Matías Cristóbal Salazar H.[1]
Si bien, las secuelas inmediatas de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki no fueron (significativamente) más avasalladoras que las destrucción de los bombardeos incendiarios en Tokio, éstas fueron un acto injustificado incentivado por intereses estratégicos y geopolíticos.El día 6 de agosto de 1945 el “Enola Gay”, un...
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Conmemorando Hiroshima y Nagasaki (1945): una maniobra estratégica pero injustificada
