Ataque a Ucrania

Carta
El Mercurio, 25.02.2022
Christian Hellbach, embajador de Alemania en Chile

Tras meses de preparativos más o menos encubiertos y propaganda plagada de mentiras y medias verdades, el presidente ruso decidió la madrugada de este jueves declararle la guerra a Ucrania, lanzar ataques aéreos contra centros urbanos del país vecino e invadir su territorio. Con ello, Rusia transgrede, ante los ojos del mundo, con frialdad y desparpajo, las normas más elementales del derecho internacional.

Rusia ha decidido por sí sola tomar este camino. En los últimos meses, la comunidad internacional ha empleado todos sus recursos para encontrar, a través de la vía diplomática, una solución pacífica a la crisis, pero Rusia no ha respondido a los llamados al diálogo.

A diferencia de lo que la propaganda rusa nos quiere hacer creer, Ucrania, que desde 2014 se ha visto expuesta a la agresión rusa en Crimea y en la región del Donbás, no ha hecho nada que pueda justificar este nuevo ataque. Esta guerra busca destruir sobre todo una cosa: el derecho soberano del pueblo ucraniano a vivir en democracia y en paz, a determinar libremente su futuro, sin injerencias por parte de potencias extranjeras. Después de lo vivido en el siglo pasado, la agresión rusa despierta malos recuerdos, no solo en Ucrania.

Parece que nos enfrentamos a una nueva realidad. La agresión imperialista no es cosa del pasado, ucranianos y ucranianas la están viviendo en carne propia. Aun así, el presidente Putin no logrará aplastar el sueño europeo de un continente unido en paz, democracia y solidaridad, un sueño que tomará fuerza en Ucrania y ojalá también en su propio país, en Rusia.

En estos tiempos difíciles, cuando la paz en Europa se ve severamente amenazada, Ucrania cuenta con el respaldo de la Unión Europea y de sus socios en todo el mundo, que comparten nuestra preocupación por un orden internacional basado en reglas, en el que no impere el derecho del más fuerte. Con todos los esfuerzos que hicimos para evitar este conflicto, estamos preparados para enfrentar el desafío. Actuaremos conjuntamente y con decisión. Porque no podemos aceptar que la soberanía de nadie se convierta en algo negociable por mero capricho de algún vecino, por fuerte que este sea.

Valoramos enormemente que Chile, confrontado con esta difícil coyuntura, mantenga una posición de principios, libre de ambigüedades. Tanto el actual mandatario como el presidente electo han expresado públicamente su condena a la invasión rusa de territorio ucraniano, subrayando de ese modo que, más allá de las legítimas diferencias políticas, existe un entendimiento común sobre el respeto a los principios del derecho internacional y la defensa de la paz.

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