Reelección de Evo Morales

Carta
La Tercera, 02.12.2017
Juan Salazar S., embajador (r) y director ejecutivo de Ceperi

Tras un fallo eminentemente “político” del sumiso Tribunal Constitucional Plurinacional, Evo Morales ha quedado habilitado para postularse por cuarta vez a la presidencia en 2019, pese a que ello está taxativamente prohibido por la Constitución boliviana (artículo 168) y pasa por encima del rechazo que sufriera en el referendo del 21 de febrero de 2016 para modificar dicha norma. Se aplicó una equívoca interpretación del artículo 23 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos o Pacto de San José, en el sentido de que la Constitución (por él redactada) violaría su derecho a postularse libremente a un cargo. Extremando el alegato de Evo, entonces, estaríamos ante el precedente inaudito de que cualquier dirigente tiene el derecho a ser dictador.

Después de la desgraciada experiencia sufrida por la comunidad regional, que presenció impávida cómo se destruyó la institucionalidad democrática en Venezuela hasta consolidarse la dictadura de Nicolás Maduro, ahora se presenta este “ingenioso” líder indigenista y cocalero altiplánico con la intención declarada de perpetuarse en el poder. La mayoría de los bolivianos parece oponerse a esta maniobra y el Secretario General de la OEA ha advertido sobre la tergiversación del Pacto de San José.

El Grupo de Lima necesita tomar cartas en el asunto y actuar tempranamente. En esta oportunidad, la Cancillería chilena tiene que liderar, y no ir a la cola de los acontecimientos, para defender la democracia en Bolivia.

1 Respuesta

  1. Lamentable. Y mucho más grave por la coincidencia intencional con la misma decisión de Maduro y la beligerante cruzada emprendida por Rafael Correa, que ha regresado a Ecuador con idéntico propósito: bloquear la consulta popular para prohibir la reelección.
    Aparte de la acción que correspondería al Grupo de Lima, cualquier Estado puede solicitar una opinión consultiva de la Corte de San José acerca del artículo de la Convención Interamericana de DDHH que Evo Morales invoca tan impertinentemente (art. 64)

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