Chicas de calendario, amantes secretas y otras ‘inquilinas’ de Putin

Reportaje
El Confidencial, 20.04.2016
Javier C. Escalera, corresponsal en Moscú
  • Quien mueve los hilos es Baevsky, empresario de segunda fila. Ahora trabaja para Arkadi Rotemberg, uno de los principales oligarcas, amigo de Putin y considerado el 'campeón' de las contratas estatales

Una pensionista con piscina, una supuesta cuñada, una supuesta amante, una hija de incógnito y pisos de lujo que acaban en manos de mujeres que nadie sabe cómo pueden pagarlos. Es la otra pequeña historia oculta tras la polvareda del bombazo de los papeles de Panamá. El personaje que mueve los hilos se llama Grigory Baevsky, un empresario de segunda fila que en su día comandó una agencia inmobiliaria. Ahora trabaja para Arkadi Rotemberg, uno de los principales oligarcas de Rusia, amigo de Vladimir Putin y considerado el 'campeón' de las contratas estatales: 7.400 millones de dólares han salido de las arcas del Estado rumbo a sus empresas.

Se ha descubierto que al menos tres mujeres relacionadas con el presidenteruso han recibido de las manos de Baevsky apartamentos lujosos en Moscú o en los alrededores: Katerina, una de las hijas de Putin; la hermana y la abuela de Alina Kabayeva, considerada su novia, y, por último, la hasta ahora desconocida Alisa Jarcheva, una 'conejita' rusa que empezó a salir en los medios en 2010 cuando apareció medio desnuda en un calendario dedicado a Putin que se titulaba 'Te amamos'. Jarcheva se dejó retratar con un camisón ajustado bajo la frase: "Es usted el mejor".

En aquellos tiempos, el Gobierno que presidía Putin se tuvo que emplear a fondo a la hora de apagar varios enormes fuegos que se declararon en torno a Moscú. Con gran despliegue de lencería en una de las páginas se leía: "Vladimir Vladimirovich, has apagado los incendios, pero yo sigo en llamas".

Por aquel entonces, Alisa era estudiante de periodismo y finalista de Miss Rusia. Pero tras encarnar al mes de abril en el ya famoso calendario, que fue ofrecido a Vladimir Putin como regalo por su 58 cumpleaños, su fama empezó a cotizar muy alto. Las estudiantes contaron entonces a los medios que habían dado el paso de posar en ropa interior para el presidente porque "no se le pueden regalar muchas cosas a un hombre que lo tiene todo". El portavoz de Vladimir Putin, Dimitri Peskov, admitió semanas después de la aparición del calendario que el presidente lo había recibido y que le había gustado. Hace unos días, el mismo portavoz calificó toda esta historia como parte de la "información de relleno" contra Rusia.

A Alisa esta fama le supo a poco, y cuando llegó el 60 aniversario de Putin posó en su blog personal junto a un gatito bajo el emblema: "Pussy for Putin". Recientemente ha negado cualquier relación con el presidente, pero lo cierto es que fue el propio Baevsky el que le vendió (o regaló) una propiedad en Moscú.

Su perfil difiere bastante del de la hija de Putin, que se mueve por Rusia bajo la identidad de Katerina Tijonova. Durante años se mantuvo en el anonimato hasta que su afición a los concursos de rock acrobático y sobre todo su nombramiento al frente de un proyecto de 1.700 millones de dólares de la Universidad Estatal de Moscú la pusieron en el mapa. En el Proyecto de Información sobre el Crimen Organizado y la Corrupción (OCCRP), empezaron a seguirle la pista. Y descubrieron que buena parte de sus investigaciones fueron financiadas por grandes compañías rusas, que a su vez están en manos de amigos de Putin. La hija, al menos oficialmente, ha vivido de manera discreta en un apartamento cerca de Novo Igariovo, el lujoso enclave donde reside y trabaja el presidente ruso, que desde 2013 apenas acude al Kremlin a despachar para evitar causar atascos. ¿Quién le consiguió ese piso? Baevsky.

¿Una licenciada en La Moraleja de Moscú?

Falta otra mujer en el ramillete. Baevsky transfirió en 2009 un apartamento de más de 200 metros cuadrados a Leyasan Kabaeva, hermana de Alina Kabayeva, exgimnasta olímpica y considerada por muchos en Rusia como la actual pareja de Putin. Hay otra mujer afortunada en esa familia: Anna Zatsepilina, de 80 años, pensionista y propietaria de un terreno y una grandiosa casa en Uspenskoe, una ciudad cerca de Moscú que tampoco queda lejos de la actual residencia de Putin. A muchos les sonará la cara de Zatsepilina: es la abuela del gimnasta Kabayeva, y así apareció en un documental emitido por la cadena Piervi Kanal en 2013.

Las preguntas ante todas estas casualidades son: ¿cómo una pensionista puede pagarse semejante propiedad? ¿Cómo se las arregla una recién licenciada para vivir en una zona que está considerada La Moraleja de Moscú?

Ruslan Ostashko, politólogo, cree que aunque parte de estas acusaciones sean verdad, apenas demuestran nada contra el presidente ruso. "Se ha divorciado recientemente, puede ir con una mujer bonita si quiere, y aquí es habitual que un hombre rico compre un piso a su compañera", explica. De hecho, en Rusia las revelaciones no han hecho ruido más allá de las redes sociales. Al fin y al cabo, antes de que este escándalo surgiese ya había triunfado una adaptación de una canción popular bajo el título 'Putin puede'.

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