Los partidos pequeños salen carísimos, aquí y allí

Blog
República, 26.09.2017
Inocencio Arias, embajador (r) español

Algún día me gustaría leer un estudio cronológico completo de las concesiones, totalmente razonables unas, exageradas otras, que los gobiernos centrales españoles de distinto signo,  han estado obligados a otorgar a partidos nacionalistas para poder gobernar sin excesivos agobios.

El precio del apoyo del gobierno vasco a Rajoy en los últimos meses no ha sido precisamente una bicoca y alguien argumentará que el traspaso total de competencias en educación a las comunidades autónomas fue una bomba de relojería colocada debajo de la cama de la nación llamada España. Esto no es una frase efectista. Aunque la prueba del 1 de Octubre se supere sin quebrantos para la unidad de España, tener un territorio español donde sus chavales, año tras año, aprenden que ellos no son verdaderamente españoles, que España es el enemigo que les roba, que asfixia a Cataluña y que las demás gentes de España son unos catetos ignorantes comparados con los catalanes equivale a que el problema dentro de no mucho será prácticamente insoluble.

Ahora, los efluvios problemáticos de la coalición, aunque con consecuencias menos trascendentales, afloran en Alemania. Se ha comentado con alarma la ruidosa emergencia de un partido de extrema derecha, la AfD, que ha conquistado nada menos que el 1.260 de los votos y que va a tener 94 escaños de los 709 existentes. Alemania ya no está inmune al populismo chillón. Sin embargo, en un primer momento se ha subrayado menos que la señora Merkel tiene hoy otro dolor de cabeza más importante, formar una coalición con dos grupos que no resultarán baratos, los liberales y los verdes. Habrá disensiones no banales en las cuestiones de los refugiados (¿lamenta ya Merkel haber sido tan solidaria?), la política fiscal y Europa. El liberal Lindner tiene ideas sobre Europa que no coinciden precisamente con las ambiciosas propuestas del francés Macron con lo que la hipotética receptividad de la señora Merkel hacia las sugerencias galas se enfriará.

Los verdes son también conscientes de que su entrada en el gobierno significa menos sobresaltos para Merkel. No bajarán su precio. La canciller debe tener el pálpito de que recurrir a nuevas elecciones puede significar perder algo más de poder. Tendrá que pagar.

No hay comentarios

Agregar comentario