Reportaje La Tercera, 11.03.2016 Cristina Cifuentes
Alternativa para Alemania se convirtió en la tercera fuerza electoral en comicios regionales
La crisis de los refugiados ha sido un dolor de cabeza para los líderes de la Unión Europea (UE), quienes han visto cómo sus índices de popularidad cayeron producto de esta situación e incluso han sido testigos de conflictos al interior de sus gobiernos. Sin embargo, hay algunos políticos que han sacado cuentas alegres al ver cómo sus partidos alcanzan mayor poder y se posicionan electoralmente.
Este es el caso de la colectividad nacionalista Alternativa para Alemania (AfD), que convirtió la crisis de los refugiados en un arma política. Esto porque las cifras de refugiados en el país llegaron a un nivel récord en 2015 con más de un millón de solicitantes de asilo registrados y, actualmente, tiene 770 mil pendientes.
Así, en las elecciones del domingo pasado en el “Land” (estado federado) de Hesse quedó en el tercer puesto con 3,2 % de los votos, por detrás de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel, que obtuvo un 28,2 % (5,5 puntos menos que en los anteriores comicios), y del Partido Socialdemócrata (SPD), que logró el 28 % de los sufragios (3,5 puntos menos).
Mientras que en Frankfurt, capital financiera de Alemania y sede de la Bolsa y del Banco Central Europeo (BCE), AfD obtuvo el 10,3% de los votos, por detrás de los Verdes (15,2%, contra 25,8% en 2011), los socialdemócratas del SPD (23,5%) y de la CDU, en cabeza con 24,6%.
En un artículo del diario español El País, algunos partidarios del AfD se quejaron porque a su juicio el gobierno alemán le da todo el dinero a los refugiados y consideran que el país “había perdido soberanía” y que si seguían a este ritmo dejarían de existir.
Es justamente la retórica de esta colectividad la que ha desatado la preocupación en los partidos de gobierno. “Da mucho miedo”, dijo la vicepresidenta del grupo parlamentario socialdemócrata en el Bundestag (cámara baja), Eva Högl, en declaraciones a la televisión pública. A su juicio, si el AfD consolida esos apoyos, entra en los parlamentos regionales y logra tener representación en el Bundestag, las cosas cambiarán claramente para peor en la sociedad alemana.
Por su parte, el primer ministro de Hesse, el conservador Volker Bouffier, que gobierna en coalición con Los Verdes, achacó la caída de las fuerzas tradicionales en su “Land” a los enfrentamientos que ha vivido la gran coalición que lidera Merkel ante la crisis de los refugiados, tensiones que han acabado beneficiando a AfD y a los considerados partidos de protesta.
Fundado en 2013 y liderado por Frauke Petry, el AfD ha hecho campaña en contra de los inmigrantes en meses recientes, cambiando su enfoque después de concentrarse en un principio en el rechazo a los rescates financieros a países de la eurozona. Las encuestas indican que el partido, que no está representado en el Parlamento nacional, podría conseguir muchos apoyos en elecciones estatales de Baden-Wurtemberg, Renania-Palatinado y Sajonia-Anhalt, el próximo domingo.
Por ejemplo, en Sajonia-Anhalt, los nacionalistas se acercan al 20% de los votos, lo que les situaría como tercera o incluso segunda fuerza, por delante de los socialdemócratas. En Baden-Wurtemberg, otro de los tres Estados en juego el 13 de marzo, el SPD también puede pelear por el tercer puesto.
Según el diario The New York Times, estos comicios son vistos como una suerte de referendo para las políticas migratorias y el rápido ascenso de Petry. De hecho, el acuerdo alcanzado esta semana entre la Unión Europea con Turquía (en el que se buscó limitar la llegada de más refugiados a Europa) es visto por los analistas como un intento de Merkel para combatir el desafío que representa el auge del partido AfD.
Crisis en Alemania
“Hace siete u ocho meses, Alemania era un país diferente al que es en la actualidad. No habían temas políticos controvertidos que demandaran una acción inmediata y el liderazgo de Merkel era indiscutible. Pero luego los refugiados comenzaron a llegar a Europa y la tranquilidad del país comenzó inesperadamente a verse alterada. Desde entonces, se produjeron una serie de repugnantes estallidos de xenofobia, un partido populista y nacionalista está camino a ganar escaños en varios parlamentos estatales, Merkel ha ganado aprobación de la centro izquierda y de los Verdes, algunos conservadores quieren que se vaya y el Estado se encuentra abrumado”. Esa es la descripción de la situación actual del país que realiza el analista Dirk Kurbjuweit en un ensayo publicado en el semanario Der Spiegel. A su juicio la canciller alemana ha abandonado a los del ala más de derecha de la CDU, por lo que el AfD ha llenado el vacío.
Hajo Funke, un profesor de ciencias políticas de la Free University en Berlín dijo a The New York Times, que es improbable que el éxito que actualmente goza el AfD se mantenga en el tiempo, pero advirtió que el impacto que ha tenido la crisis migratoria es innegable.
Frauke Petry, la nueva Merkel Si la canciller alemana, Angela Merkel, es considerada la patrona de los refugiados; la líder del partido Alternativa para Alemania, Frauke Petry, es la de los euroescépticos. Sus vidas tienen muchos aspectos en común. Las dos crecieron en el Este de Alemania; ambas estudiaron carreras científicas -Petry es química y Merkel física-; y la religión ha dejado huella en sus vidas. Esto porque en el caso de la jefa de gobierno estuvo casada con un pastor protestante; mientras que Petry es hija de uno. Sin embargo, es en la política donde se encuentran en polos opuestos. Mientras Merkel se ha mostrado abierta a recibir refugiados sirios, a ayudar a países europeos en crisis económica y a mantener la unidad de la Unión Europea; Petry ha dicho que “si fuera necesario” hay que disparar a los migrantes que quieren entrar a la país ilegalmente. Petry asumió el liderazgo del partido en 2015, luego de unas luchas internas. Según la cadena BBC, desde que tomó el mando la colectividad se ha inclinado más hacia la derecha y ha cambiado su retórica. Actualmente es representante del AfD en la región de Sajonia. La mujer de 40 años nació en Dresde y se fue a vivir a la Alemania occidental después de la reunificación.