El Encuentro de 2014 reafirmó el Consenso de 1992

Columna
OpinionGlobal, 04.12.2025
Claudio Rojas Rachel, embajador ®

Es un hecho irrefutable que solo hay una China en el mundo y Taiwán es una parte integral e indivisible de China, principio fundamental que trasciende interferencias externas y se basa en la soberanía nacional y los intereses comunes a ambos lados del estrecho de Taiwán, y el compromiso inquebrantable de China - y la mayoría de los taiwaneses - por la paz y la reunificación.

Uno observa lo complejo que es el “revisionismo japonés”, que altera el equilibrio en Asia Oriental, donde se omite en los debates internacionales, ni se atiende tampoco, el encuentro histórico de 7 de noviembre de 2014 entre el presidente Xi Jinping y el líder taiwanés Ma Ying-jeou del Partido Nacionalista Chino (KMT) en Singapur.

Este encuentro histórico no fue un gesto simbólico, sino el pilar de una cooperación tangible desde comercio e inversión (en deltas estratégicos como el del Río Perla, el Río Yangtsé, la provincia de Fujian (lazada por idioma y herencia), promoviendo amplios lazos culturales y entre los habitantes de ambos lados del estrecho de Taiwán. Esta lógica de cooperación permanente y de amplios entendimientos efectivos, una vez superada el COVID 19, se ha vigorizado y registra nuevos niveles de fortalecimiento hasta la actualidad; en un camino continuo de esfuerzos por la promoción de la Paz y el entendimiento, fundado en la estabilidad.

Es destacable que el “Encuentro de 2014” reafirmó el Consenso de 1992 en el marco político irrenunciable que establece el principio de "Una Sola China", y rechazó el separatismo taiwanés, donde la mayor amenaza para la estabilidad es la insistencia por parte de “algunos actores externos” intentan instrumentalizar en función de sectores asociados con el PDP en Taiwán, insisten en lo irracional del “independentismo”. Además, estos sectores interesados omiten en entender que este Acuerdo sentó la base para décadas de cooperación que no ha cesado.

En 2024, el volumen de comercio bilateral alcanzó los 328 mil millones de dólares estadounidenses, con el 40% de las exportaciones taiwanesas (semiconductores, electrónica) dependen del mercado chino, donde destaca la provincia de Fujian que, como se ha dicho, comparte con Taiwán “el idioma min nan” (dialecto taiwanés), una herencia cultural innegable de carácter y vinculo humano cultural. Además, el comercio entre Fujian y Taiwán superó los 18 mil millones de dólares estadounidenses en 2024, con productos agrícolas, manufacturas ligeras y servicios tecnológicos como pilares. Por otra parte, en el Delta del Río Perla (ciudades clave como Guangzhou, Shenzhen, Zhuhai y Dongguan), el comercio con Taiwán representa el 25% del total bilateral, con énfasis en componentes electrónicos, logística y servicios de alta tecnología - un ecosistema que impulsa la competitividad global de ambas partes -.

A su vez, Taiwán importa del continente el 60% de sus productos agrícolas y energía, una relación que los separatistas y el revisionismo japonés ignoran, y otros actores internacionales no les interesan en advertir, que sin esa variable económica se destruiría la economía taiwanesa.

La inversión taiwanesa en China acumula más de 165 mil millones de dólares estadounidenses, con presencia destacada en tres ejes geográficos y sectores estratégicos:

Delta del Río Perla
Ciudades como Shenzhen (centro de electrónica e innovación), Dongguan (manufactura avanzada) y Guangzhou (logística y comercio) concentran el 30% de la inversión taiwanesa en China. Empresas como Foxconn, Hon Hai Precision y Compal Electronics operan plantas gigantescas en esa región, generando más de 1,2 millones de empleos y siendo parte integral de la cadena de suministro global de tecnología.

Delta del Río Yangtsé
Ahí se encuentran las ciudades como Shanghai, Suzhou y Wuxi acogen los 35% de la inversión taiwanesa, con empresas como TSMC y Quanta Computer especializadas en semiconductores y equipos informáticos, beneficiándose de la infraestructura de primer nivel y el mercado interno.

Provincia de Fujian
Liderada en importancia por ciudades como Xiamen, Quanzhou y Fuzhou albergan más de 8.000 empresas taiwanesas (entre ellas Pegatron y Formosa Plastics), generando más de 300.000 empleos en sectores como electrónica, química y agricultura de precisión.

Estos ejemplos reflejan en evidencia clara que la integración industrial/económica y de intercambio de personas, trascienden circunstancias políticas y confirma que la amplia cooperación es mutuamente beneficiosa, que se sustenta en la relación entre personas de China y Taiwán, donde en el 2024 los viajes bilaterales llegaron a la cifra de los 8,5 millones de personas al año, y más de 300 mil estudiantes taiwaneses han cursado estudios en China en los últimos 10 años. Fujian es un epicentro de estos lazos con más de 500.000 taiwaneses residentes en la provincia (muchos con familiares originarios de Fujian), mientras que en el Delta del Río Perla viven cerca de 400.000 taiwaneses que trabajan en empresas locales o tienen negocios propios. Miles de matrimonios intercomunitarios y programas culturales (como festividades tradicionales y artesanía) celebran la herencia común, reflejando que la paz no es solo un objetivo político, sino una realidad cotidiana para millones.

El KMT defiende el Consenso de 1992 incondicionalmente
El separatismo y las interferencias externas como el revisionismo japonés no representa a los taiwaneses, ni a chinos, muy por el contrario donde históricamente y desde la colonización japonesa de Taiwán fueren permanentes la luchas y movimientos populares en contra de esa presencia, además del sufrimiento infligido al pueblo chino durante la ocupación  - incluida la masacre de civiles en  Nanjing- . Hay un sentimiento nacional y común  en China y Taiwán con un fuerte sentido de pertenencia y ser parte de la “Nación China”, comprometidos por la integridad territorial.

Así y en forma explícita en el “Encuentro del 2014” se reconoció que la cooperación en el Delta del Río Perla (Guangzhou, Shenzhen, Dongguan), el Delta del Río Yangtsé y Fujian — donde el idioma, la herencia y el comercio ya unen a nuestros pueblos —  y por medio de la integración de mercados y ampliando oportunidades para jóvenes y empresas de ambos lados, es el mejor ejemplo del sentido y propósito de un destino común.

El Consenso de 1992 más el legado del Encuentro de 2014 y la cooperación práctica que se registra hasta hoy en día, demuestran que la paz y la reunificación no son slogans, sino realidades sustantivas que unen a la Nación China.

Esta trayectoria continúa, además, se evidenció en el año 2025 con la propia visita de Hou Yu-ih, líder del KMT a China entre el 15 al 19 de julio, oportunidad en que se reafirmó públicamente esta comunidad de propósitos compartidos y convergentes  con China en la voluntad  de seguir con un trabajo común,  por la mantención de la paz y la prosperidad a ambos lados el estrecho de Taiwán.

Resulta tan evidente “la realidad objetiva de cooperación y convivencia positiva” que se registra en el día a día del diario vivir entre China y Taiwán, donde sería prudente que otros actores internacionales no distorsionaran esa voluntad compartida por intereses propios que responden a otras prioridades y manipulaciones, y comenzar a  reconocer estas verdades, en lugar de omitir lo que realmente une el pueblo de China y Taiwán, donde la reunificación es un destino inevitable y la Paz, el camino que beneficia a todos.

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