Chile y Bolivia, ¿hasta cuándo tan lejos?

Columna
El Mercurio, 24.06.2022
Alberto Salas y Juan Eduardo Errázuriz, presidente y vicepresidente del Capítulo Chileno 
(Consejo Empresarial Chile-Bolivia)

Por muchos años Chile y Bolivia han sostenido numerosos conflictos por temas limítrofes, lo que ha impedido que ambas naciones mantengan relaciones comerciales robustas y estrechas. ¿Los principales perjudicados? Los propios habitantes de cada uno de estos países, principalmente los que viven en las regiones fronterizas. Si tuviésemos relaciones de normalidad, de seguro nuestro comercio bilateral sería mucho mayor, y por ende nuestra pobreza, menor. Chile y Bolivia han firmado sucesivos tratados en su historia que clarifican y solucionan nuestras diferencias, por lo que no hay motivo alguno para que nuestras relaciones comerciales sean infinitamente superiores a las actuales. Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos particulares de algunos, seguimos muy al debe en cuanto a la construcción de un comercio bilateral que favorezca a ambos pueblos. La falta de relaciones diplomáticas normales tiene como consecuencia, entre muchas otras, que persistan muchísimas trabas e impedimentos para que las personas puedan desempeñarse con normalidad en ambos países. Asimismo, las dificultades para que empresas, ya sean chilenas o bolivianas, puedan ampliar su mercado al respectivo país vecino, son enormes. Precisamente este escenario motivó, hace tres años, a empresarios chilenos y bolivianos a formar un Consejo Empresarial entre ambos países, con el objetivo de abocarse a estudiar las trabas históricas del comercio bilateral y buscar soluciones a los obstáculos que enfrenta. En este período, sus representantes hemos tenido numerosas reuniones virtuales debido a las restricciones de la pandemia, pero logramos hace solo algunos días concretar nuestro primer encuentro presencial en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia, con una importante participación, muy representativa y en un ambiente de mutua confianza. Tanto las reuniones preliminares como la primera sesión de trabajo en conjunto fueron muy exitosas y comprobamos el compromiso de todos los asistentes y el auspicioso futuro que podemos ayudar a construir, con señales concretas de crecimiento que nos permitirán colaborar en la disminución de la pobreza en ambos países, los dos muy golpeados luego de la crisis sanitaria del covid 19. Es vital abrir un espacio de diálogo que nos permita generar confianzas entre ambas naciones. Ni Chile ni Bolivia pueden seguir perdiendo oportunidades de crecimiento. Entre los desafíos que nos hemos propuesto está la creación de una mesa técnica de trabajo, iniciativa que propondremos a nuestros gobiernos. Esta mesa deberá estar integrada por los organismos fronterizos públicos de ambos países, junto al sector privado logístico y de transportes. Esto nos permitirá asegurar un tránsito expedito eficiente y oportuno de mercancías entre los dos países y de estos con el resto del mundo. Además, y sin dilación, debemos avanzar en la mejora de los sistemas de transportes ferroviarios y su complemento con el transporte terrestre para responder oportunamente a las necesidades de la población en forma oportuna y a costos razonables.

A ambos lados de la frontera estamos de acuerdo en cuáles son los temas a abordar, qué es lo que tenemos que mejorar. Como Consejo podemos ayudar a establecer buenas políticas públicas que vayan en beneficio de nuestros dos pueblos. Somos países en vías de desarrollo, tenemos pobreza, por lo que debemos buscar los mejores caminos para invertir más, crecer más, crear más empleo, mejores remuneraciones, y con eso, aportar a su desarrollo.

En el mundo actual, es vital para los países contar con estrechas relaciones de cooperación bilateral y multilateral.

Bolivia y Chile no pueden seguir esperando.

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