Mientras termina el ‘gran nuevo juego’ ¿cuál será la nueva configuración del Oriente Medio?

Carta
OpinionGlobal, 26.09.2018
Riad Fouad Saade, empresario libanés y cónsul honorario de Chile en Beirut

Durante 23 años, desde 1994, he venido conversando con mis amigos y colegas chilenos acerca de la situación en el Medio Oriente como tal.

De hecho, a principios del siglo XX, el Medio Oriente, era una entidad bien definida dentro del sistema que los imperios británico y francés establecieron al final de la Gran Guerra (1914-18), hasta que los Estados Unidos se hicieron con ella al final de la segunda guerra mundial (1939-45)

Sin embargo, la evolución del mundo, el colapso de la Unión Soviética, la uni polarización hegemónica estadounidense que siguió, el crecimiento exponencial de la tecnología, el ascenso de China, el regreso a la escena política y militar de la Rusia, pusieron fin a un Medio Oriente monolítico

De hecho, y al igual que como ocurre con respecto a otras partes del mundo, al Medio Oriente ya no se le puede estudiar sin considerar:

1- La política de los Estados Unidos hacia el Medio Oriente, que fuera hasta el comienzo del siglo XXI, el único maestro y que persiste en mantenerse como tal;
2- La virtual desaparición de Europa del mapa político y de seguridad del Medio Oriente, a menos que se alinee y sirva a los intereses de los EE. UU.;
3- El regreso de Rusia con una diplomacia fina y una la fuerza militar;
4- Una incursión económica china de una importancia insospechada que sin duda va a sorprender al sistema económico-político Occidental
5- La desaparición progresiva, planificada e ineluctable del "mundo árabe" creado por el Imperio británico a principios del siglo XX
6- El poder ilimitado alcanzado por el movimiento sionista desde la creación del Estado de Israel, lo que le permite dictar su ley a las grandes potencias occidentales y dominar las finanzas internacionales.

Bajo estas condiciones, no se pueden estudiar, analizar y resolver problemas en Medio Oriente como lo es la tragedia palestina. Todo adquiere una dimensión planetaria, global, extremadamente confusa.

Y mientras que algunos temen una alteración del sistema económico de Occidente por parte de China, Rusia y otros BRICS, no deben descuidar que hay otro trastorno cultural lento, profundo y peligrosamente inquietante para el mundo occidental, como es el avance del Islam.

Occidente se ha conformado con conocer el Islam a través de los orientalistas, es decir, a través de los ojos y las voces occidentales. Raros, muy raros, sino inexistentes, son los estudios y las investigaciones realizadas por musulmanes que han sido escuchados y comprendidos por Occidente. Esto lleva a una brecha cultural insuperable en un momento cuando Europa sabe que será demográficamente musulmán en poco tiempo.

Es en este contexto que tendré el placer de emprender mi peregrinación anual a Chile a principios del próximo mes de noviembre. Intervendré  el 8 de noviembre a las 16:00 en la Academia Diplomática Andrés Bello y, el 7 de noviembre en la ANEPE, sobre el tema: "Mientras termina el 'gran nuevo juego' ¿Cuál será la nueva configuración del Oriente Medio?"

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