Una política exterior coherente

Columna
La Nación, 11.09.2017
Roberto García Moritán, embajador (r) y ex viceministro de RREE argentino

La diplomacia multilateral está en general orientada por dos elementos esenciales. Uno es la posición de fondo de un país respecto de ciertos temas o problemas globales (sean políticos, económicos o jurídicos) y otro, el proceso de negociación por el que un acuerdo acerca de estas cuestiones se alcanza. La relación entre estos dos factores conforma en general la dinámica de las actividades diplomáticas en las Naciones Unidas, que se manifiestan anualmente en resoluciones, decisiones u otros instrumentos políticos o jurídicamente vinculantes.

En este contexto, la política exterior multilateral de la Argentina muestra una continuidad que merece ser destacada al dejar en evidencia la permanencia de los intereses estratégicos de nuestro país, más allá de los matices políticos que resalte y priorice cada administración presidencial. Las votaciones anuales de aproximadamente 300 resoluciones en la Asamblea General de las Naciones Unidas permiten apreciar las oscilaciones eventuales en las posiciones asumidas en los distintos temas de la política internacional multilateral. También muestra ciertas afinidades o diferencias con otros países o grupos de países. En el caso argentino ese registro, en los últimos 17 años, ha sido razonablemente consistente y estable.

Un antecedente estadístico que permite apreciar esa afirmación se podría extraer, por ejemplo, del informe anual que publica el Departamento de Estado de Estados Unidos para el Congreso sobre la votación, en el marco de las Naciones Unidas, destacando los votos coincidentes con Washington. Si se compararan los datos del voto argentino con el de Brasil y Chile en los últimos dos años, se puede comprobar además el grado de coincidencia genérica entre los tres países del Cono Sur entre sí y con Estados Unidos.

En 2015, por ejemplo, la Argentina votó coincidentemente con Estados Unidos en un 39,5% de los casos, mientras que Brasil lo hizo en un 37,7% y Chile, en un 39,7%. En lo que hace a los temas que más interesan a Estados Unidos en las Naciones Unidas, la Argentina lo hizo en un 66,7%; Brasil, en 58,3%, y Chile, 61,5%.

En 2016 el ejercicio comparativo muestra una mayor aproximación con Washington de los tres países. La Argentina, en un 52,6%; Brasil, 50,5%, y Chile, 52,6%. En los temas que más interesan a Estados Unidos, los países del ABC votaron en 2016 igual que en 2015, lo que resulta destacable ya que en la Argentina y Brasil hubo un cambio del perfil político, mientras Chile continuaba en el ejercicio de la administración Bachelet.

Es evidente que las referencias mencionadas son sólo de carácter ilustrativo, ya que cada año las cuestiones temáticas específicas que considera la Asamblea General pueden variar. Lo mismo la posición de los países sobre temas concretos. Sin embargo, es una muestra de referencia de ciertas constancias. Una, por ejemplo, es la gran similitud de votación que tienen la Argentina y Chile en las Naciones Unidas, mientras que con Brasil parecen existir ciertos matices diferenciados, aunque en la amplia mayoría de los temas sustantivos multilaterales las posiciones sean mayormente similares.

Resultará interesante ver el registro de votación del período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2017, ya que el elemento novedoso, con relación a los dos años anteriores, será la posición que asuma la diplomacia multilateral de Estados Unidos con Donald Trump. Dos temas ya anticipan diferencias del voto de la Argentina, Brasil y Chile con Estados Unidos. Uno es lo referente al cambio climático y otro al Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares.

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