Modernización de la Cancillería (6)

Carta
La Tercera, 29.05.2017
Francisco Devia Aldunate y Raúl Sanhueza Carvajal, ex presidentes de ADICA

Además de sus desprolijidades jurídicas, no es buena idea que el proyecto de ley de la Cancillería cree una Subsecretaría de Relaciones Económicas como organismo autónomo e independiente del eje político.

Se trata de una mirada envejecida, propia de los 90, que no está leyendo correctamente la nueva realidad internacional, ni la del país. La Cancillería debe actuar (y pensar) mirando al Chile de hoy; sus fuerzas y vulnerabilidades, interpretando el futuro y evitando el retrovisor.

El anunciado retiro de EE.UU. del Acuerdo Transpacífico y la salida del Reino Unido de la Unión Europea no solo han creado incertidumbre política, sino que han licuado creencias hasta hace poco irreductibles. El comercio se ha vuelto intensamente político, la lucha por las inversiones también; qué decir de algunos recursos fundamentales como el petróleo o crecientemente el litio.

El país no es el mismo de hace una década; producir se ha vuelto más caro, tenemos más competencia de nuestros vecinos, debemos cuidar los recursos y eso no se logra abriéndole más mercados a nuestras materias primas.

Desvincular lo económico de lo político ha arrastrado al país a pérdidas que duelen, de las que todos hubiésemos esperado sacar lecciones. Este proyecto revela que o no ha habido un esfuerzo serio de reflexión, o no existen hoy las capacidades para entender el momento que vive el país.

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