Los intereses permanentes de Chile y el Pacto de Bogotá

Transcurridos casi sesenta y seis años desde que se suscribiera el Tratado Americano de Soluciones Pacíficas , más conocido como el Pacto de Bogotá y teniendo en consideración la experiencia regional en la aplicación de sus disposiciones y la falta de consistencia de los fallos de la Corte Internacional de Justicia en nuestra historia diplomática  reciente, los firmantes de esta declaración, todos ex funcionarios diplomáticos  de carrera del Ministerio de RREE, después de una detenida reflexión, consideramos urgente y de alto interés para la protección de la integridad territorial de Chile, la denuncia del mencionado Pacto.

El Tratado, pensado para regir un sistema creado para las Américas (Norte, Centro y Sur), así como para los países del Caribe, se aplica actualmente a menos de la mitad de los Estados miembros del " Sistema Interamericano". Si de los 35 miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), sólo 14 han resuelto seguir formando parte del Pacto de Bogotá, queda claro que se trata de un instrumento internacional que no es representativo ni indispensable para la solución pacífica de controversias en la región.
El uso que nuestros vecinos han hecho del Pacto de Bogotá en contra de Chile, creando artificialmente controversias territoriales, deja en evidencia que la Corte Internacional de Justicia no respeta los principios que justificaron su firma y ratificación a mediados del siglo pasado.

En el caso de la controversia con Perú, la Corte reconoció la existencia de un tratado, de un paralelo, de un límite marítimo originado en el hito 1 y lo inalterable del mar territorial chileno. Sin embargo, sin ninguna base jurídica que lo justificara, modifica el límite de 200 millas y fija uno nuevo a partir de las 80 millas. Esto comprueba, claramente, que los jueces no utilizaron elementos jurídicos, sino más bien de equidad, para emitir su resolución .

En el litigio con Bolivia, el fallo rechazando la objeción preliminar presentada por Chile contiene delicadas inconsistencias e, inclusive, errores históricos gravísimos. No entráremos a analizar detenidamente este fallo por razones evidentes, pero debemos alertar a la opinión pública chilena que , teniendo presente la forma en que la Corte emite sus decisiones aplicando consideraciones extra jurídicas, podemos encontrarnos con desagradables sorpresas en el futuro.

De las reiteradas expresiones del Presidente de Bolivia, señalando su intención de continuar, cualquiera sea la resolución de la Corte, en su campaña agresiva y revanchista,  y de las recientes declaraciones del destacado jurista peruano Francisco Tudela a un medio chileno de que la solución del tema del mal llamado "Triángulo Terrestre" debe ser resuelto en La Haya, nos permiten concluir que es  absolutamente previsible que nuevas demandas están ya en estado de preparación.  Esto nos llevaría a una secuencia ilimitada de litigios, en virtud del sistema compulsivo que representa el Pacto de Bogotá.

El argumento contrario a la denuncia del Tratado basado en que se estaría violando el principio del respeto que tiene Chile al Derecho Internacional tiene escaso sustento debido a que precisamente se estaría aplicando el Derecho para retirarse del Pacto.  Por su parte, las expresiones que Chile quedaría desprovisto de un mecanismo de solución pacífica de controversias, no resiste el menor análisis debido la existencia  de variados sistemas como la Mediación u otros.

Por las razones expuestas , hacemos un llamado al Gobierno de la República de adoptar una resolución definitiva de este asunto,  denunciando el Pacto de Bogotá. Es una obligación que no admite más postergaciones . No podemos continuar abriendo flancos para amenazas contra nuestra soberanía .

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