Los caminos de Venezuela, ante la reelección fraudulenta de Nicolás Maduro: colapso, insurrección o cubanización

Reportaje
Infobae, 20.05.2018
Aymara Lorenzo
  • Infobae consultó a diversos analistas sobre cuál es el rumbo que puede seguir la crisis social y política luego de los comicios amañados de este domingo

La ausencia de certeza en todos los entornos de la vida del venezolano y la profundización del éxodo en una sociedad paralizada por las emociones negativas parece ser el único horizonte, según los analistas.

El triunfo del presidente Nicolás Maduro en las elecciones no significará ningún cambio producto de las promesas que ha hecho durante la ventajosa campaña electoral como aspirante a la reelección. Según especialistas y voceros de diversos entornos consultados por Infobae la crítica situación que vive Venezuela estará marcada por la incertidumbre en todos los ámbitos de la vida de los venezolanos.

Tres son las rutas o escenarios para transitar hacia otro estadio que observa Edgard Gutiérrez, consultor político, asesor de campañas electorales en América Latina y coordinador del Venebarometro (estudio nacional que analiza las principales variables del entorno socioeconómico de Venezuela), para quien las elecciones de este 20 de mayo son el "cierre de la salida electoral y pacífica a la crisis".

"A la primera ruta, le podríamos poner la etiqueta de colapso, implosión. El país está colapsándose literalmente desde el punto de vista de sus servicios económicos, del desgarramiento del tejido social, con una migración masiva", explica.

Una segunda ruta, que dependerá de la actuación de los diversos actores de la sociedad, "de algunos organismos vivos dentro del sistema, cuya etiqueta podría serinsurrección, porque alguna parte de la sociedad se rebela ante esto y se plantea algo así como la toma de la Bastilla, que la coalición gobernante se rompa porque la renta ya no alcanza para todos. Pudiera ser una insurgencia militar". Aunque advierte Gutiérrez que ambas rutas se parecen, la primera estaría marcada por la inercia del cuerpo social.

La tercera ruta posible la etiqueta como "cubanización", en la que el gobierno de Maduro logra la estabilidad por la vía de "la fuerza, del terror y finalmente la sociedad que puede luchar se va, se cruza de brazos, se resigna, lo cual significaría la esclavización de un pueblo, donde el control social es prácticamente absoluto". La cual según Gutiérrez no se trataría de un camino inevitable hacia la cubanización porque hay que tomar en cuenta la variable internacional, tanto la de China y Rusia como los países que han venido ejerciendo presión en contra del gobierno de Maduro.

Ramón Guillermo Aveledo, secretario de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), señala que:

"el camino queda ya sin señalización. Entramos en una situación de una incertidumbre creciente: más crisis, menos canales para resolver la crisis".

Tan solo durante el primer trimestre del año se registraron 1620 protestas en toda Venezuela en demanda de salud, alimentación, y servicios básicos como agua, luz y gas, según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social.

Considera Aveledo que después del 20 de mayo "se formalizará la pérdida de confianza en el camino político. Esto nos enfrentará a los venezolanos a unas impredescibles consecuencias. Los que creen que eso nos puede llevar a una radicalización se equivocan. ¿Acentuar la represión, la persecución? Así no podrá manejarlo".

En medio de la incertidumbre que identifica Aveledo, la opositora María Corina Machado, coordinadora del movimiento Vente Venezuela y dura crítica de la actuación de la MUD, está convencida de que el cambio político en Venezuela no se logrará por la vía electoral sino que será una "salida con fuerza. Fuerza moral, física, diplomática, económica, política".

En esta salida "con fuerza" que identifica Machado la sociedad civil tendría un rol determinante.

"Hay una sociedad consciente de lo que está en juego a esta hora. El hecho de que no sea una salida electoral, no significa que no sea una salida democrática y constitucional".

En extremo opuesto a Machado dentro de la oposición al gobierno, Sergio Sánchez, un chavista disidente, coincide en que la salida no es electoral sino por "el pueblo en la calle con apoyo internacional, pero no como intervención militar sino con apoyo solidario".

"Que haya procesos violentos no implica que el pueblo no salga a protestar. No queda otro camino sino la movilización popular. Va ser costosa pero es el precio que como pueblo debemos pagar. Tenemos que dejar desnudo al gobierno", precisa Sánchez, para quien la incertidumbre postelectoral existe en "aquellos sectores que pensaban que por la vía electoral se iba a resolver. Hay que construir la alternativa de los despolarizados".

El coordinador nacional del Movimiento Amplio Desafío de Todos (MDDT), liderado por el general retirado Miguel Rodríguez Torres, ex ministro de Interior y Justicia de Maduro y preso, imputado por espionaje e instigación a la rebelión, sostiene que después del 20 mayo el gobierno incrementará la represión:

"Va a comenzar a usar métodos más violentos. No descarto que el sicariato pase a ser una herramienta del gobierno. En la medida en que pierdan la legitimidad, lo que les queda es el ejercicio de la violencia. Están arreglando nuevas celdas en El Helicoide".

El éxodo venezolano no se detiene y se espera un aumento dramático luego de los comicios de hoy (EFE)

El Helicoide es la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia, Sebin, donde justo cuatro días antes de la jornada electoral se registró un motín en el que los 265 presos, entre ellos 56 presos políticos, tomaron un área de las instalaciones exigiendo respeto a sus derechos humanos.

El contexto político social y económico no es el mejor escenario para una oposición que tiene por delante el gran reto de dirimir sus diferencias para cohesionarse en torno a un objetivo común. Más aún cuando después de lo que la oposición ha calificado como una "farsa electoral", Diosdado Cabello, uno de los hombres fuertes del régimen, anunció que luego del 20 de mayo se iniciaría un proceso revocatorio contra la Asamblea Nacional de mayoría opositora. Además de que existe el precedente de ilegalizar a los partidos políticos que no concurran a esta elección, tal y como lo decretó la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente para sancionar a los partidos que no participaron en las elecciones municipales de diciembre de 2017.

José Virtuoso, rector de la Universidad Católica Andrés Bello e integrante del Frente Amplio Venezuela Libre, una plataforma en la que convergen sociedad civil, partidos políticos y chavistas disidentes, que tiene como propósito el rescate de la democracia en Venezuela y un cambio de gobierno, precisa en una sola palabra lo que le toca a los venezolanos por delante: "luchar". Y en esta lucha el gran peso recae sobre los partidos políticos que hasta ahora han sido muy criticados por la sociedad civil ante su incapacidad para encontrar una salida a la crisis.

"La tarea del Frente Amplio es ser capaz de animar ese proceso de activación, ser capaz de construir esa unidad en torno al objetivo superior, de organizarse en cada ciudad, cada municipio, pueblo, barrio. La tarea del Frente Amplio es crecer en su capacidad de entretejer a los venezolanos en ese gran acuerdo".

 

La centrífuga hiperinflacionaria

Pero el asunto político se volatiliza con la hiperinflación en la que entró Venezuela. De acuerdo con cifras de la Asamblea Nacional, en abril la tasa de inflación se ubicó en 80,1% mientras que la anualizada entre abril de 2017 y 2018 fue de 13.779%.

La economista Tamara Herrera, directora de la firma Síntesis Financiera advierte que las señales que ha dado el gobierno no van encaminadas hacia la preservación y rescate del aparato productivo ni hacia la posibilidad de restablecer un ritmo de inversiones que lleve a mejorar la producción nacional y el empleo.

"Es difícil darle probabilidad alta a un escenario donde el pragmatismo del gobierno tenga más campo de manera de evitarse la aceleración del colapso que venimos observando desde el 2016".

El segundo escenario que plantea Herrera, y por el que se inclina ante la incertidumbre, es aquel vinculado a la profundización ideológica "de forma genuina o como excusa, pero en todo caso es un escenario que sería el peor porque la radicalización se va a mezclar con represión económica y política y va a hacer mucho más daño y no sabemos cuando puede llegar el momento de inflexión de ese curso declinante de la radicalización".

El producto interno bruto (PIB) de Venezuela ha caído en los últimos 4 años en un 50% y se estima que en 2018 caiga un 15% adicional. De más de doce mil establecimientos industriales que existían en 1998 hoy no llegan a tres mil quinientas empresas.

Carlos Larrazábal presidente de Fedecámaras, la agrupación gremial de las empresas privadas sostiene que "si la situación no cambia, unas mil empresas más podrían dejar de existir este año".

La desnutrición, otro drama que azota al país caribeño

"No existe la confianza de que pueda lograrse un cambio en el entorno productivo del país sin un cambio en el modelo económico, político y social llamado socialismo del siglo XXI. La empresa privada reducirá aún más su proceso productivo disminuido por la falta de materia prima e insumos y sin tener ninguna posibilidad de tener acceso a las divisas por el control de cambio que existe desde 2003 y obtener financiamiento internacional para poder reactivar sus actividades".

A la compleja situación interna se suma la presión extranjera que promete nuevas sanciones contra funcionarios del gobierno de Maduro y un aislamiento promovido sus omisiones en el cumplimiento de las normas de convivencia internacionales, según el embajador de carrera Óscar Hernández Bernalette.

"No serán (acciones) solo de países que ya lo han hecho hasta ahora, sino posiblemente se sumen otros países de la región, como una muestra de que consideran que el gobierno de Venezuela no quiere dar los pasos necesarios para deslastrarse de una actitud netamente totalitaria".

 

Venezolanos quebrados física y moralmente

Pero sobre el elemento más desvalido en esta crisis que vive Venezuela, el ciudadano, recaen las más implacables consecuencias de la incertidumbre que se instalará en esta nación suramericana después de las elecciones de este domingo.

La desnutrición podría agudizarse, tal como explica Susana Raffalli, asesora de Caritas de Venezuela.

"Si a partir del 20 de mayo no se rectifican las causas económicas y políticas que mantienen secuestrado el sistema alimentario venezolano y continúan las dificultades de acceso de alimentos y de medicamentos especiales, va a continuar la desnutrición incrementándose a razón de un 10% por mes. Estimamos que a partir de mayo se registrará desnutrición grave sobre el 16% que sigue en niveles caracterices de emergencia de salud pública".

El escenario no es nada alentador porque según Rafalli:

"si no se rectifican las causas de los controles y las capacidades de atener a los afectados la situación va a mantenerse como una situación de emergencia de menos de 5 años".

Sobre la desnutrición incidirá la "estampida de gente saliendo desesperanzada". La migración de venezolanos productivos que buscará mejores opciones de vida dejará aquí a ancianos y niños.

"La contraparte es que las personas que se van envían remesa, lo que pudiera significar un leve mejoramiento de la situación de los que están aquí, pero no lo tomamos como parte de una recuperación integral sino como un reflejo más de la destrucción de la sociedad. No puede reflotarse el país con la destrucción de la familia".

De cualquier manera, acota Raffalli, las dificultades económicas que atraviesa el Estado venezolano limitarán su capacidad de maniobra para "seguir llenando las cajas de alimentos con las cuales nos tienen sometido y continuar con la destrucción del aparato productivo".

Tal y como lo explica Yorelys Acosta, psicóloga clínico, social y política, investigadora de la Universidad Central de Venezuela en protesta, violencia y discurso político, para el venezolano, que ha venido resintiendo su esperanza de cambio, su estado emocional en los últimos tres años ha sido un vaivén de acuerdo con el acontecer nacional. "Pero cada bajón es peor que el anterior, por tanto la recuperación cuesta más".

La gente se siente ya perdedora, siente que los líderes políticos no le acompañaron, que la unidad no es tal y se siente en incertidumbre. Pero la gente de todas formas está más preocupada por el día a día, por las múltiples crisis que la afectan y el tema político está en segundo lugar. Como no hay claridad, la gente está más abocada a resolver su situación.

"La incertidumbre es el día a día, la hiperinflación y si consigues comida o no. Es una de las situaciones más difíciles de manejar por el ser humano. La incertidumbre te trastoca la psicología, la tranquilidad y sumado a las múltiples crisis va a elevar la ansiedad en la gente", lo que parece que no está en los cálculos de la dirigencia política opositora para después del 20 de mayo. Previene Acosta que "esta alta incertidumbre afecta las emociones en superlativo extremo. Es incredulidad, no se cree que no haya una respuesta adecuada. Llamar a la calle ahorita no va a encontrar ninguna respuesta que concentre a la gente".

No hay comentarios

Agregar comentario