La desprofesionalización de la Cancillería chilena

Carta
OpinionGlobal, 18.12.2024
Juan Salazar Sparks, embajador (r)

En relación con su columna en El Líbero, titulada “FFAA y Cancillería, la solapada infiltración”, quisiera felicitar a Andrés Montero por sus críticas agudas y sus valientes comentarios. No es de extrañar aquello, proviniendo de alguien que conoce de cerca a la familia del Servicio Exterior chileno. Creo necesario, eso sí, ampliar su enfoque con algunas cuestiones estructurales que son fundamentales para entender el problema y que no están abordadas en dicho artículo.

Su teoría sobre la infiltración ideológica de la Cancillería durante la actual administración es en parte válido, porque se asumen todos los tintes identitarios que caracterizan al programa de gobierno y que no condicen con el tradicional interés nacional de la política exterior chilena. Sin embargo, ello resulta de un contexto más amplio que viene ya de antes.

Primero que nada, el Estado y los partidos políticos chilenos no respetan en forma debida la institucionalidad profesional de la Cancillería, a saber: El Servicio Exterior de Chile (cuerpo de funcionarios diplomáticos), que se distingue sobremanera en la orgánica de la Administración Pública. Ello, porque el presidencialismo chileno abusa de sus prerrogativas constitucionales cuando ha nombrado (en el lapso de 1990-2024), entre un máximo de un 50% y un mínimo de 20%, de embajadores políticos y de directores generales en la Cancillería, ajenos al Servicio Exterior. Además, muchos militantes de partidos políticos (en forma transversal, pero principalmente de izquierda) han hecho carreras paralelas al servicio diplomático chileno, ocupando sucesivamente en Chile y en el extranjero altos cargos de responsabilidad, por el patronazgo político y en desmedro de los diplomáticos profesionales.

Es por ello que el diplomático chileno nunca se ha visto empoderado frente a los operadores políticos, sino siempre disminuido y desmotivado en su carrera funcionaria, a raíz de lo cual muchos optan por militar derechamente en los partidos políticos, o bien, a retirarse del ministerio. Al ser final y totalmente cooptada la Cancillería por esos partidos, el funcionario pierde el interés por el servicio permanente a Chile y termina convirtiéndose en un militante más del gobierno de turno. Es no es bueno para nuestro cuerpo diplomático, ni para el país.

El segundo punto de mi comentario se refiere a una de las conclusiones -a mi juicio- erradas de Andrés Montero, que dice: “Llama la atención que los exembajadores, ya libres de la tutela de su empleador, no sean más frontales y directos a la hora de defender al ministerio que los cobijó por decenios. Siempre se ha dicho -y las autoridades lo recalcan permanentemente- que la política exterior es una política de Estado. No obstante, percibimos silencio frente a lo que sucede en Cuba”. Al respecto debo aclarar lo siguiente:

Los embajadores de carrera, generalmente, “no son frontales ni directos en los temas que atañen a la Cancillería”, al igual que los oficiales de las FFAA no opinan públicamente sobre materias de su incumbencia;

 

A estas alturas, los embajadores no defendemos al ministerio, porque éste es un órgano político que nunca nos ha cobijado ni defendido gremialmente;

 

Ya sean los políticos o sus comentaristas hablan mucho de “la política de Estado”, pero pocos la practican como el Servicio Exterior;

 

El silencio que “percibimos frente a lo que sucede en Cuba”, es un problema de la presidencia y no de la diplomacia, como lo es también el no reconocer al diplomático Edmundo González como presidente electo de Venezuela, unos de los tantos ejemplos de incoherencias de la política exterior chilena; y

 

Los exembajadores miembros del Centro de Estudios de Política Exterior y Relaciones Internacionales (CEPERI) hemos alertado permanentemente en los medios de opinión acerca de diversos temas internacionales que son de interés público. En algunos casos, no se nos ha escuchado o publicado.

1 Respuesta

  1. Se hace necesaria una mayor participación de Embajadores en retiro en la generación de opiniones y análisis en temas de política exterior. Tal participación no debe estar dirigida únicamente a temas que se relacionen directamente con Chile, sino a cuestiones de política mundial. La situación en Medio Oriente, la conducta y participación de Rusia, de la R.P China y de otros actores de relevancia tales como países de Europa, del mundo árabe, así como de nuestro continente y de Africa, merecen un análisis y consideración cuidadosas. La creación de un foro de opiniones y discusiones sobre temas de alcance diplomático se hace muy necesario .

    JM de la Cruz C.
    Embajador (r).

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