Homenaje al Ministro Muñoz

Perfil
fernandothauby.com, 03.04.2017
Fernando Thauby, capitán de navío (r)

Ser Ministro de Relaciones Exteriores es una tarea difícil, lidiar con gobiernos y organismos internacionales que quieren imponer su voluntad; que interpretan cualquier acuerdo en la forma mas conveniente para ellos, aunque tengan que distorsionar lo acordado; que no actúan con toda la sinceridad que se desearía. No es fácil.

Para suavizar esa natural condición de fricción y pugna, se crearon las convenciones y los modales diplomáticos, formas de actuar, comportarse, comunicarse e incluso de enfrentarse, que permitan no agravar los conflictos y dejar las puertas abiertas para retomar el diálogo en otros momento o en torno a otros temas, mientras el conflicto actual se diluye o tempera.

El ministro Muñoz no tiene esa fortuna, uno de sus interlocutores, de un lugar cercano, es la antítesis. Mal educado, grosero, basto, intelectualmente escuálido y con una lógica enrevesada.

La sola lectura de sus discursos y expresiones orales son un esfuerzo grande y generalmente infructuoso, son tediosos, llorones, autocompasivos, insolentes y con la lógica de las peleas de patio de escuela primaria.

Uno de los orgullos del individuo es no haber leído nunca un libro y su comportamiento así lo confirma. Dice que habla castellano, en realidad su jerga incluye algo de ese idioma, distorsionado, con mala sintaxis y comiéndose artículos y adverbios. Buena parte de su parla parece ser una traducción pobre de un idioma que generalmente es admirado por su precisión, claridad y elegancia.

Cuando un funcionario público es exigido mas allá y por sobre la línea del deber, suele ser recompensado con un pequeño sobresueldo, una bonificación, que representa el reconocimiento a un esfuerzo especial, pero Muñoz no recibe nada.

Creo que en justicia merece un reconocimiento por su paciencia, tranquilidad y consideración para tratar con una persona cuya lógica nadie ha podido descifrar. A veces parece que es un ignorante supino, otras, que actúa con mala fe y astucia, y otras con mala fe y estupidez. Como sea, es insoportable.

La fantasía majadera del individuo lleva a pensar que lo que comienza con una mentira, de tanto repetirla llega a auto convencerse que es cierta y luego comienza a actuar como si ella fuera realidad, el epitome es cuando exige a su interlocutor, -en este caso el ministro Muñoz- que él también se sitúe en ese mismo nivel onírico.

Así, en tres pasos el tipo ha transitado desde el mundo real a la fantasía delirante. Su majadería ferroviaria y marítima son ejemplares.

Parece haber superado su inicial estilo diplomático pichanguero. En sus comienzos invitaba a todo el mundo a jugar fútbol, viniera o no al caso. Ahora lo reemplazó por sus tweets parvularios. El tipo parece creerse ingenioso y agudo, es romo y estólido.

Sus tweets reflejan fielmente su miseria intelectual y académica, … y el pobre Ministro Muñoz tiene que leerlos y tratar de encontrarles sentido.

Me parece evidente que merece un homenaje y que todos los chilenos le deseemos fuerza y paciencia para seguir lidiando con el orate de manitos de guagua, cara dibujada a machetazos y cerebro aguachento.

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