Columna Ex Ante, 07.07.2025 José Miguel Capdevila, embajador ®
Este año habrá elecciones presidenciales en Chile, Bolivia y Honduras, y el próximo en Brasil, Colombia, Perú y Costa Rica, que probablemente cambiarán el mapa político de América Latina. Quizás sea ese el contexto propicio para actuar y una oportunidad para que Chile tenga un rol activo, como antes, y contribuya con sus pares para que Venezuela retome la senda democrática.
Escalada de tensiones globales
El reciente ataque estadounidense a las instalaciones nucleares de Irán y la escalada de la tensión en el Medio Oriente, con el drama de Gaza en su epicentro, representan una grave amenaza a la paz y la seguridad mundiales, relevando la fragilidad e incertidumbre que caracteriza y condiciona las relaciones internacionales en la actualidad.
Conflictos prolongados y pugnas por la hegemonía
La guerra entre Rusia y Ucrania lleva más de tres años, perpetuando una agresión que ha causado miles de víctimas y destrucción, y cuyo epílogo hasta ahora es incierto. China y Estados Unidos se enfrentan por la hegemonía mundial, con importantes efectos a nivel global, que impactan a los países de la comunidad internacional, independientemente de su nivel de desarrollo.
Crisis desatendidas en la agenda internacional
Los efectos de este convulsionado contexto global han concentrado la atención mundial en las zonas de conflicto bélico. Mientras tanto, persisten crisis que han ido perdiendo protagonismo, como es el caso de Venezuela.
Elecciones en Venezuela y reacciones internacionales
Tras las fraudulentas elecciones del 28 de julio de 2024, Estados Unidos, Chile, Costa Rica y Panamá, junto a la OEA y el Centro Carter, cuestionaron los resultados. Por otro lado, Colombia, México y Brasil intentaron gestiones diplomáticas con el régimen y la oposición. De este proceso surgió una propuesta de nuevas elecciones de parte de los presidentes de Brasil y Colombia, rechazada por María Corina Machado.
Contrastes en la evolución política venezolana
Al observar en retrospectiva, se advierte un contraste entre el presente —con Nicolás Maduro instalado en el poder, una crisis humanitaria en aumento y una oposición que canaliza políticamente el rechazo popular— y aquellos tiempos en que actores internacionales promovieron el diálogo y la concertación política.
Iniciativas internacionales y su fracaso
El Grupo de Lima y el Grupo Internacional de Contacto de la Unión Europea —donde Chile participó activamente— impulsaron iniciativas para encauzar un diálogo entre régimen y oposición. Estados Unidos, bajo la administración Trump, propuso en 2020 el Marco de Transición Democrática para Venezuela, un enfoque pragmático que contemplaba una salida gradual de Maduro del poder a cambio de incentivos.
El fallido Proceso de Barbados
Los persistentes esfuerzos internacionales llevaron en 2023 a la firma de acuerdos parciales en Barbados entre el gobierno y la Plataforma Unitaria. Allí se establecieron condiciones para las elecciones presidenciales de 2024. Lamentablemente, el proceso fracasó, frustrando la posibilidad de una salida democrática.
Panorama actual: crisis humanitaria y económica
La dictadura de Maduro tiende a perpetuarse, mientras la economía se deteriora, profundizando la crisis humanitaria. La suspensión de actividades de Chevron ha afectado severamente los ingresos por exportaciones. La economía venezolana sufre una fuerte contracción, con una inflación anualizada del 229% a mayo, proyectando una de las hiperinflaciones más altas del mundo.
Aumento de la presión migratoria
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de EE. UU. ha informado la expulsión de 4.600 ciudadanos venezolanos desde enero, tras la asunción de Trump. Esta cifra seguirá aumentando, lo que incrementará la presión migratoria en países como Chile.
Ausencia de apoyo internacional sostenido
La falta de mecanismos internacionales activos que busquen contribuir con Venezuela agrava la situación y aleja la posibilidad de retorno a la democracia. Los llamados de María Corina Machado a no olvidar a Venezuela chocan con las prioridades geopolíticas globales y el contexto de conflictos bélicos e incertidumbre.
El rol futuro de América Latina y Chile
Más allá del fracaso de esfuerzos anteriores, los países latinoamericanos —principales interesados en la estabilidad democrática— deberían replantearse la creación de nuevos espacios de diálogo sobre el futuro de Venezuela. En 2025 habrá elecciones en Chile, Bolivia y Honduras, y en 2026 en Brasil, Colombia, Perú y Costa Rica, lo que podría modificar el mapa político de la región.
Este nuevo contexto podría ser propicio para que Chile retome un rol activo, como en el pasado, y contribuya junto a sus pares al retorno democrático de Venezuela.