Bangkok, ¿un nuevo bochorno?

Carta
El Mercurio, 06.11.2022
José Miguel Cruz Sánchez y Germán Guerrero Pavez, embajadores (r)

Las gestiones que realizará el Gobierno en Bangkok ante los países pertenecientes al APEC, para que nos eximan del mecanismo de solución de controversias previsto en el TPP11, refleja, entre otras cosas, una improcedente pretensión de que nuestra insistencia influiría en la posición de las otras naciones que integran el Foro.

En diplomacia resulta indispensable entender los silencios. Quien calla no otorga. La falta de respuesta constituye, al menos, una señal de que lo planteado reviste una serie de complejidades y, en muchos casos, derechamente una negativa.

Si no se han recibido señales positivas en torno a la solicitud chilena no es dable pretender que, por contactos bilaterales que se realizarán en el marco de la cumbre APEC, los países que hasta ahora se han abstenido de responder adopten apresuradamente una postura favorable.

El manejo de nuestra política exterior requiere seriedad, coherencia y mesura. Hace unos días se informó que el Gobierno había cambiado de parecer, señalándose que la ratificación del TPP11 tendría lugar durante el presente año, aunque no se hubiesen recibido las respuestas a las cartas laterales enviadas. Ahora parece que ello no es tan así, ya que se procuraría utilizar la conferencia del APEC para ejercer una presión de última hora ante los países miembros para que se allanen al planteamiento chileno.

De allí que sea legítimo preguntarse, ¿cuál es la verdadera posición del Gobierno en torno a esta materia? ¿En qué quedamos? ¿O se evaluará nuevamente este asunto al regreso de Bangkok?

A estas alturas no solo se encuentran en juego los aspectos comerciales y de inversiones que implica este importante tratado, sino que, además, está seriamente comprometida la imagen de Chile ante sus principales contrapartes del Asia Pacífico.

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