Indo-Pacífico Libre y Abierto: El legado de Shinzo Abe 1954-2022

Columna
AthenaLab, 08.07.2022
Juan Pablo Toro

El ex primer ministro de Japón Shinzo Abe (1954-2022) debiera ser recordado como uno de los líderes que más transformó el paisaje geopolítico del siglo XXI, en su calidad de arquitecto de la visión estratégica del Indo-Pacífico Abierto (FOIP, por sus siglas en inglés), un espacio de prosperidad compartida donde debe imperar el respeto a las reglas internacionales, la libertad de navegación y los valores democráticos. Consecuente con lo anterior, fue también un decidido impulsor del Acuerdo Transpacífico (TPP) para lo cual contó con el apoyo de Chile, del que era un amigo sincero. “Japón y Chile, compartiendo valores básicos tales como la libertad, democracia, respeto a los derechos humanos fundamentales y Estado de Derecho, somos socios que desempeñan un papel importante para conseguir la paz, la estabilidad y la prosperidad de la región y de la comunidad internacional”, dijo con motivo de su visita al país en 2014.

La visión de este líder del Partido Liberal Democrático (PLD) sobre el FOIP empezó a tomar forma durante su breve primer gobierno, cuando en un mensaje ante el Parlamento indio titulado la “Confluencia de dos océanos” en 2007, se refirió a la interconexión de estos espacios marítimos y la apertura que debería regir entre ellos, tanto para las economías como para sus regímenes políticos. Sin embargo, al año siguiente acabó su mandato como primer ministro, sin poder ver plasmada la idea.

Durante los años alejado del poder, pero siempre como figura influyente en el PLD, Abe trabajó su visión a la espera de tener la oportunidad de implementarla y así fue como lo hizo a partir de 2012, cuando volvió a dirigir los destinos de Japón.

Convencido de que su país debía tomar un nuevo protagonismo en los asuntos mundiales, su concepto de “Indo-Pacífico” fue dado a conocer al mundo en una conferencia en Kenia en 2016, donde afirmó que “Japón carga con la responsabilidad de fomentar la confluencia de los océanos Pacífico e Índico (…), en un lugar que valora la libertad, el Estado de derecho y la economía de mercado y que está libre de la fuerza o coerción, haciéndolo próspero”.

Luego, esta visión estratégica se tradujo en numerosos documentos oficiales, inspirando a países como Estados Unidos, Australia y de la Unión Europea a adoptar muchos de sus elementos, prueba fehaciente de su éxito.

Abe comprendió, ante todo, que el entorno de Japón estaba cambiando por la reemergencia de China como potencia, un rival histórico, y la relativización del compromiso de Estados Unidos con la defensa de Japón durante el gobierno de Donald Trump. Por lo tanto, el país necesitaba adquirir más protagonismo no solo en la esfera económica, como tercera economía del mundo, sino también como potencia militar y diplomática.

Eso supuso dejar atrás la Doctrina Yoshida —bautizada por el primer ministro Shigeru Yoshida (1948-1954)—, que depositaba la defensa del país en las fuerzas estadounidenses que permanecen tras la Segunda Guerra Mundial, a la vez que se mantenía una presencia limitada en los asuntos globales y donde se privilegiaba el desempeño de la economía.

Documentos de los Ministerio de Relaciones Exteriores y de Defensa de Japón —los responsables de materializar del FOIP— coinciden en identificar tres ejes de esta visión: 1) El respeto de las normas internacionales, la libertad de Cuadro de texto:  navegación y el libre comercio; 2) El impulso de la prosperidad económica por medio de una conectividad comercial e institucional 3) Compromiso con la paz y la estabilidad por medio de las capacidades militares propias, cooperación con aliados y ayuda humanitaria. Por ejemplo, se puede revisar el documento “Achieving the Free and Open Indo-Pacific” y la Política de Defensa de 2020[4].

El TPP, que Abe rescató una vez fuese desechado por Trump, y la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés) han sido fundamentales para implementar de la visión japonesa del FOIP. Además, el país ha ido progresivamente dando un rol más proactivo a sus fuerzas militares para que puedan defender a aliados bajo ataque y desplegarse por toda región. Bajo Abe los presupuestos de Defensa empezaron a crecer a la par de la creación de una nueva arquitectura institucional de seguridad nacional y el debate sobre la revisión del artículo de la Constitución de 1947, que limita el actual papel de sus militares en operaciones ofensivas.

Quizás uno de los mayores éxitos alcanzados por Abe, radica en el hecho de que su principal aliado, Estados Unidos, haya adoptado gran parte de su estrategia, al igual que otros países afines. Pero al compararla con los textos que inspiró, vemos que la visión japonesa del Indo-Pacífica es la más más amplia en términos geográficos, alcanzando incluso las costas americanas, lo cual siempre ha sido una oportunidad para América Latina.

Abe fue un líder como pocos. Entendió que su país estaba actuando bajo su potencial e hizo todo lo posible para corregirlo, dejando atrás aparentes limitaciones, como una población envejecida, una economía estancada y unas fuerzas armadas autocontenidas. Sus sucesores en el poder, como el actual primer ministro Fumio Kishida, han mantenido y profundizado su visión. Japón es hoy una democracia sólida y tiene una política económica cada vez abierta al mundo. Goza de una cohesión social Cuadro de texto:  mayor que muchos países y una activa vocación internacional.

Sin duda, Japón y el mundo extrañarán a Shinzo Abe, quien se alejó voluntariamente del poder por razones de salud. Pero su idea original del Indo-Pacífico Libre y Abierto, desarrollada durante el período 2012-2020 como una alternativa a la competencia sistemática entre Estados Unidos y China, debiera sobrevivirle por el bien de las democracias marítimas que se distribuyen en las costas de estos océanos.

No hay comentarios

Agregar comentario