“Puntos de quiebre”

Columna
El Internacionalista del Fin del Mundo, 14.09.2025
Juan Pablo Glasinovic Vernon, abogado (PUC), exdiplomático y columnista

En el contexto global actual, estamos viviendo numerosos puntos de quiebre, esto es el momento crítico en que una situación, persona o sistema ya no puede sostenerse como estaba y se produce un cambio abrupto. En otras palabras, estamos sometidos a acciones que tensionan y rompen el orden internacional que conocíamos, abriendo avenidas a más incertidumbre.

En esta oportunidad recojo dos episodios en esa línea, procurando analizar sus causas y devenir.

En primer término, está el bombardeo esta semana por parte de aviones israelíes a unas edificaciones en Catar, en un ataque sorpresivo a la delegación de Hamás que se encontraba en ese país para negociar la tregua en Gaza. En esa emboscada murieron en efecto varios integrantes de Hamás, aunque al parecer ninguno del liderazgo.

El ataque sin duda que tomó por sorpresa a las cataríes y aparentemente también a Estados Unidos, con el presidente Trump expresando su profundo pesar por el ataque israelí en Catar, calificando al país como “un aliado cercano de Estados Unidos”. Catar alberga la Base Aérea Al Udeid, la mayor instalación militar estadounidense en Medio Oriente, con más de 10.000 soldados desplegados.

A través de su portavoz Karoline Leavitt, la Casa Blanca señaló que “bombardear unilateralmente a Catar, una nación soberana que trabaja por la paz, no promueve los objetivos de Israel ni de Estados Unidos”. Pero Trump, aunque lamentó el lugar del ataque, consideró “loable” el objetivo de eliminar a Hamás, sugiriendo que el incidente podría abrir una oportunidad para la paz.

El primer ministro israelí Netanyahu emprendió un ataque contra un nuevo país en su lucha contra lo que denomina el terrorismo de Hamás, sumando a Catar a la lista de bombardeados junto a Irán, Yemen, Siria, el Líbano, además de Gaza.

Catar ha sido uno de los principales mediadores en los intentos de tregua entre Israel y Hamás, junto con Egipto y Estados Unidos. Su canal directo con la dirigencia de Hamás ha permitido negociaciones para liberar rehenes, intercambiar prisioneros y establecer pausas humanitarias. La oficina política de Hamás en Doha fue instalada con conocimiento y aquiescencia estadounidense y del mismo Israel, como una manera de mantener una puerta abierta al diálogo y negociación. En suma, un territorio neutral como ha ocurrido en tantos conflictos en el mundo.

Atacar a un estado mediador y neutral es sin duda algo grave, porque rompe una regla básica en todo conflicto y su consecuencia inmediata es que inhibirá a quienes quieran mediar. ¿Por qué entonces Netanyahu ordenó este ataque y qué hay detrás de todo esto?

Podemos presumir que el primer ministro israelí quiere mantener el estado de guerra en el cual ha sumido a su país incluyendo las acciones militares en Gaza, porque su extensión es también su prolongación en el poder. Lamentablemente, Netanyahu ha mantenido al país en acciones bélicas que se extienden en el tiempo, pero también geográficamente y en esas situaciones de excepción no solamente ha evitado ser desbancado y juzgado por corrupción, también ha contribuido a erosionar el sistema político israelí que hasta hace poco podía considerarse como la única democracia real en la zona, pero que ahora está cada vez más cerca de ser un sistema capturado por radicales, que quieren imponer un predominio hebreo al precio que sea en el territorio compartido por Palestina e Israel.

Junto con lo anterior, Netanyahu envalentonado con sus éxitos militares contra Gaza, Siria, Irán y Yemen, probablemente quiso dar una señal a los estados de la península arábiga, haciéndoles ver que su paz y prosperidad podría ser afectada en cualquier momento por Israel, si es que no cooperan con él.

Una pregunta natural es si Estados Unidos supo con anticipación y cuál fue su rol. Según la versión oficial, los israelíes informaron un poco antes de la ejecución de la operación, sin dejar margen de maniobra para impedirla. Si así hubiera sido, habla muy mal de la inteligencia norteamericana y peor de su actitud posterior, lamentando el ataque, pero sin una condena real, siendo que Catar es un importante aliado.

Surge entonces la pregunta de si Estados Unidos estaba concertado o solo dejó hacer y en ambos casos, por qué razón. ¿También para dar una señal a los países de la península que están en una situación más frágil de la que pensaban? ¿O porque prioriza la lucha contra un grupo que considera terrorista?

Otra tesis es que Netanyahu sigue operando en la lógica de hechos consumados, arrastrando incluso contra su voluntad a Estados Unidos. Lo hizo con Biden a pesar de los pésimos vínculos personales y lo sigue haciendo con Trump. Ambos presidentes apoyaron incuestionablemente al gobernante hebreo a pesar de todas las atrocidades que ha cometido y sigue cometiendo, incluyendo crímenes de guerra y una hambruna inducida en Gaza que reúne las características de genocidio.

Esto ha ocurrido porque Israel sigue teniendo una fuerte base de apoyo en los republicanos y en el movimiento MAGA. Esa complicidad se ha traducido en un flujo ininterrumpido de asistencia militar y financiera, sin el cual, hay que decirlo, Israel no podría seguir con sus acciones militares ofensivas.

Mientras Netanyahu se mantiene en el poder y avanza en su predominio militar regional arrastrando a Estados Unidos en esa dinámica, este país va quedando como aliado cada vez menos confiable para los países árabes y por extensión para otros en el mundo. Ese daño reputacional, aunque no tenga efectos inmediatos, sí cobrará su precio en el futuro.

Si Trump pensara que las victorias militares de Netanyahu van a favorecerlo, ya sea porque evita que su país se involucre militarmente o porque sacará mejores réditos de un orden regional dominado por Israel, está muy equivocado. Solo está acumulando problemas que van a empeorar la situación y terminar perjudicando a Estados Unidos.

Otra situación de punto de quiebre por estos días es la penetración de decenas de drones rusos en Polonia. Según el Kremlin, estos aparatos se desorientaron y terminaron ingresando al territorio polaco, siendo derribados varios de ellos. Naturalmente, esto generó una gran alarma en los polacos, los que llamaron a consultas inmediatamente a sus aliados de la OTAN.

Es difícil de creer que esos drones hayan entrado a Polonia por error. Por sus características, del tipo aparatos que se lanzan apara activar las defensas antiaéreas y facilitar así el paso de los drones más sofisticados, es perfectamente posible pensar que se está probando tanto las defensas polacas como la resolución de la OTAN ante una agresión.

Rusia lleva años impulsando acciones encubiertas contra países europeos que han incluido cortes de cables de fibra óptica submarinos, cortes de líneas eléctricas, incendios en bodegas o instalaciones militares, etc. Así que hace todo el sentido que estos drones hayan seguido la misma lógica.

Hasta ahora la OTAN no ha reaccionado enérgicamente ante esas agresiones, difíciles de imputar claramente a Rusia, pero que responden a un patrón evidente.

Si en este caso la OTAN no reacciona posicionando a más tropas y armas en Polonia y en los estados bálticos, así como repeliendo cualquier vulneración de su territorio, entonces dejará en evidencia su debilidad y alentará otras acciones rusas que jugará a amedrentar a los polacos y otros estados fronterizos con Ucrania para cesar su suministro de armas y pertrechos. Tampoco es descartable que decida extender la guerra hacia el resto de Europa o que esta estalle producto de una sucesión de acciones y reacciones que, aunque no tengan ese objetivo, terminen desatando en un conflicto general.

Putin, al igual que Netanyahu, está impulsando un punto de quiebre. Si lo logra, la guerra se podrá extender a toda Europa. Es hora de que los europeos demuestren la resolución que su principal aliado no está mostrando.

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