Blog La Tercera, 10.06.2016 Fabio Vío U., abogado y ex embajador de Chile en Perú
Los resultados de las recientes elecciones presidenciales en Perú eran, sin lugar a dudas, los más previsibles de la historia política de ese país: una llegada ajustadisima que impedía señalar quién ganaría. Así lo dijimos en diversas publicaciones y más de algún analista afirmó que era el típico pronóstico de los diplomáticos de carrera. En el fondo, a lo mejor tenía razón, pues con un destacado colega brasileño coincidimos hace tiempo en una conferencia conjunta en París, que los mejores diplomáticos hacían pronósticos después de los resultados.
La estrecha victoria de Pedro Pablo Kuczynski tiene una importancia fundamental para el Perú al reafirmar la solidez de la democracia peruana. Independiente de las posiciones ideológicas de los candidatos, el país vecino confirma su vocación de continuar por el camino de la democracia y optando por proyectos no populistas. Derrotada Verónica Mendoza, quedó atrás la posibilidad de un gobierno cercano a posturas bolivarianas o radicales. Keiko Fujimori y PPK, en el fondo coincidían en mantener el modelo económico que ha representado un crecimiento sostenido y una disminución notable de la pobreza.
El presidente electo del Perú es una persona conocida y respetada en Chile. Tiene una impecable trayectoria como demócrata y defensor de las ideas de una economía social de mercado. Amigo de Chile y entusiasta promotor del acercamiento político y económico de ambos países independientemente de las diferencias producidas por asuntos limítrofes.
Su tarea no será fácil. Su triunfo, entre otras razones, es el producto de un marcado antifujimorismo que aún persiste en la sociedad peruana. Tendrá un parlamento hostil y las heridas de la campaña tendrán que ser cerradas con mucha inteligencia. Además, habrá que controlar las aspiraciones de los diversos sectores que lo apoyaron en la segunda vuelta.
Chile debe aprovechar esta elección para profundizar sus vinculaciones con Perú. La integración es una realidad que ya existe. Es difícil encontrar en el mundo países con más intereses comunes: inmigración, inversiones, intercambio comercial, turismo, relación Arica-Tacna (con más de 6 millones de pasos de personas anuales), relación entre FFAA, etcétera. En los últimos años, nos han separado asuntos que debemos arreglar. Perú debe adecuar su legislación en el tema marítimo. Ambos debemos encontrar una fórmula que supere lo del mal llamado “triángulo terrestre”.
Un instrumento fundamental para este acercamiento mayor es la Alianza del Pacífico, al cual el actual Gobierno de Chile debe dar más importancia. Afortunadamente los expresidentes Frei, Lagos y Piñera han sido muy activos en sus intervenciones en el exterior alabando este moderno ejemplo de integración regional.
