Migración: el fenómeno del año en América Latina

Reportaje
La Tercera, 23.12.2018
Valentina Jofré
  • El éxodo venezolano y las caravanas de migrantes procedentes de Centroamérica suponen para la región un inédito desafío migratorio. En comparación con la crisis de refugiados en Europa, los expertos destacan un buen recibimiento y una mayor flexibilidad en los países receptores.

A group of Central American migrants climb the border fence between Mexico and the United States, near El Chaparral border crossing, in Tijuana, Baja California State, Mexico, on November 25, 2018. / AFP / Pedro PARDO

La cifra de migrantes en el mundo ha sido particularmente alta en los últimos años según demuestran los datos de Naciones Unidas, desde la crisis de refugiados en Europa en 2015. El año pasado, había 258 millones de migrantes en el mundo, un 3,4% de la población. En 2010 esa cifra llegaba a los 220 millones. Los desafíos y consecuencias de este fenómeno, que cada vez amplía más sus horizontes, están a la vista con las masivas caravanas de migrantes centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos, y los venezolanos que siguen huyendo en masa de su país.

En lo que va del año, se han reportado cerca de 4.500 muertes de migrantes en sus travesías hacia otros países en todo el mundo, en especial en el mortal trayecto por el Mar Mediterráneo desde África a Europa.

El revuelo que generó el Pacto de Migración de la ONU da cuenta de la importancia de este fenómeno y sus implicancias a nivel global: intereses nacionales, populismo, rechazo al multilateralismo. El 85% de los 193 miembros de la ONU apoyaron el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, que propone 23 medidas para regular los flujos migratorios y los derechos de los migrantes mediante una cooperación internacional (Chile se abstuvo).

Pese a que el Pacto no es vinculante y “no impone y respeta totalmente la soberanía de los Estados”, el documento generó críticas de países como Estados Unidos, Hungría, Israel, Austria, Australia, Chile, entre otros, que se restaron de la firma. Estados Unidos se retiró del acuerdo incluso antes de que se comenzaran a discutir las medidas. La principal crítica es que el Pacto podría afectar su soberanía nacional para decidir sobre sus políticas migratorias, hecho que ha sido desmentido por las autoridades de la ONU.

La migración hoy divide. Y es que pese a que en Europa los flujos parecen estabilizarse, con casi 137 mil arribos al continente este año frente a los cerca de 390 mil en 2016, América Latina ha tenido que hacer frente a la mayor ola migratoria en la historia del continente.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), a octubre de este año, había cerca de 3 millones de venezolanos desplazados por el mundo, de los cuales 2,4 millones huyeron hacia un país sudamericano.

El aumento en los migrantes y solicitantes de asilo venezolanos ha sido abrumador para los países de América Latina, ya que un flujo migratorio tan grande y rápido no tiene precedentes en la región”, dijo a La Tercera Jessica Bolter, asistente de investigación en Migration Policy Institute, quien monitorea de cerca los flujos migratorios de Venezuela y Centroamérica.

 

No estaban bien preparados porque nunca habían tenido que lidiar con una situación comparable. Aun así, la mayoría de los países ha respondido con generosidad y han tratado de ayudar a los venezolanos a obtener estatus legal y acceder a los servicios”, agrega.

Algo similar es lo que opina Cynthia Arnson, directora del Programa Latinoamericano de Wilson Center, con sede en Washington.

Hasta ahora los gobiernos, principalmente de Colombia, pero también de Perú, Chile y Argentina, han abierto sus puertas a la gente que huye de Venezuela, aceptando que es un régimen dictatorial y que la economía está colapsando, y han intentado dar estatus de migrante a miles de personas. Es una actitud que es muy distinta a lo que se ve en el resto del mundo”, sostiene Arnson a La Tercera.

 

Flexibilidad regional

Así, dentro de las acciones que han tenido que tomar los países latinoamericanos se destaca la flexibilidad y agilidad para acoger a los migrantes.

Creo que la principal diferencia (con la crisis de refugiados en Europa) es la capacidad de los países latinoamericanos para ser flexibles y ágiles en la creación de nuevas vías legales para los migrantes venezolanos, mientras que Europa se basó únicamente en su sistema de asilo, que ha estado en crisis y no está funcionando bien”, comenta Bolter.

Un caso particular es el de Colombia. En diciembre, la cifra de venezolanos en ese país ascendió a 1.102.000, un incremento de un 7% con respecto a la cifra de octubre. Sin embargo, los números también revelan el esfuerzo para regularizar a estos migrantes. El 57% (más de 633 mil) estaría en situación regular, mientras que el 16% está en proceso de regularización.

Además de la activa campaña que el gobierno colombiano ha lanzado para intentar regularizar la situación de los venezolanos rápidamente, Colombia expidió la Tarjeta de Movilidad Fronteriza, el pasado 27 de noviembre, un documento para que venezolanos que residan en su país puedan ingresar a municipios fronterizos en Colombia para abastecerse de alimentos, ir a citas médicas, inscribirse en instituciones educativas, etc.

 

La caravana

El caso centroamericano vio su peak este año, con cerca de 8 mil migrantes pertenecientes al Triángulo Norte (Honduras, El Salvador y Guatemala) que llegaron a México en varias caravanas, desde octubre. Las imágenes de miles de migrantes de la caravana demostraron la urgencia de la situación en esos países.

Los centroamericanos siguen huyendo de sus países principalmente por la enorme violencia que viven y la falta de oportunidades. Hay muchos hondureños y salvadoreños que viven en lugares donde las maras (pandillas) tienen una presencia muy fuerte y reciben diariamiente las amenazas. La pobreza también es el caso de muchos guatemaltecos”, explica Arnson.

La migración de centroamericanos hacia EE.UU. ha aumentado a partir de 2012. Sin embargo, a medida que el Presidente Trump ha endurecido su política migratoria, a los centroamericanos se les ha hecho más complejo el proceso, con lo que varios han decidido quedarse en México, convirtiéndose así este país en una nación de tránsito y destino.

Esta semana México y EE.UU. anunciaron un plan de US$ 35.600 millones que irá destinado a los países del Triángulo Norte y el sur de México, como un intento para frenar la ola migratoria.

 

Venezolanos

Según las últimas estimaciones de la ONU, la ola migratoria de venezolanos se mantendría estable en los próximos 12 meses. Eso significaría que, si no se revierte la tendencia actual, habría cerca de 5,4 millones de venezolanos repartidos por los países de América Latina y el Caribe.

Aquello supone un desafío mayor para la región, que deberá adoptar nuevas políticas para hacer frente a este alto número de ciudadanos venezolanos.

Los países latinoamericanos tendrán que comenzar a reconocer el hecho de que la migración venezolana no será temporal, y tendrán que encontrar la manera de ayudar a estos migrantes para darles un estatus temporal a uno permanente, para lo cual muchos de sus sistemas de inmigración no están preparados”, dice Jessica Bolter.

Pero además de los ajustes institucionales que deban hacer los países receptores, también aparece otro desafío: contener la xenofobia y discriminación, y desmitificar los alcances de la migración.

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