Buque inglés

Carta
El Mercurio, 26.01.2023
Juan Pablo Toro, director ejecutivo AthenaLab

Dentro de los preocupantes aspectos de fondo que revela el audio de la Cancillería se encuentra uno cuando se menciona al “buque inglés”, algo que se da entender debería tener complacido al gobierno argentino. No se trata más que la negativa a un patrullero oceánico basado en las islas Malvinas/Falkland para visitar puertos chilenos.

La medida, que se conoce justo cuando cumplimos 200 años de relaciones bilaterales con el Reino Unido, va en la misma línea seguida por gobiernos anteriores, que aceptaron el decreto 256/2010 del gobierno argentino, que exige una autorización a las naves que transiten entre las islas y el continente americano. Una actitud condescendiente de Chile que choca con la libertad de navegación que defendemos y que se da en un contexto donde Argentina reclama nuestros espacios marítimos soberanos. Recordemos que la Política de Defensa del país trasandino incluso considera “espacio compartido” el Estrecho de Magallanes, lo que motivó una queja.

Las sucesivas opiniones del embajador Bielsa sobre asuntos internos son inaceptables, pero entendibles si del otro lado se ve poco interés en la defensa de los intereses nacionales del país. Para qué decir cuando no se da tanta importancia a la reclamación de la plataforma continental.

Sin duda, el audio revela problemas de formas en la Cancillería, pero también de fondo y graves. No entender que nuestra relación con el Reino Unido (potencia nuclear, miembro del Consejo de Seguridad de la ONU y proveedor de equipo militar) es crucial en muchos aspectos, como la seguridad. No solo ahora, sino desde hace dos siglos.

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