Aumento de las exportaciones, materia pendiente

Columna
Clarín, 02.08.2021
Felipe Frydman, economista argentino, ex embajador y consultor del CARI

La Cancillería convocó a las Cámaras empresariales para la elaboración del Plan de Exportaciones 2022 y presentar una lista con 246 oportunidades comerciales en 88 mercados. Las exportaciones en el primer semestre de este año fueron de 35.339 millones lo que representa una suba del 28,3% respecto a igual período de año pasado cuando sufrieron una retracción del 10% con relación a 2019 como consecuencia de la pandemia. Los datos alientan el optimismo de superar los 70.000 millones durante este año.

El informe del INDEC indica que el fuerte incremento de las exportaciones se explica en un 22,4% por el aumento de los precios y un 4,7% por las cantidades reflejando una clara mejora de los términos de intercambio. El INDEC calcula que a precios del primes semestre 2020 las exportaciones hubieran sido sólo 28.880 millones.

El escaso dinamismo de las exportaciones constituye una de las principales restricciones que enfrenta la Argentina desde hace décadas para lograr un crecimiento sostenido.

Los perennes “stops and go” cada vez más acuciantes terminan provocando retrocesos que borran los años de bonanza; los períodos de crecimiento han sido posible por esporádicas mejoras de los términos del intercambio como en esta oportunidad, la recurrencia al endeudamiento o ingreso de inversiones que compensan los déficits de balanza de pagos.

Estos dos últimos estarán vedados por un largo tiempo y las mejoras en los términos del intercambio podrían desaparecer una vez estabilizada la economía mundial.

La iniciativa de Cancillería de poner a disposición de las Cámaras 246 oportunidades comerciales lleva implícito un mensaje de suspicacia sobre la voluntad empresarial para investigar mercados alternativos a pesar de la abundante información disponible en la web.

En realidad, las oportunidades comerciales recién toman ese nombre a partir del momento en que el exportador considera que su producto puede satisfacer una demanda potencial para lo cual podría recurrir a la asistencia de las representaciones diplomáticas.

Las exportaciones a los países de ASEAN podrían constituir un ejemplo. La Argentina exportó a esa región por 6064 millones en 2019 concentrados en dos productos: residuos de la industria alimenticia y cereales que representaron el 91% del total.

Los países de ASEAN importaron desde el mundo en ese año 1392 miles de millones, de los cuales 59.113 millones correspondieron a alimentos procesados y productos agroalimentarios. Argentina participó en ese total con 535 millones equivalentes al 0,9% del total.

Las exportaciones a Corea muestran una situación similar. El total de importaciones de Corea de alimentos procesados y productos agroalimentarios fue de 15.701 millones.

De esta última cifra, Argentina sólo exportó 167 millones: residuos de la industria alimenticia y pesca representaron el 83% de ese total. Los datos se reiteran mostrando la escasa diversificación de la oferta para una región que tendrá un crecimiento relativo superior al resto en los próximos años.

Las exportaciones dependen de múltiples factores entre los cuales la demanda es solo uno. La teoría indicaría que la demanda es infinita para un proveedor cuya participación en las exportaciones globales de alimentos y agroalimentarios es sólo del 2,3%; se podría incluso agregar que la oferta crea su propia demanda cuando es atractiva como sucede con los silos bolsa.

Pero tan importante como la demanda es la situación que enfrenta el exportador para aventurarse en la conquista de mercados externos incluyendo las condiciones de acceso para llegar con calidad y precios competitivos.

Sería oportuno que un programa de exportaciones incluyera un análisis por sectores para asegurar a los empresarios estabilidad, financiamiento y seguridad de las reglas en una materia que está pendiente desde hace muchos años.

No hay comentarios

Agregar comentario