Columna Infolatam, 18.12.2016 Rogelio Núñez Castellano, cientista político y periodista español
El MAS buscaría la reelección de Evo Morales en 2019 quien fue electo en 2005 y reelecto en 2009 y 2014
La postulación este fin de semana de Evo Morales como candidato a la presidencia de Bolivia en 2019 por parte de la Comisión Política del IX Congreso del Movimiento al Socialismo e Instrumento Por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) se ha convertido en un ejercicio de exaltación caudillista y mesiánica.
El MAS persigue una reelección de su líder y caudillo que prohibe la constitución y después de que un referéndum celebrado en febrero pasado rechazara la posibilidad de reformar la constitución. El partido de Evo insiste en una nueva reelección pese al resultado de ese referendo del 21 de febrero, donde un 51% del electorado se inclinó por el “No”. Sin embargo desde el primer momento la idea del masismo, de Evo y de su entorno fue la de buscar la posibilidad de la reelección por otros medios para alargar el predomino del evismo sobre el país andino.
Evo Morales ha logrado implantar su hegemonía política en Bolivia ya que fue electo por primera vez en 2005 (con el 54% de los votos) y, tras un convulso primer periodo que culminó con la aprobación de la Constitución de 2009, fue reelecto ese mismo año (con el 64%) y en 2014 con el 61%.
Como apuntara Fernando Molina en Infolatam, “Morales no es un líder, sino un caudillo, esto es, un inspirador de las masas y un acaparador del poder que no tiene facultades organizativas y carece de toda lógica meritocrática. De este modo, los otros dirigentes que finalmente se convirtieron en su “entorno” (el vicepresidente Álvaro García Linera, el canciller David Choquehuanca, y los ministros Juan Ramón Quintana, Carlos Romero y Luis Arce, cada uno a cargo de un grupo propio) solo necesitan obedecerlo para sobrevivir políticamente. Es más, deben obedecerlo para sobrevivir”.
La exaltación caudillista
Lo ocurrido entre el 15 y el 17 de diciembre en el IX Congreso del Movimiento Al Socialismo (MAS) en Montero (departamento de Santa Cruz ) no ha sido sino un ejercicio de pura exaltación caudillista. Han estado presente en esta cita todos los ingredientes típicos y tópicos que rodean las exaltaciones de un liderazgo carismático:
a-. Un líder insustituible
Toda fuerza que lleva muchos años en el poder apoyada en un fuerte liderazgo teme la desaparición del caudillo por tres razones. La primera porque el jefe es un líder que da cohesión y une por su calidad de árbitro máximo entre diferentes tendencias internas. En segundo lugar porque su desaparición puede producir grietas en la organización y peleas intestinas por el poder que debiliten el partido.
Y en tercer lugar porque sin el caudillo la capacidad de arrastre de votos populares disminuye y aumentan las posibilidades de perder el poder en unas elecciones.
“El único que nos garantiza para impulsar este proceso de cambio es Evo Morales”. Estas palabras de Feliciano Vegamonte, ejecutivo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), reflejan la enorme dependencia del MAS y sus fuerzas afines con respecto al presidente.
Finalmente, Evo es insustituible porque no existe un liderazgo que una al partido y garantice la victoria electoral.
b-. Un caudillaje carismático
Caudillo con características mesiánicas y carismáticas. Es mucho más que un jefe o un máximo responsable de una organización partidista.
De nuevo Vagamonte retrata muy bien la situación: “Es comandante de los pueblos. Después de Fidel, de Hugo Chávez, tenemos nuestro comandante, que es Evo Morales y por eso como militantes debemos apoyar y seguir con esta revolución”.
c-. El jefe por encima de las normas
La Constitución de 2009 impide la reelección en su artículo 168 que dice que “el periodo de mandato de la Presidenta o del Presidente y de la Vicepresidenta o del Vicepresidente del Estado es de cinco años, y pueden ser reelectas o reelectos por una sola vez de manera continua”.
El referendum del pasado mes de febrero imposibilitó la reelección cuando un 51% del electorado optó por el No a la reforma parcial de la Carta Magna y la habilitación de Morales para el año 2019.
Sin embargo, el aparato evista trata desde entonces de deslegitimar la consulta y posibilitar la reelección. El vicepresidente Álvaro García Linera defiende que existen varias “puertas” para permitir al presidente Evo Morales como candidato del MAS para las elecciones generales de 2019. Muchas de ellas no son sino formas de lograr que los deseos pasen por encima de las normas mediante una lectura interesada de la legislación.
La propuesta vicepresidencial es la siguiente: “Cuando uno ve con detalle, hay cuatro, cinco, seis puertas que se pueden abrir y que podrían habilitar al presidente Evo como candidato en 2019:
1) que el Órgano Ejecutivo convoque a referendo,
2) recogida de firmas o iniciativa ciudadana para organizar un referendo,
3) que Evo postule a la Vicepresidencia y otro candidato a la Presidencia,
4) que Morales renuncie a la Presidencia para que su actual mandato no cuente como una segunda gestión y
5) una interpretación del Tribunal Constitucional Plurinacional sobre “la jerarquía del derecho de las personas en relación a los derechos fundamentalísimos”.
d-. Un líder condenado a estar al “servicio del pueblo”
El caudillo típico aparenta siempre querer retirarse del servicio público, cual Cincinato, pero se ve “obligado” a sacrificarse en aras de defender a ese pueblo que le exige seguir en el cargo. Evo Morales ha seguido esa trayectoria.
Constantemente ha dicho que aspiraba a acabar como mesero: “El gran proyecto -aseguraba en una entrevista al diario El Deber- que tengo es montar un restaurante, tengo dos excelentes parrilleros, el alcalde de Cochabamba (Edwin Castellanos) y el alcalde de Yacuiba (Carlos Brú). Mi propuesta es que el expresidente (Evo Morales) y los dos exalcaldes vayan a Cochabamba, a Chapare o al Chaco, y el presidente sea mesero. Vamos a cobrar baratito la comida y vamos a cobrar la foto, ¿un expresidente mesero? De eso vamos a cobrar caro, de verdad. Yo sé que algunos compañeros que están en función pública ganarían más plata”.
Pero a la hora de la verdad se ve conducido a donde dice no querer estar.
Evo Morales ha admitido este fin de semana que quiere volver a ser presidente más por las presiones a las que se ve sometido que a su deseo: “Hermanas y hermanos, si el pueblo dice ‘vamos, sí con Evo’, ningún problema, vamos a seguir derrotando a la derecha. Tengo mucha confianza en nuestros movimientos sociales, tenemos una gran responsabilidad pensando en las futuras generaciones, en nuestros hijos, en nuestros nietos; es el programa del bicentenario”.
La estrategia de Hugo Chávez
Evo Morales perdió el referéndum para la reelección el pasado mes de febrero lo cual le impide ser optar a continuar en el poder en 2020. El “No” reunió el 51,3% frente al 48,7% del “Sí”. Sin embargo, tanto el presidente boliviano como lo hombres que le rodean tratan de revertir ese tropiezo desplegando una estrategia que recuerda a la seguida por Hugo Chávez en Venezuela entre 2007 y 2009.
En 2007 Hugo Chávez (electo en 1998, reelecto en 2000 y vuelto a elegir en 2006) perdió, como Evo Morales, un referéndum en 2007 que buscaba reformar la constitución para poder optar a la reelección en 2012. Chávez, nada más conocer los resultados, ya anunció cuál iba a ser su estrategia: “Para mí esta no es una derrota. Es un por ahora”.
Y así fue, pues el presidente venezolano logró dos años después, en 2009, convocar otra consulta en la que salió vencedor y logro que se aprobara la posibilidad de concurrir a la reelección en 2012. “Ha ganado el pueblo por una clara mayoría, hemos abierto de par en par las puertas del futuro”, dijo Chávez quien en 2012 fue reelecto de nuevo.
Ahora, en Bolivia, todo apunta a que la estrategia de Morales y su entorno es la misma: revertir la derrota en las urnas en otra consulta o en el ámbito legislativo donde tienen una mayoría arrolladora.
La razones que esgrime el régimen para volver a convocar una consulta es que consideran ilegítimo el resultado de febrero. El triunfo del “No” se habría debido, según el dirigente boliviano, a la denuncia que tres semanas antes de la consulta lanzó el periodista Carlos Valverde. Este afirmaba que Morales tuvo un hijo con Zapata, la exgerente de la empresa china CAMC que ahora se encuentra procesada por tráfico de influencias y otros siete delitos.
“Ha sido un duro golpe, pero todo con mentira”, dijo Morales señalando que detrás de su derrota existió una conspiración de “la derecha” y “el imperialismo”.
Para lograr convocar la consulta, el régimen ha desplegado todo su arsenal en el que los dirigentes se muestran como simples ejecutores del deseo popular.
Morales no ha rechazado la posibilidad de celebrar un referendo para decidir si debe cambiarse la Constitución boliviana para que pueda ser elegido por tercera vez como presidente: “El pueblo sabrá (decidir). No hay por qué tenerle miedo al pueblo. Es lo más democrático hacer referendo, si nos derrotan ¿Qué podemos hacer?”.
Y las bases evistas se han puesto en marcha desde hace meses: Los cocaleros del Trópico de Cochabamba reeligieron en un ampliado al presidente Evo Morales como su máximo líder y acordaron explorar los medios legales que sean necesarios, entre ellos la iniciativa ciudadana, para validar una nueva repostulación del mandatario en los comicios de 2019, posibilidad que fue rechazada en una consulta realizada en febrero.
La Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam), que agrupa a movimientos sociales, campesino e indígenas de Bolivia, anunció su decisión de pedir al Congreso una reforma parcial de la Constitución para autorizar la repostulación de Morales y del Vicepresidente Álvaro García Linera, después de lo que se reveló que en las filas de los sectores sociales y del oficialismo se promovía la idea de la reelección indefinida, de acuerdo a lo que consignó el diario boliviano La Razón.
El XIII Congreso de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba decidió impulsar la iniciativa legislativa ciudadana mediante la recolección de firmas para modificar la Constitución Política del Estado y garantizar la candidatura de Morales y de García Linera para las elecciones generales de 2019.
Y finalmente el Movimiento Al Socialismo (MAS) acaba de aprobar la postulación del presidente Evo Morales para esos comicios de 2019.