Entrevista (Peleg Lewi, embajador de Israel en Chile) Ex Ante, 06.10.2025 Claudio Gaete
El diplomático manifiesta sus dudas respecto de la respuesta de Hamas al plan de Paz para Gaza propuesto por el presidente Trump y que hubiera esperado una aceptación clara y sin condiciones.
El viernes 3, el grupo Hamás dio a conocer mediante un comunicado su respuesta al plan de paz de 20 puntos propuesto por el presidente de Estados Unidos Donald Trump y que fue acordado con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.
El grupo armado dijo que comenzaría a liberar a los rehenes israelíes que tienen en su poder, pero a cambio pidió que se cumplieran algunas condiciones en terreno para comenzar el intercambio. El nuevo embajador de Israel en Chile, Peleg Lewi entrega su postura ante esa respuesta y mira el futuro de Gaza.
-Usted posteó en X que tras la respuesta de Hamas no se puede ser optimistas y que en la práctica no está aceptando la totalidad de la propuesta de Trump. ¿Qué hubiera esperado el gobierno de Israel como aceptable?
-Lo más importante es que estamos en un rumbo positivo; vemos el sol después de esta tormenta. Nosotros hubiéramos esperado la misma reacción que nosotros tuvimos ante la propuesta: recibirla tal como es, de la A a la Z. Hamás nunca lo ha hecho en su totalidad, y cuando dio una respuesta parcial fue sólo después de una amenaza explícita del presidente Trump, que indicó plazos para una resolución. Eso es lo que hubiéramos esperado: una aceptación clara y sin condiciones.
-¿Y qué caminos se abren ahora que existe esta respuesta parcial?
-Estamos muy seguros de que el proceso no termina en 72 horas y que Hamás intentará diluir el asunto por el mayor tiempo posible. Primero, anunciaron que no saben dónde están todos los rehenes, tanto los secuestrados como los cuerpos, y eso complica cualquier intercambio. Israel, de manera inmediata, ha detenido sus actividades bélicas en Gaza; sin embargo, nada es automático ni unánime: se requiere reciprocidad. Esperamos que Hamás siga el camino necesario, pero su primera reacción hace dos días (jueves pasado) fue el lanzamiento de cinco cohetes contra Israel.
-Si Hamás admite que no sabe dónde están los rehenes, ¿cómo toma Israel una declaración así, considerando que ese es el punto central de la negociación?
-Hamás ya lo ha hecho en el pasado. Creo que realmente no saben dónde están los rehenes, porque no hay que olvidar que hoy Hamas no controla toda la franja de Gaza. Hay varios movimientos independistas, civiles, que están luchando con ellos. Hay una lucha interior ahí adentro. Creo que no lo saben, pero es su responsabilidad.
-El presidente Trump dijo que Hamás está “listo para una paz duradera” y exigió a Israel el cese inmediato de los bombardeos. ¿Cómo asume Israel ese emplazamiento?
-Desde el momento en que el primer ministro Netanyahu declaró públicamente que acepta la propuesta, Israel la asumió. Somos una democracia: hubo ministros de derecha que se opusieron, pero no retrocedimos. Ya lo hemos demostrado antes: cuando existe una verdadera posibilidad de paz, pagaremos el precio necesario. Por ahora, se ha producido una suspensión de bombardeos, pero insisto: tiene que ser recíproco y verificable.
-En su comunicado, Hamás decía haber acepta el plan de paz, pero condicionada a “circunstancias sobre el terreno”. ¿A qué cree que se refiere con eso?
-Están hablando de la franja de Gaza, de volver al 6 de octubre de 2023. Pero no hay que olvidar que Gaza es una parte de la autoridad Palestina. Cuando estamos hablando de palestinos, estamos hablando de todos los territorios palestinos, incluyendo Judea, Samaria y Gaza y ellos están hablando de Gaza en estos días y en Israel no tenemos ningún interés en quedarnos en Gaza.
-El plan contempla un gobierno de transición supervisado por funcionarios internacionales, entre ellos Tony Blair. ¿Le acomoda esa fórmula?
-Ese esquema es viable en abstracto; ya se ha usado en otras partes del mundo. Piense, por ejemplo, en los acuerdos de Dayton que dieron la paz a lo que era Yugoslavia en 1995. La propuesta pretende crear un marco técnico y apolítico para administrar servicios y la reconstrucción. Mire, la gran mayoría de los países musulmanes y árabes se opusieron a las acciones de Hamas desde el día uno. Eso es lo más trágico o tragicómico, que los países occidentales, de alguna manera, nunca presionaron a Hamas, solo presionaron a Israel y los árabes presionaron a Hamas. La presión actual de Estados Unidos y de países árabes sobre Hamás es algo novedoso y está produciendo resultados.
-Pero dentro de Israel ha habido protestas masivas contra la política del primer ministro Netanyahu en Gaza. ¿Cuál es el ambiente hoy en el país frente a esta resolución?
-Somos una democracia, y eso es tanto nuestra fortaleza como, a veces, una fuente de debate intenso. La presión psicológica por los secuestrados ha sido enorme sobre la población israelí. Sí existen sectores que se oponen a las políticas de Netanyahu; sin embargo, percibo actualmente una sensación de optimismo entre muchos israelíes. Se vislumbra la posibilidad real de avanzar hacia la paz si, primero, se detiene la violencia y se devuelven los rehenes.
-Tras el comunicado de Hamás, líderes como Emmanuel Macron y el primer ministro británico Keir Starmer han pedido cumplimiento inmediato de los compromisos. ¿Cómo va a enfrentar Israel esta presión internacional para aceptar los términos que impone Hamás?
-Macron y Starmer demostraron que su política es nula y contra productiva porque ellos, con el reconocimiento del Estado de Palestina, le dieron fuerza a los terroristas. No resultó, no cambió nada en Gaza, no salvó ni media vida. Trataron de implementar un acuerdo que resultó en cero al final. Entonces, Macron y Starmer pueden seguir hablando. Yo les sugiero que miren adentro lo que está pasando en sus países, los atentados sobre judíos, la falta de liderazgo, la falta de gobernabilidad que tienen en Francia y en Inglaterra.
-El plan acordado con Trump contempla la devolución de prisioneros palestinos, algunos condenados a cadena perpetua. Según The Economist, este es un trago amargo para Israel. ¿Es políticamente viable asumir ese costo interno?
-Absolutamente sí. Ya lo hemos hecho antes: cuando teníamos un solo rehén, Guilad Shalit, en el año 2006, por el cual Israel aceptó la liberación de 1.200 prisioneros. En los últimos dos años, en actos de intercambio anteriores, hemos liberado a más de 2.000 prisioneros. Será doloroso. Imagínese la angustia de las familias de víctimas cuyos asesinos salgan en libertad, pero estamos dispuestos a asumir ese costo si sirve para traer a casa a nuestros ciudadanos.
-Este martes se cumplen dos años desde el inicio de este conflicto. ¿Cree que habrá un acuerdo para esa fecha?
-No lo sé con certeza. Creo que lo que va a pasar, no va a pasar en 72 horas. Todo este sistema de gobierno hay que construirlo y requiere tiempo. Pero lo más importante es que se liberen a los rehenes que sabemos que están en manos de Hamás. Eso sería la real prueba de que se hacen parte de este proceso.
-¿Esa es la condición sine qua non para que Israel firme esta paz?
-Son tres cosas: primero, la liberación de todos los rehenes; segundo, que Hamás devuelva sus armas, y tercero, que cualquiera que sea el gobierno que esté en Gaza Hamás no sea parte de él. Es lo mismo que pedimos con Hezbolá. Hamás, es un movimiento terrorista cuyo meta es la destrucción del Estado de Israel y no podemos darnos el lujo que ellos sigan en el gobierno y con armas bélicas en Gaza.
-¿Ve factible que Hamás entregue y deponga las armas?
-Creo que sí, porque se ha demostrado en diferentes procesos de paz, incluso en Palestina y en los territorios ocupados. No se olvide de la OLP, de diferentes grupos terroristas que existían, pero que después de los acuerdos de Oslo, forman parte de la autoridad palestina y son viables. Hamás tiene que hacer lo mismo.