de ser una coyuntura pasajera, pues lo que se descubra en cada caso incidirá y complicará al otro. La magnitud mucho mayor del primero obliga a suponer que los avances en las investigaciones que se realizan Brasil y todos los países afectados arrojarán luz sobre los misterios locales y los personajes que aparecen en las grabaciones que se dosifican tan calculadamente.

No hace mucho, por ejemplo, en un diario nacional se leía que un fiscal suizo incautó los servidores que manejan los programas MyWebDay y Drousys, que almacenan varios “terabytes” de data sobre los sobornos canalizados por la División de Operaciones Estructuradas de Odebrecht. Precisaba además que la Fiscalía peruana está haciendo gestiones, tan intensas como infructuosas, para que las autoridades helvéticas compartan la información con el Perú.

La conmoción que provocará esa confluencia informativa será inmensa y coincidirá con el proceso de elecciones regionales y municipales en curso. Felizmente, la recuperación económica que todos vemos indica que el mercado nacional ha aprendido a absorber golpes de gran magnitud. Es un fenómeno que evidencia la desafección política mostrada en las encuestas, a través del impresionante porcentaje de quienes confiesan no conocer acontecimientos tan impactantes como los que comentamos (un tercio se declara ignorante de los audios que pululan en medios y redes). Enhorabuena, porque la inversión y el crecimiento económico que genera son los únicos medios para neutralizar a las izquierdas que toman calles y minas, exigiendo elecciones presidenciales anticipadas, cierre del Congreso y nueva Constitución.

Sin embargo, el contexto internacional debe ser observado con preocupación. A la guerra comercial entre las grandes potencias y las torpes provocaciones —externas e internas—de Trump se sumarán trances más cercanos: López Obrador asumirá la presidencia de México el 1 de diciembre, y un mes después lo hará quien sea elegido Presidente de Brasil. A la incertidumbre que reina en las dos mayores economías de la región se añade el debilitamiento del gobierno de Macri, en Argentina. Y por su cercanía cultural, el giro del gobierno socialista español frente a Venezuela (Podemos, aliado de Pedro Sánchez, ha sido cercano asesor del chavismo) será desfavorable para el Grupo de Lima (y tampoco será positivo para luchar contra Ortega en Nicaragua).

Esperemos que el importante fortalecimiento de la Alianza del Pacífico —con la incorporación de Canadá, Australia, Nueva Zelandia y Singapur como Estados Asociados— inyecte el vigor que necesitamos para compensar las tensiones geopolíticas y comerciales que puedan afectarnos. La XIII Cumbre Presidencial de la AP en Puerto Vallarta (en un par de días) será el gran estreno internacional del presidente Vizcarra, porque el Perú asumirá la Presidencia Pro Tempore del proceso de integración profundo más acelerado y promisorio que hemos visto en América Latina.

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