Los retos de la cooperación Sur-Sur

Columna
El Nacional, 01.03.2019
Oscar Hernández Bernalette, embajador (r), profesor (UCV) y columnista venezolano

La cooperación Sur-Sur estará en el centro de la agenda internacional en los próximos días. Efectivamente, se realiza en Buenos Aires la segunda conferencia de alto nivel en el marco de Naciones Unidas bajo la denominación de BAPA+40.  Esta es una nueva oportunidad que se da en el marco del multilateralismo para evaluar el progreso en la cooperación desde el sur en el sistema de Naciones Unidas.  Debemos entender que esta cooperación entre países y diferentes actores económicos y sociales, es la que se desarrolla entre naciones en desarrollo que quieren compartir sus experiencias hacia el desarrollo sostenible. Es una cooperación basada en conocimiento, en el comercio, en mejores prácticas internacionales para el manejo de los recursos disponibles, entre otros. Fundamentalmente, se basa en los principios de la solidaridad y la responsabilidad compartida.

Es diferente a la cooperación que otorgan los países desarrollados a los no desarrollados. Entendida como cooperación Norte-Sur. Muchos países dentro del sur despliegan programas de cooperación con vecinos y economías menos avanzadas, mientras que aún están sujetos a la cooperación Norte-Sur, que es otra modalidad de cooperación. Un país en desarrollo puede ser oferente de cooperación, mientras que a su vez puede estar recibiendo cooperación de un país desarrollado (país dual). Es lo que se denomina países que permiten compartir conocimiento, capacidades y experiencias con otros países en la medida que también reciben cooperación de países desarrollados.

La OECD define esta como:

Intercambio de conocimientos y recursos en los ámbitos político, económico, social, cultural, medioambiental o técnico entre los países en desarrollo. Se puede dar a nivel bilateral, regional, subregional o entre regiones y puede involucrar a dos o más países en desarrollo”.

En otras palabras, existe un amplio espacio de posibilidades para que estos países aprovechen sus ventajas comparativas en el conocimiento, buenas prácticas (conocimientos, habilidades), desarrollo científico o transferencia tecnológica. Estas sinergias además impulsan la posibilidad de nuevas corrientes de comercio, inversiones, intercambios académicos, movimiento de personas, entre otras formas de relacionamiento y aprovechamiento de experiencias que estos países han desarrollado a pesar de sus propias limitaciones

A diferencia de años anteriores, la cooperación Sur-Sur tiene como principios contribuir a alcanzar objetivos de desarrollo acordados que incluyen la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Por supuesto, también bajo principios de independencia y derecho a determinar sus prioridades de políticas públicas.

También existe otra modalidad igualmente importante, que es la cooperación triangularAunque no está internacionalmente definida, no es otra que la sinergia entre los países donantes tradicionales y las organizaciones multilaterales que facilitan las iniciativas Sur-Sur por medio de fondos, formación, gestión y sistemas tecnológicos, además de otras formas de apoyo.  Podemos ilustrarlo de la siguiente manera: un gobierno de un país desarrollado o una organización multilateral contribuye al intercambio con sus propios conocimientos y recursos. Existe un buen inventario de esta práctica y particularmente en nuestra región. Los objetivos amplios de la cooperación entre países en desarrollo y menos desarrollados podemos resumirlos como la búsqueda de permitir a los países en desarrollo alcanzar un mayor grado de participación en las actividades económicas internacionales y ampliar la cooperación internacional en materia de desarrollo.

Esperamos que esta segunda conferencia de alto nivel pueda definir una nueva ruta para los próximos años y avance en la búsqueda de mayor cooperación para el desarrollo global, sobre premisas de beneficios compartidos y de beneficios mutuos para todos los países del mundo.

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