¿Por qué la política exterior de Chile no está en el debate?

Columna
Realidad y Perspectivas, N*69 (Octubre 2017)
Jorge Canelas U., embajador (r) y director de CEPERI

Hace pocos días tuvo lugar en el Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica, un debate (el primero en su género) sobre política exterior, en el cual participaron representantes de seis de las ocho candidaturas a la presidencia de la República. Resaltamos el carácter inédito de dicho debate, que ha sido hasta ahora el único en el cual se han tratado temas del quehacer internacional. No ha sido costumbre en Chile debatir con la seriedad y profundidad que merece, la política exterior del país, lo que ha impedido o por lo menos, limitado, la generación y el desarrollo de iniciativas que redunden en el fortalecimiento de la política exterior, como instrumento estratégico y prioritario para la defensa de los intereses permanentes del Estado.

¿Cuáles son las razones que explican la carencia de debate sobre un asunto de tanta importancia, durante tanto tiempo? Desde una perspectiva histórica, la discusión sobre los asuntos internacionales ha estado ausente del debate público, con raras excepciones, como fueron las situaciones de crisis o conflictos con nuestros vecinos en el pasado. Pero los tiempos han cambiado. Chile, inmerso en un mundo globalizado, con una economía y un modelo de desarrollo altamente dependiente del comercio internacional, con situaciones vecinales cada vez más complejas y habiendo sido sometido a sucesivas demandas ante la Corte Internacional de Justicia, es un país en el cual el debate de la política exterior no puede estar ausente, como lo ha estado hasta ahora.

Para explicar las razones del contraste entre Chile y otros países en los cuales existe un activo y enriquecedor debate sobre temas de política exterior, nos remitimos al examen de algunos hechos relevantes. En el análisis de la historia reciente, nos encontramos con situaciones cuya connotación rebasan los límites de la lógica. Por ejemplo, resultan difíciles de explicar las razones que justifiquen el hecho de haber declarado secreto el contenido de la Nota que hiciera llegar el gobierno de Chile al de Bolivia, como respuesta a las disposiciones de la Constitución Política aprobada por ese país en el año 2009, que en su Artículo 267 dispone: I. “El Estado boliviano declara su derecho irrenunciable e imprescriptible sobre el territorio que le dé acceso al Océano Pacífico y su espacio marítimo.” Dicho de otra manera: Bolivia declara un derecho irrenunciable e imprescriptible sobre territorio chileno en un artículo de su Constitución Política, pero la respuesta de Chile a esa disposición constitucional es un secreto. Este sólo hecho es demostrativo de la necesidad de impulsar un debate serio sobre nuestra política exterior.

La carencia de un debate informado y productivo en materias de política exterior ha tenido efectos colaterales, como son la excesiva ideologización en la gestión del Ministerio de Relaciones Exteriores, el cuoteo partidista de los nombramientos de embajadores y la proliferación de operadores políticos, por citar algunos. Paralelamente, se han invisibilizado situaciones de la mayor trascendencia, como es la necesidad impostergable de profesionalizar la carrera diplomática.

Los desafíos que enfrenta Chile en la actualidad y los que se avecinan en el futuro previsible, hacen necesario dar a los asuntos relativos a la política exterior la importancia que merecen, puesto que los costos que se paga por no abordarlos debidamente suelen ser más altos de lo que se percibe.

No hay comentarios

Agregar comentario